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El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de
Fernando Torres y Portugal, I Conde de Villardompardo,
como Asistente de Sevilla (1578-1583) y Virrey del Perú
(1585-1589)
Paula Ermila Rivasplata Varillas
1
Resumen
Fernando Torres y Carbajal habría acumulado una amplia experiencia
como asistente de Sevilla, especialmente en el manejo de pestes, formando
juntas de médicos para determinar si una enfermedad era declarada pestilente,
creación de lazaretos y otras medidas. Este conocimiento lo volcó cuando
asumió el cargo de virrey del Perú. Las pestes estuvieron presentes durante su
gestión tanto en Sevilla como en el Perú. También tenía experiencia en cuanto
a la gestión de desastres naturales de diferente índole como inundaciones en
Sevilla y terremotos en Lima.
Palabras clave: salud pública, pestes, virrey, Perú, Lima.
Abstract
Fernando Torres y Carbajal would have accumulated a wide experience
as assistant of Seville, especially in the managing pest, forming you join of
doctors to determine if a disease was declared pestilent, creation of lazarettos
and other measures. This knowledge overturned it when it assumed the
viceroy’s post of Peru. The pests were present during his management both in
Seville and in Peru. Also it was experienced as for the management of natural
disasters nevertheless of different nature oods at Seville and earthquakes, at
Lima.
Keywords: public health, pests, viceroy, Peru, Lima.
1
Licenciada en arqueología e ingeniería geográca en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.
Licenciada, Master y Doctora en Historia de la Universidad de Sevilla y Doctora en Europa, el Mundo
Mediterráneo y su difusión Atlántica de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
80
Revista del Archivo General de la Nación
Este artículo trata sobre la participación del virrey Fernando de Torres y
Portugal y Mesía Venegas y Ponce de León, I Conde de Villardompardo en
la salud pública limeña, y cómo su experiencia como asistente, corregidor
y alférez en la península ibérica fueron determinantes en el manejo de la
salubridad en la ciudad de Lima. El futuro virrey del Perú, al ocupar el cargo
de asistente en Sevilla, organizó las primeras juntas de sanidad para que
médicos prestigiosos declararan la existencia de peste o no y determinaran
las medidas a tomar. Esta exitosa práctica la volcó en Lima durante la peste
de 1589. Asimismo, sus otras experiencias públicas las aplicó apenas arribó
al Perú e impuso un corregidor como cabeza del cabildo limeño, sustituyendo
a los alcaldes, e impuso mayor presencia militar contra los piratas, ladrones y
cimarrones.
Este trabajo es el resultado de una investigación en archivos sevillanos y
limeños. El Archivo Histórico Municipal de Sevilla resguarda la información
primaria de su gestión como Asistente de la Ciudad, y los archivos General de
Indias y General de la Nación del Perú tienen información del período como
virrey del Perú. Se ha recurrido además a fuentes bibliográcas de diversas
bibliotecas, destacando la biblioteca de la Escuela de Estudios Hispano-
Americanos de Sevilla, perteneciente a la red del Consejo de Investigaciones
Cientícas, las bibliotecas de la Universidad de Sevilla y la Biblioteca
Nacional del Perú, entre otras más.
El objetivo de este artículo es detectar la inuencia que tuvo la experiencia
previa de este virrey como corregidor y asistente en la gestión de la salud
pública en Lima. Sin lugar a dudas, impuso las medidas que había aplicado
previamente en la Península y que resultaron novedosas y exitosas. Por lo
tanto, Lima sería la sede donde por primera vez se formaron juntas de sanidad
conformadas por el virrey, el corregidor y los regidores, quienes tomaron
medidas para hacer frente a la gran peste que empezó en 1589 y cegó la vida
sobre todo de indios y esclavos. La fuerte inuencia de la experiencia previa
en la gestión de este virrey ya ha sido notada por preclaros historiadores de
la talla de Guillermo Lohmann Villena, Antonio Domínguez Ortiz y Miguel
Molina Martínez.
2
2
LOHMANN VILLENA, Guillermo. “Tres catalanes virreyes del Perú, en “Hidalguía”. Madrid, nº
50 (enero-febrero, 1962), pp. 101-128.Miguel Molina Martínez. “Los Torres y Portugal. Del señorío
de Jaén al Virreinato peruano”, en Andalucía y América en el siglo XVI: actas de las II Jornadas de
Andalucía y América, [celebradas en la] (Universidad de Santa María de la Rábida, marzo, 1982),
coords Bibiano Torres Ramírez, José J. Hernández Palomo, Vol. 2, 1983, pp.35-66. DOMÍNGUEZ
ORTIZ, Antonio. “Salario y atribuciones de los asistentes de Sevilla”, en Archivo Hispalense (Sevilla),
VII (1946), p. 208.
