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Visitas al valle de Piedra Liza y
Amancaes (-)
Juan José Brito Ramos
*
Sumilla
El presente artículo ingresa a un valle “invisible” para la historiografía
limeña: el de Piedra Liza y Amancaes, a través de las visitas y revisitas efec-
tuadas por los jueces de aguas en el período histórico comprendido entre
1781 y 1820, es decir, durante las últimas décadas del dominio colonial
español en el Perú.
Las fuentes documentales empleadas nos permiten conocer las uni-
dades productivas que existieron en este valle ubicado en el barrio de Abajo
el Puente: chacras, huertas y molinos, sus propietarios y/o arrendatarios;
así como los diversos problemas generados por la distribución del agua,
proveniente de la gran acequia de Piedra Liza.
Palabras clave: Visita / Revisita / Valle / Acequia / Bocatoma / Distribución
de agua.
Abstract
is paper enters into an invisible valley of Limas historiography: the
Piedra Liza and Amancaes’ valley through visits and revisits made by the
judges of water during 1781 and 1820 period, the last decades of Spanish
colonial domain in Peru.
Documentary sources allow us to learn about units of production which
existed in the valley located in Abajo el Puente district including: farms,
* Licenciado en Historia en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos
Revista del Archivo General de la Nación
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orchards and mills, their owners and/or tenants, as well as the various
problems associated with water distribution originated in the great canal
of Piedra Liza.
Keywords: Visit / Revisit / Valley / Canal / Intake / Unit of production /
Water distribution.
Introducción
El asentamiento de los españoles en Lima desde 1535, como parte del
proceso de conquista, trajo consigo el reparto de tierras, tanto para solares
como las destinadas a la producción agrícola.
Una necesidad fundamental para los nuevos habitantes de Lima era el
acceso al agua. Teniendo en cuenta que sobre la costa peruana no cae la llu-
via, era indispensable asegurar la utilización del agua del río Rímac, tanto
para beber, como para irrigar los campos de cultivo. Y para garantizar la
adecuada distribución del agua y la tranquilidad social, las primeras au-
toridades españolas buscaron organizar un reparto equitativo que evitara
los conictos. Afortunadamente para los conquistadores hispanos, en este
territorio encontraron culturas que habían desarrollado admirables obras
de ingeniería hidráulica a lo largo de siglos. Los antiguos peruanos habían
convertido a Lima en un fértil valle, adecuadamente irrigado por acequias,
donde se producían los alimentos necesarios para vivir, incluyendo incon-
tables árboles frutales. Aprovecharon entonces los españoles la infraestruc-
tura hidráulica que encontraron, y para organizar la distribución del agua
trasplantaron las disposiciones que regían en España. Así, por ejemplo, la
corona se reservaba la propiedad sobre las aguas, teniendo la potestad de
autorizar a los cabildos el uso de las mismas; en este caso, las aguas pasaban
a ser públicas.
Para solucionar los inevitables conictos que se producían por el acceso
al agua, las autoridades coloniales recurrieron, por un lado, a dictar orde-
nanzas para su distribución, así como para el mantenimiento y mejora de
las acequias; y, por otro lado, a instituir el cargo de Juez de Aguas.
En los fondos de Cabildo y Superior Gobierno del Archivo General de
la Nación (AGN), se encuentra un conjunto de visitas y revisitas de los
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jueces de aguas a los diversos valles de Lima, durante el período colonial.
¿De qué valles estamos hablando? No precisamente de los originados por la
geografía, como podrían ser los del Rímac, Chillón o Lurín, sino más bien,
de aquellos valles creados por la mano del hombre, a través de la construc-
ción de grandes canales de irrigación o acequias, cuyo origen era principal-
mente prehispánico. Así lo atestigua don Ambrosio Cerdán y Pontero, en
1793, cuando escribe:
Quando fundó á la Capital Lima su primer Gobernador el Señor
Marqués Don Francisco Pizarro en 1535, fueron las Acequias,
dispuestas por los Emperadores Incas para la prosperidad de la
Agricultura, una de las muchas pruebas que justamente se admiraron
de sus sabios desvelos, y benécos cuidados.
Los monumentos visibles, que han llegado indemnes hasta nuestros
días, y de que se hallan muchos en uso actual por todo el Virreynato,
convencen, sin el trabajo de consultar á los Historiadores antiguos,
haber sido la principal atención económica de aquellos Príncipes la
formación de cauces por donde se conduxese el Agua de los Ríos, para
fecundar los terrenos con industria asombrosa
1
.
