Ale Roel Huillca Ayma En la penumbra del olvido: testimonios de sobrevivientes de la guerra de 1879. Tomo I
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Revista del Archivo General de la Nación N.° 33
2018, 137-139
que la más reciente en 1954. De las cincuenta solicitudes transcritas en el libro, cinco pertenecen
a la República Aristocrática (1895-1919), quince al Oncenio de Leguía (1919-1930) y dieciséis al
Tercer Militarismo (1930-1939). Las catorce restantes fueron presentadas durante el gobierno de los
presidentes Manuel Prado Ugarteche (1939-1945), José Luis Bustamante y Rivero (1945-1948), y
Manuel A. Odría (1948-1956). ¿La emisión de leyes en determinados periodos de gobierno puede ser
sintomático? Futuras investigaciones podrían darnos mayores luces acerca de este aspecto.
Al presentar sus solicitudes, los sobrevivientes buscaban obtener del Estado una pensión
por su participación en la Guerra del Pacíco. Acudían ante las llamadas juntas calicadoras, las
cuales tenían el trabajo de comprobar los testimonios o relatos aportados sobre su participación en
determinada acción de armas. Del total de solicitudes, 33 contienen relatos con información detallada
sobre batallas o combates. Sin duda, dicha información es muy valiosa. Con ella se podría hacer una
historia «desde debajo» de la Guerra del Pacíco. Los historiadores tienen allí fuentes históricas que
esperan nuevas preguntas.
Otro aspecto que merece la atención es el referido al tiempo que duraban los trámites para el
otorgamiento de pensiones. De la lectura de las solicitudes transcritas, se puede observar lo dilatado
que resultaba tramitarlas. Si bien algunas se gestionan y terminan entre uno y tres años, otras duran
catorce años. Este es el caso del sobreviviente Ramón Monzón, quien inicia su trámite en 1924 y recibe
su pensión en 1938 (pp. 103-108). Cabe mencionar que no todas las solicitudes nalizaban con el otor-
gamiento de pensiones. Del número total, solo diecisiete corresponden a trámites que terminan con una
resolución suprema reconociendo al sobreviviente como concurrente a determinada batalla o combate.
Pero el libro no queda allí. Contiene, por ejemplo, información sobre el lugar de origen de
los sobrevivientes. Así, es posible corroborar que los excombatientes eran originarios de casi todos los
departamentos del Perú actual: Piura, Cajamarca, Junín, Cerro de Pasco, Cusco, Ayacucho, Huancayo,
Ayacucho, Lima, Arequipa y Tacna. Es más, algunos de ellos habían nacido en territorios que ya habían
dejado de ser peruanos: Arica y Tarapacá. Sin duda, un motivo más para adentrarse en la lectura de
este libro, el cual permite plantearse varias interrogantes ¿de qué región del país provenía la mayoría
de combatientes?, ¿del norte, el centro o el sur? Dichas interrogantes podrían abrir nuevas líneas de
investigación.
Gracias al libro, también es posible saber quiénes participaron en la Campaña del Sur, quiénes
en la Campaña Naval, quiénes en la Campaña de Lima y quiénes en la Campaña de la Breña. Otro
motivo más para escudriñar el libro de Roberto Mendoza Policarpio.
Desde luego, el libro es una contribución al conocimiento de la historia de los verdaderos
protagonistas de la Guerra del Pacíco, no obstante, algunos puntos merecen una crítica. El autor ha
tratado de abstenerse de participar del relato, dejando solo al lector frente a los documentos. Por lo
general, es el historiador quien se enfrenta al documento, lo interroga, lo analiza, lo explica al público
lector. Aquí se ha obviado ese trabajo. Es verdad que la intención del autor era dejar que los mismos
sobrevivientes hablen, no obstante, esto podría no ser tan acertado, sobre todo si se considera que el
libro puede ser leído por un público amplio, muchas veces no familiarizado con el tema. En todo caso,
el autor debió hacer una contextualización de los documentos que transcribe; ello hubiera ayudado a
una mejor comprensión de las transcripciones presentadas.