81
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
1. La experiencia adquirida en gestión de la salud pública del
I conde de Villardompardo en España
Fernando de Torres y Portugal y Mesía Venegas y Ponce de León, I Conde
de Villardompardo y marqués de Bélgida, por merced concedida por el rey
Felipe II en 1576, pertenecía a una de las más rancias familias nobles de la
península, emparentada con la casa real de Portugal. Su padre fue Bernardino
de Torres y Portugal y su madre Inés Manrique. Nació en Jaén en la casa
nobiliaria del palacio real de Villardompardo, que ocupó el lugar de una antigua
mezquita con soberbios baños moros. Este noble había sido alférez mayor de
Jaén, corregidor de Salamanca y asistente de Sevilla antes de acceder al cargo
de virrey del Perú.
3
El perl dictatorial es lo que caracteriza a estos tres cargos:
el carácter militar y marcial como alférez de Jaén, el control absoluto del
poder sobre una persona como corregidor y el autoritarismo que caracterizaba
al cargo de asistente. Esta experiencia previa, aunada a su formación militar,
hizo que como virrey se impusiera su criterio y voluntad.
El período en que ejerció el cargo de asistente de Sevilla (1578-1583) se
caracterizó por pestes virulentas que asolaron la ciudad hispalense: pestes,
catarro y tifus o tabardillo. Se inició con la llegada del catarro cuyas primeras
víctimas se detectaron en 1579. El conde de Villardompardo, como asistente
de Sevilla, reunió a destacados médicos para que diagnosticaran y decidieran
las medidas a adoptarse para combatir esta epidemia. Esta junta de sanidad
pública de la que formaron parte prestigiosos médicos como Hidalgo
de Agüero, Diez Daza, Saavedra y Monardes, denominaron esta nueva
enfermedad como catarro maligno.
4
De esta manera el futuro virrey acumuló
experiencia en cuanto al tratamiento y gestión de pestes, ya que tuvo que
3
RUBIO, Agustín. Peste negra, crisis y comportamientos sociales en la España del siglo XIV. La ciudad
de Valencia (1348-1401), Granada: Universidad de Granada, 1979, pp. 209-213. Asistente de Sevilla
cargo que era muy importante, similar al de corregidor, como representante del poder central y cabeza de
la corporación municipal, acaparaba multitud de atribuciones militares, civiles, ejecutivas, legislativas
e incluso judiciales. Esta labor la ejerció durante los años de 1578 a 1583. ARCO MOYA, Juan del.
“Documentos del Conde del Villar en el Instituto de Estudios Giennenses”, Elucidario nº1(Marzo
2006), Seminario bio-bibliográco Manuel Caballero Verzalá, pp. 481 a 484. Últimamente se ha puesto
a disposición del público los documentos del Conde del Villar del Instituto de Estudios Giennenses. En
este instituto se encuentran documentos sobre los títulos que ostentó - virrey del Perú y asistente de
Sevilla- y la genealogía de la casa real de Portugal de donde tenía ascendencia. También, se encuentra
el juicio de residencia del tiempo que fue corregidor de Salamanca (1566), el nombramiento por el
rey de asistente en Sevilla y su recibimiento (1578) y su juicio de residencia (1583), nombramiento
de virrey del Perú por muerte de Martin Enríquez (1584), poder para encomendar indios que hallara
vacos y los que vacaran como lo hizo Francisco de Pizarro y proveer gobernadores para los nuevos
descubrimientos y facultad para castigar y perdonar delitos (1584), no se encuentra ningún manuscrito
sobre su gobierno ni juicios de residencia de cuando fue virrey del Perú.
4
CARMONA GARCÍA, Enfermedad y Sociedad en los primeros tiempos modernos. Sevilla:
Secretariado de publicaciones de la Universidad de Sevilla, 2005, p. 194.
82
Revista del Archivo General de la Nación
enfrentarse después del catarro, al tifus de garrotillo, mejor conocida como
difteria, que asoló Sevilla en 1582. Del 21 al 23 de abril del mencionado año,
el conde de Villar volvió a convocar una nueva junta de salud para que los
expertos determinaran la naturaleza del mal que se estaba padeciendo y si
se podía considerar pestilente para declararlo como tal. A la junta asistieron
los galenos de los principales hospitales hispalenses cuyas opiniones no
coincidieron en la calicación de esta enfermedad como peste.