La investigación moderna nos demuestra que, mucho antes de la conquista
incaica del territorio de Lima, otras culturas precedentes se habían asentado
en estas tierras y desarrollado importantes obras hidráulicas. Así, por
ejemplo, Juan Günther (1992) nos explica:
Los wari, gente proveniente de Ayacucho, dominaron buena parte de
los Andes centrales al terminar el primer milenio. Ocuparon también
la comarca de Lima, construyendo un centro administrativo, militar y
de acopio en Cajamarquilla y un gran templo en Pachacámac. A ellos
se debe la construcción del canal o río de Surco y la organización del
cono de deyección del Rímac en el sistema de distritos de riego, o de
valles, conforme a su denominación antigua, que persisten hasta la
fecha con los nombres de Magdalena, Huatica, Surco, Ate, Lurigancho,
Bocanegra y Piedra Liza
2
.
1 Ambrosio Cerdán y Pontero, “Tratado sobre las aguas de los valles de Lima, en Mercurio Peruano,
número 229, 14 de marzo de 1793, fol. 180.
2 Juan Günther Doering y Guillermo Lohmann Villena, Lima, Madrid: Editorial MAPFRE, 1992,
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
Revista del Archivo General de la Nación
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Nos ocuparemos en este artículo del valle formado en el entorno del
barrio de Abajo el Puente o San Lázaro, llamado valle de Piedra Liza y
Amancaes.
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
Instalados los conquistadores en Lima a partir de 1535, luego del
reparto de solares en lo que hoy es el centro histórico, jaron su atención
en las tierras que estaban al otro lado del río Rímac y por donde discurría
el camino incaico de la costa que se dirigía al norte.
Esta zona, enmarcada por una cadena de cerros, entre los que destaca
el San Cristóbal, el San Jerónimo y el Observatorio; conocía ocupación
humana desde épocas remotas, como lo demuestra el templo en “U” de
La Florida –perteneciente al Período Formativo, construido hacia 1850
A.C. aproximadamente—. Posteriormente, diversas culturas ocuparon
esta parte de Lima, destacando principalmente los wari y los incas. María
Rostworowski (1978) señala que, a la llegada de los españoles, existía el
curacazgo incaico de Amancaes. Producida la invasión española, en 1563,
se edicó aquí la iglesia y el Hospital de Leprosos de San Lázaro, con la
nalidad de atender a los esclavos que realizaban cuarentena en esta zona,
luego de desembarcar en el Callao.
En 1590, por decisión del virrey, los habitantes indígenas del barrio de
San Lázaro, dedicados desde tiempo inmemorial a la caza de camarones en
el río Rímac, fueron desalojados a la fuerza de sus viviendas y de sus tierras,
y trasladados a la reducción indígena de Santiago del Cercado. A partir de
entonces, se propició el reparto de solares entre los españoles en esta zona
de la ciudad.
En 1610 fue inaugurado el Puente de Piedra que facilitó la comunicación
entre estas dos partes de la ciudad de Lima.
En 1611 el virrey marqués de Montesclaros construyó la Alameda de los
Descalzos, diseñada al estilo de la de Sevilla, y destinada a convertirse en el
principal paseo público de Lima.
p. 31.
247
Por las remembranzas que traía a los españoles, especialmente a los
andaluces, el barrio sevillano de Triana, situado al otro lado del puente
sobre el río Guadalquivir; el arrabal de San Lázaro, al otro lado del río
Rímac y en la parte baja de la ciudad, empezó a ser llamado también Nueva
Triana, cuando no Abajo el Puente.
En la segunda mitad del siglo XVIII, y al impulso de las reformas
borbónicas, el barrio de Abajo el Puente fue objeto de la especial dedicación
del virrey Amat durante su gobierno (1761-1776), quien remodeló la
Alameda de los Descalzos, construyó la Alameda de Acho (o Alameda
Nueva), edicó la Plaza de Toros de Acho e inició la construcción del Paseo
de Aguas, el que quedó trunco al nalizar su mandato. Todo ello dentro de
una nueva concepción de embellecimiento y ornato de la ciudad.
Es en este barrio de Abajo el Puente o San Lázaro, donde se ubica el valle
de Piedra Liza y Amancaes.
