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Revista del Archivo General de la Nación
en la que se pone de maniesto que en paleografía se habían superado muchas
de las barreras ancestrales, congurándose como una ciencia autónoma, con
un método de análisis propio, ampliando su campo de estudio, que ya no
quedaba limitada a los textos escritos sobre materiales “blandos”
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, sino que
también serían tenidos en cuenta los soportes “duros” o epigrácos.
El principal órgano de difusión periódica de la misma, la revista
Scriptorium,
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fue propugnando este nuevo aspecto de la Paleografía, como
ciencia independiente y autónoma. Las aportaciones de los italianos se dieron
en la revista Scrittura e civiltá, con trabajos de Bartoli, Petrucci, Pratesi,
Cavallo y otros, cuyo primer número se publicó en 1977.
Entre los españoles, Luis Nuñez Contreras en 1974 proponía considerar
la Paleografía como la ciencia que, utilizando como fuentes los monumentos
grácos en su integridad, estudia la evolución de la escritura, de la que se ha
valido el hombre a través de su historia para jar la lengua articulada, que es,
por naturaleza, fugaz. Años más tarde, añade que, en la historia de la escritura,
no puede ser olvidada la prioridad pasado-presente / presente–pasado porque
lo histórico constituye un pasado excepcional que de alguna manera sobrevive
y tiene como objeto último la comprensión del presente.
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Otro autor, Agustín Millares Carlo, interpreta que Paleografía es, por un lado
ciencia autónoma y, por otro, auxiliar principal en el examen de la escritura.
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Y
añade que su campo de acción se ha visto ensanchado y su técnica y procedimientos
han venido a constituir un “capítulo nuevo en la historia de la cultura” y a situarse
como base sólida en los problemas de transmisión de los textos.
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A su vez, José Antonio Fernández Florez, sostiene que del análisis de la
escritura en sí misma, en cuanto a sus formas alfabéticas, también pueden
extraerse datos y precisiones en orden a un mejor conocimiento del ambiente
sociocultural en el que se desenvolvía la persona que escribe, porque la
escritura, independientemente de lo que a través de ella se trasmita, es una
huella de la actividad del hombre.
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La paleografía se centraba en: papiro, pergamino y papel.
11
El primer número de la revista Scriptorium salió en 1946/47.
12
NUÑEZ CONTRERAS, Luis. “Sobre el actual concepto de Paleografía”, Miscelánea… Marín Oceto,
tomo II, Granada, 1974, p. 838.
13
MILLARES CARLO, Agustín. Tratado de Paleografía Española, 3° edición, con la colaboración de
J.M.Ruiz Asencio, tomo I, Madrid, 1983, p. 6.
14
MILLARES CARLO, A., MANTECÓN, José Ignacio. Álbum de Paleografía Hispanoamericana de los
siglos XVI y XVII, I Introducción y transcripciones, El Albir, Barcelona, 1975. p.7.
15
FERNÁNDEZ FLÓREZ, José Antonio. “Paleografía y fuentes documentales de la edad Media
Burgalesa: estado de la cuestión”, en I Jornadas Burgalesas de Historia. Introducción a la historia de
Burgos en la Edad Media. Burgos, 1990, p. 138.