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ás, heredado de su abuela materna María Pérez de los Ríos y del Corral;
además, se había casado hacía poco con Rosa Salazar y Robles, integrante
de la familia terrateniente de los Salazar y Muñatones y sobrina del primer
conde de Monteblanco.
El matrimonio Palomares-Salazar tuvo dos hijas: María Josefa y María Rosa
de Palomares y Salazar. Como era la costumbre entre las clases dominantes en
un régimen señorial, buscaron establecer alianzas matrimoniales ventajosas.
La primera en casarse fue María Rosa de Palomares y Salazar quien lo
hizo en 1780 con Tadeo de Encalada y Mirones, hijo de Manuel Lorenzo de
Encalada y de Manuela Mirones y Obregón. Con ocasión de este matrimonio,
el conde de San ás dio una dote a su hija María Rosa, consistente en la huerta
“Palomares”, esclavos y joyas, que alcanzó la suma de 63,793 pesos. Tadeo
de Encalada rmó la carta dotal respectiva el 13 de junio de 1780 y otorgó a
su amante esposa 8 mil pesos en arras propternuptias.
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En 1783 fue el turno de María Josefa de Palomares y Salazar, quien
contrajo matrimonio con el destacado comerciante navarro y jefe de milicias,
Juan Félix de Berindoaga Irazoqui. El conde de San ás dotó a su hija con
dinero en efectivo, joyas de oro, diamantes, perlas, plata labrada y esclavos,
que alcanzó la suma de 47,744 pesos 3 reales. Juan Félix de Berindoaga otorgó
carta dotal el 28 de enero de 1783, entregando a su prometida 10 mil pesos
en arras propternuptias.
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Posteriormente, los recién casados solicitaron como
parte de la dote la huerta “El Altillo”, tasada en 22,500 pesos, descontando
esta cantidad del dinero en efectivo a recibir.
Juan Antonio de Palomares y Vega, conde de San Donás, luego de los
matrimonios de sus hijas, quedó con la propiedad de la huerta “La Ramos”,
además de dos casas en el centro de Lima. Al mismo tiempo, era arrendatario
de la hacienda “Huando”, en Chancay, propiedad del conde de Polentinos.
El 1 de diciembre de 1787, el conde de San Donás otorgó poder para testar
a su esposa Rosa de Salazar y Robles, en primer lugar, y a su cuñado Andrés
de Salazar y Robles en segundo lugar.
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Para entonces se encontraba enfermo
en cama, falleciendo en dicho mes. Declaró como herederas universales a sus
dos hijas legítimas, María Josefa y María Rosa de Palomares y Salazar.
El 11 de octubre de 1788 la condesa viuda de San Donás, Rosa de Salazar
y Robles contrajo segundas nupcias con Juan Pedro Saldías y Aldecoa,
10
AGN. Orencio de Ascarrunz, Protocolo 80, año 1758, ff. 524v al 526v.
11
AGN. Felipe José Járava, Protocolo 561, año 1780, ff. 116 al 122v.
12
AGN. Felipe José Járava, Protocolo 562, año 1783, ff. 268 al 271.
13
AGN. Pedro Lumbreras, Protocolo 583, año 1787, ff. 674v al 676v.
Tres Huertas de Abajo el Puente: “La Ramos”, “Palomares” y “El Altillo”. Siglos XVII-XIX