      
Ileana Vegas de Cáceres (1996) nos dice que Lima contaba con cinco
valles: 1. Carabayllo, 2. Maranga, 3. Surco y su anexo Ate, 4. Pachacamac, 5.
Lurigancho y su anexo Huachipa. No hay mención alguna al valle de Piedra
Liza y Amancaes. Sin embargo, este valle limeño sí aparece mencionado,
durante los siglos XVIII y XIX, en las visitas y revisitas anuales que
efectuaban los jueces de aguas de Lima, de acuerdo con las disposiciones
del régimen colonial. Es más, a este valle se le nombra también como de
Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo.
En la mayoría de documentos revisados, correspondientes a los siglos
XVIII y XIX, se utiliza el singular: el valle de Amancaes, Piedra Liza y
Barrio Nuevo. Sin embargo, en algunas ocasiones se habla de los valles
de Amancaes, Piedra Liza y Barrio Nuevo; es decir, tres valles. A medida
que avanza el tiempo, para nes del siglo XIX, ya se habla sólo del valle
de Piedra Liza. Dicho valle abarcaba desde la toma de Piedra Liza, en el
actual límite entre los distritos del Rímac y San Juan de Lurigancho, hasta
la hacienda Aznapuquio, en la actual Lima Norte, abarcando parte de los
actuales distritos de Los Olivos, San Martín de Porres e Independencia.
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
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La principal fuente de agua de este valle era la gran acequia de Piedra
Liza. Ésta nacía en las faldas del cerro de San Cristóbal, junto al camino
que iba al valle de Lurigancho, donde tomaba sus aguas del río Rímac,
teniendo una capacidad de setenta riegos;
3
las disposiciones señalaban que
debía recibir la cuarta parte del total de agua que trajese el río Rímac. En
términos contemporáneos diríamos que esta acequia nacía en la zona de
Tres Compuertas, junto al barrio de Piedra Liza, al pie de la avenida 9 de
octubre que conduce al distrito de San Juan de Lurigancho.
En la toma principal se dividía en dos bocas. La derecha era llamada
de Amancaes y tenía una capacidad de once riegos;
4
también era llamada
Acequia Alta de San Cristóbal;
5
pasaba por el costado del Convento de
los Descalzos, irrigaba su huerta y la contigua denominada “La Ramos,
dirigiéndose luego a la huerta “Palomares” y a otras más, como “El Al-
tillo, “La Hoyada, “Buenamuerte” y “Muñoz”. La otra boca se dirigía a la
huerta de Potau (actual cuartel policial de El Potao), para continuar hacia
las huertas de Tobilla, Nieves y Corbacho. Luego de regar un gran número
de chacras y huertas en su trayecto, y de dar origen a acequias menores, la
acequia de Piedra Liza llegaba hasta la hacienda Aznapuquio, en el actual
distrito limeño de Los Olivos. La zona circundante a la Alameda de los
Descalzos y la parroquia de San Lázaro, era conocida como Barrio Nuevo.
Amancaes era la zona adyacente al camino hacia la pampa de Amancaes,
sede de la famosa esta popular dedicada a San Juan, vigente durante
todo el período colonial y buena parte del republicano. En términos
contemporáneos, abarcaba las actuales urbanizaciones Amancaes, El
Bosque, Ciudad y Campo, La Florida, El Manzano, Palomares y La Huerta,
entre otras. La acequia Amancaes se encargaba de irrigar estas tierras.
Una prorrata para el pago de visita y revisita, así como de la limpieza
general del cauce principal de esta acequia, correspondiente al año 1785,
nos permite conocer las seis propiedades rurales nombradas como del
3 Cerdán y Pontero (1793) señala que, en los valles de Lima, la expresión riego correspondía a “el
Agua que puede introducirse por la abertura, ú oquedad de una sexma en quadro, que es la 6ª parte
de una vara quadrada…. Precisa, a continuación, que un riego es la cantidad de agua que suele
adjudicarse por cada diez fanegadas de tierra sembrable.
4 AGN. Cabildo, Juzgado Privativo de Aguas, Legajo 212, Cuaderno 64, año 1784.
5 AGN. Cabildo, Juzgado Privativo de Aguas, Legajo 215, Cuaderno 142, año 1795.
249
“Ramo de Amancaes.
6
Nuestra investigación nos ayuda a identicar a los
propietarios en dicho año.
Amancaes – Chacras y huertas (1785).
   
Muñoz Don Tomás Muñoz
Buenamuerte Los padres crucíferos de la Buena Muerte
La Hoyada Don Pedro Escobar
Palomares
Doña Rosa Palomares y Salazar, casada con
don Tadeo Encalada y Mirones
El Altillo de Palomares
Don Juan Antonio Palomares y Vega, conde de
San Donás (padre de Rosa Palomares)
La Ramos
Don Juan Antonio Palomares y Vega, conde
de San Donás
    
En el Fondo Cabildo de Lima del AGN, se encuentra la sección Juzgado
Privativo de Aguas, que alberga la documentación producida por esta
institución colonial, que continuó existiendo, con alguna intermitencia, en
el siglo XIX, ya en pleno período republicano.
El 4 de septiembre de 1556, el virrey don Andrés Hurtado de Mendoza
dictó una provisión nombrando a don Martín Yáñez de Estrada, regidor
del Cabildo de Lima, juez de aguas, cuya principal tarea fue ordenar el
reparto del agua, tanto para el consumo de la población como para el riego
de las haciendas, chacras y huertas de la ciudad y sus contornos. Al año
siguiente, 1557, el virrey concedió al Cabildo de Lima la autorización para
que nombrase anualmente un juez de aguas, con un sueldo de ochocientos
pesos al año (Cerdán y Pontero 1793: 184).
Una Real Cédula de 25 de febrero de 1568, conrmó, mientras no se
resolviese otra cosa, el privilegio del cabildo limeño para nombrar cada año
al juez privativo de aguas.
6 AGN. Cabildo, Juzgado Privativo de Aguas, Legajo 212, Cuaderno 71, año 1785.
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El 21 de enero de 1577 el virrey Francisco de Toledo expidió las
Ordenanzas de Aguas para “la justa destribución y conservación de las aguas
con que se sustentan las chácaras y labores, anssi de los españoles como de
los naturales de este valle, e se proveen las huertas y casas de esta cibdad
7
.
Dispuso que existiesen dos jueces de aguas: uno para la ciudad y otro para
el campo (Urteaga 1926: 182). Sin embargo, en 1620, el virrey príncipe de
Esquilache nombró por juez de aguas a Diego Núñez Campoverde, sin ser
miembro del cabildo. Ante esto, el ayuntamiento limeño presentó un recurso
ante el rey Felipe IV, quien expidió una Real Cédula el 22 de septiembre de
1621, ordenando al virrey y a la Real Audiencia de Lima que respetasen
la costumbre de que la ciudad, a través del Cabildo, nombrase al juez de
aguas (Cerdán y Pontero 1793: 186-187). Al parecer, la corona española no
estaba muy convencida de dejar en manos del cabildo la elección de jueces
de aguas. Al respecto, Escalona Agüero, citando una Real Cédula de 16 de
abril de 1636, nos dice:
Es muy necesario el ocio de Juez de aguas, y lo fue siempre en todas
Repúblicas, con título de curador de ellas, y según lo tiene ordenado
Su Magestad, ha parecido conviene no sea del Cabildo, ni interesado;
y que esta elección se comunique con el Virrey, y que su sentencia,
con la de la Audiencia, en grado de vista, se execute, ora se conrme,
ó revoque: y si executada quisieren proseguir las partes en grado de
revista, sean oídos
8
.
Durante buena parte del siglo XVIII, los jueces de aguas fueron
designados por el virrey, es decir por el Superior Gobierno, eligiéndolos
entre los oidores de la Real Audiencia de Lima.
En el período colonial, el Juzgado Privativo de Aguas funcionó con
regularidad, atendiendo al siempre complicado tema de la distribución del
agua en los diversos valles de Lima. La importante documentación que
dejó este juzgado, y que alberga el Archivo General de la Nación, reeja en
parte la importancia que alcanzó.
7 Horacio Urteaga, “Las ordenanzas de aguas del virrey Toledo, Revista del Archivo Nacional,
volúmenes 4-5 (Lima), 1926, p. 182.
8 Gaspar de Escalona Agüero, Gazophilacium Regium Perubicum. Matriti: Ex Typpographia Blasii
Roman, 1775, Libro II, Parte Segunda, Capítulo XIX, numeral 4, fol. 218.
251
Producida la independencia, el Juzgado Privativo de Aguas fue
suprimido, los jueces fueron reemplazados por directores de aguas. Sin
embargo, el 26 de mayo de 1836, un decreto del presidente provisional del
Perú, gran mariscal Luis José de Orbegoso restableció el Juzgado Privativo
de Aguas “en los términos en que se hallaba antes de la independencia. En
su primer considerando el decreto armaba que:
[...] la agricultura, uno de los principales ramos que demanda la
atención del Gobierno se halla arruinada en los departamentos litorales,
con motivo de la guerra de la independencia y de las revoluciones que
una en pos de otra han ocurrido
9
.
Señalaba también el decreto que “... uno de los medios de hacer revivir
la agricultura es la restitución del juzgado privativo de aguas....
10
Y para el
caso especíco del valle de Piedra Liza y Amancaes, establecía que la fecha
para quitar el agua y limpiar y reparar las acequias debía ser el 1 de julio de
cada año (Oviedo: 1864: 407).
Recurriendo a los expedientes administrativos y judiciales que se
hallan en el Juzgado Privativo de Aguas, para el caso que nos ocupa
podemos conrmar documentalmente la existencia del valle de Piedra
Liza, Amancaes y Barrio Nuevo, que elegía anualmente a su diputado del
valle y recibía todos los años la visita y revisita del juez de aguas de Lima,
quien –previo corte del agua que discurría por las acequias (generalmente
entre junio y agosto de cada año)– inspeccionaba los canales de regadío, las
bocatomas y el adecuado reparto del agua a las diversas huertas, chacras y
molinos de la jurisdicción de este valle. Asimismo, se procedía a la limpieza
de acequias y reparación de las bocatomas.
Las visitas de los jueces de aguas nos han dejado huella documentada de
las huertas y chacras que se encontraban en el barrio de San Lázaro o Abajo
el Puente. Aparecen allí: Potau, Fano, Guinea, Tobilla, Nieves, Corbacho,
Tejada, Petit, Cortés, Galván, Ibarrola, Santa Liberata, Manzano, La Hoyada,
9 Juan Oviedo. Colección de leyes, decretos y órdenes publicadas en el Perú desde el año de 1821
hasta 31 de diciembre de 1859, tomo duodécimo. Lima: M. A. Fuentes editor, 1864, p. 405.
10 Ibíd.
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
Revista del Archivo General de la Nación
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Buenamuerte, La Ramos, Palomares, El Altillo, Cabezas, Guía, entre otras.
De la misma manera están registrados los nombres de algunos de sus
propietarios, quienes se reunían para elegir a su diputado, para discutir los
problemas frecuentes relacionados con la distribución del agua, así como
los daños ocasionados periódicamente por las crecientes veraniegas del río
Rímac, principalmente en la toma de Piedra Liza.
Para los problemas suscitados por la distribución del agua, se apelaba
principalmente a lo señalado por tres repartimientos: el del año 1617,
practicado por el doctor don Juan de Canseco, por encargo del virrey
don Francisco de Borja y Aragón, príncipe de Esquilache; el del año 1692,
efectuado por don Pedro de Azaña Solís y Palacios, regidor perpetuo
del Cabildo de Lima; y el del año 1712, practicado por el licenciado don
Gonzalo Ramírez de Baquedano, oidor de la Real Audiencia de Lima.
 
El juez de aguas tenía la obligación de convocar anualmente a los
hacendados, chacareros y huerteros de un determinado valle a una junta,
con el objeto de elegir diputado del valle, recibir las cuentas de cargo y data
del diputado saliente, jar la fecha del corte de agua en las acequias del valle
y acordar la visita respectiva.
Efectuado el corte de agua para facilitar la limpieza de las acequias, por
lo general al día siguiente se iniciaba la visita del valle. El juez de aguas
se presentaba acompañado del escribano, de miembros de la milicia, del
diputado del valle respectivo y del maestro de obras o alarife. Asimismo,
asistían el guardia de aguas del valle –contratado por los propietarios del
mismo– y los hacendados, chacareros y huerteros que deseasen asistir a
este acto.
El juez de aguas procedía a revisar las acequias y las bocatomas de
éstas a lo largo de su recorrido. Vericaba que las bocatomas estuviesen
ajustadas a la cantidad de riegos establecida por las ordenanzas. Mandaba
también cerrar las llamadas “bocas ladronas” que se abrían en forma ilegal
para obtener mayor cantidad de agua y que constituían fuente permanente
de conictos entre los usufructuarios del valle.
253
Culminada la visita, ordenaba las reparaciones necesarias que debían
hacerse por los interesados y se jaba fecha para la revisita, la misma que
se efectuaba generalmente a los diez días de la visita. La revisita tenía por
objeto comprobar que las disposiciones dictadas por el juez de aguas se
habían ejecutado.
Los gastos que originaban la visita y la posterior revisita del juez de
aguas eran prorrateados entre todos los interesados del valle, vale decir,
hacendados, chacareros, huerteros y molineros. Cabe señalar, sin embargo,
que los molineros estaban impedidos de elegir y ser elegidos diputados
del valle. En el que nos ocupa, valle de Piedra Liza y Amancaes, hemos
revisado un total de veintitrés visitas y sus respectivas revisitas, entre
los años de 1781 y 1820 inclusive; a saber: 1781, 1784, 1785, 1788, 1793,
1796, 1797, 1798, 1799, 1800, 1801, 1802, 1803, 1804, 1807, 1811, 1812,
1815, 1816, 1817, 1818, 1819, 1820. A partir de estos datos elaboramos el
siguiente cuadro.
Visitas y jueces de aguas.
    
1781 D. Manuel Antonio de Arredondo
1784 D. Ambrosio Cerdán y Pontero
1785 D. Ambrosio Cerdán y Pontero
1788 D. Ambrosio Cerdán y Pontero
1793 D. Ambrosio Cerdán y Pontero
1796 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1797 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1798 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1799 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1800 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1801 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1802 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1803 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
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Visitas y jueces de aguas
(continuación).
    
1804 D. Manuel Pardo Rivadeneyra
1807 D. Francisco Arias Saavedra
1811 D. Miguel Oyague y Sarmiento
1812 D. José González y Fuente, conde de Villar de Fuente
1815 D. Juan Bautista de Lavalle
1816 D. Tomás de Vallejo y Zumarán
1817 D. José Gonzalez y Fuente, conde de Villar de Fuente
1818 D. Francisco Arias de Saavedra
1819 D. Francisco Moreyra y Matute
1820 D. Javier María de Aguirre
  
Los días 26 y 27 de agosto de 1785, don Ambrosio Cerdán y Pontero,
oidor de la Real Audiencia de Lima y juez de aguas de la ciudad, efectuó
una visita al valle de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo, en compañía
de don José Vásquez de Velasco y Ontañón, diputado del citado valle y cu-
arto conde de las Lagunas.
Durante esta visita inspeccionó las bocatomas existentes y dictó las me-
didas para corregir los desperfectos que afectaban a la mayoría de ellas.
Para identicar las bocatomas y la cantidad de agua que le correspondía
a cada una, utilizó la antigua visita y repartimiento de agua que efectuó el
24 de mayo de 1712 don Gonzalo Ramírez de Baquedano, oidor también,
en su tiempo, de la Real Audiencia de Lima. A su vez, Ramírez de Baque-
dano se había basado en el repartimiento de aguas hecho por don Pedro de
Arana Solís y Palacios el 31 de marzo de 1692.
255
Las bocatomas reconocidas por Cerdán y Pontero fueron veintiuna, a
saber:
1. Amancaes (con once riegos y era la que proveía de agua a “La
Ramos, “Palomares” y “El Altillo, entre otras huertas y chacras).
2. Boca primera del Dr. Potau (le correspondían dos riegos).
3. Otra boca del Dr. Potau.
4. Guinea (tenía cuatro riegos; Cerdán y Pontero le otorgó cinco,
porque de aquí se regaban los árboles de la Alameda de los
Descalzos).
5. Fano (le correspondía medio riego).
6. Tobilla (le correspondía riego y medio).
7. Nieves, antes llamada de Bustamante (le correspondía medio
riego).
8. Marzano, antes llamada de Picón (le correspondían tres riegos).
9. López, antes llamada de Astete (le correspondían tres riegos y
medio).
10. Borrayo (le correspondía medio riego).
11. Molino de la pólvora (le correspondía riego y medio).
12. Galván (le correspondía medio riego).
13. Segunda de Galván en el convento de San Francisco de Paula (le
correspondía medio riego).
14. Guisado (le correspondía riego y cuarto).
15. Erbao, antes de Guevara (le correspondía medio riego).
16. Saravia.
17. Guía (le correspondía riego y medio).
18. Ibarrola (no estaba en el reparto de Ramírez de Baquedano, por lo
que se ordenó se arreglase su dotación a lo que señalaban sus títulos).
19. Becerra.
20. Puente de Palo.
21. Aliaga, Boza y Mulería (los propietarios debían presentar los
títulos respectivos á la asignacion que devan gozar cada uno de
sus predios”).
Esta es una de las visitas más minuciosas que se registran, lo que dice
de la calidad de funcionario que era don Ambrosio Cerdán y Pontero.
No está demás señalar que su experiencia como juez de aguas, le sirvió a
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
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Cerdán para escribir luego su Tratado sobre las aguas de los valles de Lima,
que publicó por entregas en el Mercurio Peruano, en 1793. Allí señala
que fue nombrado en el cargo de juez de aguas el 14 de julio de 1784 y
para 1793 continuaba ejerciéndolo. Cerdán era, además, miembro de la
Real Academia de la Historia de España, y de la Sociedad Académica de
Amantes del País de Lima.
Complementando la información que brindan las visitas, con la que
aportan las cuentas de cargo y data de los diputados del valle, podemos
tener una información más exacta sobre el tipo de unidades productivas
que existían en el valle de Piedra Liza y Amancaes. Es el caso de la cuenta
de cargo y data del diputado de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo,
don José Vásquez de Velasco y Ontañón, correspondiente al año 1785. En
este documento señala cómo en dicho valle existían ocho chacras, cuarenta
huertas (entre grandes, medianas y pequeñas) y cinco molinos
11
. En base a
esta fuente elaboramos el siguiente cuadro:
Valle de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo (1785).
  
Muñoz Grandes
El del doctor
Potau
Alvarado Ibarrola
El del marqués de
Otero
Aliaga Guizado
El de doña Jacoba
Galbán
El Doctor Priego Tobilla El de Presa
La de don José Vásquez de
Velasco
Baldivieso El de Sarabia
La de Santa De los licenciados López
La de Puente de Palo Carlos Cortés
La de Boza Antonio Alegre
Marzano
Borrayo
Palomares
Buenamuerte (antes Medrano)
Altillo de Palomares
11 AGN. Cabildo, Juzgado Privativo de Aguas, Legajo 212, Cuaderno 71, Año 1785.
257
Valle de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo (1785) - (continuación).
  
La Hoyada
Medianas
Del Lic. Sánchez
Del Padre Gerónimo - Limoncillo
Pití
Guinea
La viuda de Molina
La que llaman de la Moqueguana
La de Noriega
La del señor Tagle pasando el Patrocinio
La de las Ramos
La de la señora Florín, que fue de Lastra
La de Retes
Chicas
De los Guardias de Guía
De los padres de la Merced q. llaman Sarco
De Francisco el carpintero
De enfrente de las Cabezas de Santa Ana
Del capellán de las Cabezas
De la calle de los Tintoreros, de la Buenamuerte
De la Alameda en que está Otárola
De los señores Alvarado
De don Santiago Fano en la Imprenta
De las señoras Leones
De don Pedro Galindo
De San Miguel
La que está junto a la viuda de Lastra
De doña Juana Ayala
La que está frente de la puente Amaya
La que está frente de la puerta calle derecha
de Copacabana, frente a la casa de Chévez
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
Revista del Archivo General de la Nación
258
Veinticuatro años después, en 1809, en la cuenta de cargo y data
presentada por don Manuel Escobar, diputado de los valles de Amancaes,
Piedra Liza y Barrio Nuevo, se señala que en este lugar existían ocho
chacras, cuarenta huertas y seis molinos, cuyos nombres habían cambiado
en algunos casos con respecto a 1785. El molino que se había agregado era
el de Lara
12
.
En base al documento citado elaboramos el siguiente cuadro:
Valle de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo (1809).
  
Aznapuquio Ramos Potao
Palao Palomares Otero
Lagunas Altillo Alameda
Aliaga Santa Liberata Presa
Boza Hoyada Lara
Mulería Naranjito Saravia
Puente de Palo Manzano
Amancaes La Nieves
Valdivieso
Cacotigue
Cortés
Guisado
Ansieta
Lechugueros
El Padre Sama
Los Clérigos
Tejada
San Francisco de Paula
Las Cabezas
Presa
El Padre Gerónimo
Vilches
Santa Rosa
Puente de Amaya
Tintoreros
Noriega
12 AGN. Cabildo, Juzgado Privativo de Aguas, Legajo 218, Cuaderno 291, Año 1809.
259
Valle de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo (1809) -
(continuación).
  
Cavero
Guinea
Potao
Serrano
Ruiz
Imprenta o Fano
Otárola
Leones
San Miguel
Acho
Ulloa
Rincón de Malambo
Padre Benites
squez
  
El 3 de julio de 1820 se efectúa la última visita al valle de Amancaes y
Barrio Nuevo durante el período colonial. Era juez de aguas don Javier
María Aguirre, miembro de la Orden de Carlos III y regidor perpetuo
del Cabildo de Lima. Habiéndose cortado el agua el día 2 de julio, la
visita comenzó como siempre en la bocatoma principal de Piedra Liza,
ordenándose al diputado del valle don Juan Suárez (arrendatario de la
chacra Aliaga) refaccionarla de la mejor manera posible. Revisó la toma
que regaba los sauces de la Alameda de Acho (Alameda Nueva), indicando
que se le pusiese en su correcta dotación. También dictó el juez diversas
disposiciones para mejorar bocatomas hasta el Puente de la Portería del
antiguo convento de San Francisco de Paula.
El 14 de julio de 1820 se efectuó la revisita, pero el juez de aguas “… no
notó lo mas leve tanto en la limpia del cauze principal, como en la refaccion
de sus tomas
13
. Tal vez, ya se dejaba sentir el clima de intranquilidad e
incertidumbre previo al arribo de la Expedición Libertadora en septiembre
de dicho año.
13 AGN. CA-JA 1 / 220.421, Año 1820.
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
Revista del Archivo General de la Nación
260

La revisión de los documentos originados por el Juzgado Privativo de
Aguas y custodiados en el Archivo General de la Nación, particularmente
las visitas y revisitas, nos permiten conocer en detalle las características
del valle de Piedra Liza, Amancaes y Barrio Nuevo, valle que ha pasado
casi “invisible” para la historiografía limeña. Nos acerca a las unidades
productivas que existieron: chacras, huertas y molinos, a sus propietarios
y/o arrendatarios; así como a los diversos problemas generados por la
distribución del agua, cuando no por las crecientes veraniegas del río
Rímac que se revelan como una constante amenaza, particularmente para
la bocatoma principal de Piedra Liza; los alcances de la legislación española
sobre aguas, sus posibilidades para resolver los problemas de su uso, así
como la pervivencia de usos y costumbres prehispánicos.
Este es un primer acercamiento al tema. Esperamos contribuir a generar
mayor interés por el estudio de la zona de Abajo el Puente, especialmente
su sector rural, yendo más allá de lo legendario y anecdótico, para abordar
temas como la propiedad, por ejemplo, los propietarios, la producción y
dónde se comercializaba lo que allí se producía.

AGN (Perú), Superior Gobierno. Visita de acequia en los valles de Aman-
caes y otros. Año 1781.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita de acequia en los valles de
Amancaes, Piedra Liza y otros. Año 1784.
AGN (Perú), Superior Gobierno. Visita a los valles de Piedra Liza, Aman-
caes y otros. Año 1785.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Cuentas de cargo y data del
diputado de los valles de Amancaes, Piedra Liza y otro. Año 1785.
AGN (Perú), Superior Gobierno. Visita a los valles de Amancaes, Piedra
Liza y otro. Año 1788.
261
AGN (Perú), Superior Gobierno. Visita de reconocimiento de limpieza de
acequia en los valles de Piedra Liza y Barrio Nuevo. Año 1793.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1796.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1797.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1798.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Barrio Nuevo y otros. Año 1799.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1800.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita al valle de Amancaes. Año 1801.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1802.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1803.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1804.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes,
Piedra Liza y otros. Año 1807.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Cuenta de cargo y data que pre-
senta don Manuel Escobar como Diputado de los Valles de Amancaes, Pie-
dra Liza y Barrio Nuevo. Año 1809.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes y
Barrio Nuevo. Año 1811.
Visitas al valle de Piedra Liza y Amamcaes (-)
Revista del Archivo General de la Nación
262
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita al valle de Amancaes. Año 1812.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita al valle de Amancaes. Año 1815.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita al valle de Amancaes. Año 1816.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes y
otros. Año 1817.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita al valle de Amancaes. Año 1818.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita a los valles de Amancaes y
otros. Año 1819.
AGN (Perú), Cabildo, Juzgado de Aguas. Visita al valle de Amancaes. Año 1820.
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