5
No obstante,
se adoptaron medidas sanitarias. Estaba claro que el mal se extendía entre las
gentes pobres y menesterosas, pues la mayoría de los médicos estuvieron de
acuerdo en que no se podía considerar el tabardillo como verdadera peste.
2. El conde de Villardompardo, virrey del Perú
Con la experiencia adquirida en salud pública como asistente de Sevilla y
corregidor, llegó al virreinato del Perú donde asumió el cargo de virrey desde
1585 a 1591.
6
Tuvo que hacer frente al azote del tabardillo y la viruela, que
mataron a gran parte de la población indígena de Lima y de sus alrededores, así
como también en Cuzco y Quito. Las medidas contra las pestes que este virrey
aplicó en Lima fueron similares a las que utilizó en Sevilla como asistente,
con la convocatoria de juntas de médicos y la formación de lazaretos.
El conde de Villardompardo fue nombrado virrey del Perú el 31 de marzo
de 1584. Llegó en una ota a Cartagena el 22 de febrero de 1585 y a Paita el
5
RUBIO, Agustín. Op.cit., 75. Ya en la Baja Edad Media, “los expertos en medicina” advertían al
concejo de la gravedad de la situación cuando detectaban algún caso de peste y quienes emitían el
juicio técnico acerca de si el brote epidémico podía o no considerarse como “mortandad general”.
6
Ibídem, pp. 81-86. A la vista de los informes contradictorios, el asistente optó por no declarar la peste
para evitar el alboroto social y el gasto económico que conllevaba formar lazaretos o sitios para la
gente apestada, pero como aumentaba el número de casos, convocó otra junta de médicos el 15 de
mayo de 1582, en la cual se tomó la resolución de aconsejar a la autoridad municipal que declarase
ocialmente que se había detectado efectivamente una epidemia de tabardete, y que debía procurar
que se creasen casas de curación a extramuros para atender a los afectados que lo necesitasen. A
partir de esto, los regidores hispalenses debían tomar la iniciativa en el combate contra la infección
y arbitrar las medidas pertinentes a tal n. El asistente conde de Villar consultó con el poder central
sobre lo que debía hacer para luchar con ecacia frente al mal infeccioso que se estaba propagando
rápidamente y solicitó ayuda económica para atender enfermos y pagar a los médicos. El rey Felipe II
mandó 24.000 ducados y el consejo de los médicos reales sugirió que se quemase madera aromática
en todas las calles, aunque se hiciese con mucho coste, para puricar el ambiente, y que se usase
grandes cantidades de vinagre con el mismo propósito, además de habituales precauciones de quemar
la basura, vestidos infectados, aislamiento de enfermos, y dieta saludable a los mismos. Aconsejaban
a los regidores que se asegurasen del buen estado del pescado y del cerdo que se vendía al público y
que se redujera la venta de fruta, pues se pudría con rapidez y a los responsables de la sanidad (ediles
y protomedicato) asegurarse que las boticas estuviesen provistas de medicamentos (bezoares, triaca,
etc.) y no permitir que se formasen aglomeraciones en las procesiones para evitar la propagación del
contagio. El tabardillo estuvo presente durante todo su mandato como asistente de Sevilla, y continuó
en 1587, 1588 y 1589, 1591 y 1604.
83
11 de junio.
7
Las primeras noticias del arribo del esperado virrey llegaron a
Lima el 30 de abril de 1585, y el cabildo mandó que se celebrara la nueva con
“regocijos y alegrías” que se acostumbraba hacer.
con más demostraciones si más pudiere ser… e que se pregoné que esta
noche por la buena nueva pongan en sus balcones y casas luminarias y
que todos los caballeros estantes, habitantes en esta ciudad que tienen
caballos salgan con ellos y hachas esta noche a la plaza pública de
esta ciudad y que los Sres. alcaldes manden se ejecute esto y para ello
pongan las personas que les pareciere que las ejecuten.
8
El virrey entró a Trujillo el 30 de agosto y a la Ciudad de los Reyes el 25 de
noviembre de 1585. El cabildo limeño preparó su recibimiento y mandó una
comisión de regidores para acompañarlo en su entrada a la capital dirigiéndose
a Carabaillo.
9
De esta manera, después de cuatro años de la muerte en el
cargo del virrey Martin Enríquez de Almansa en 1583, el virreinato dejó de
ser dirigido por la Real Audiencia para volver a tener un nuevo virrey. Este
llegó con un numeroso cortejo de parientes y criados. Trajo consigo a su hijo
Jerónimo de Torres y Portugal, su nieto Fernando de Torres, su sobrino Diego
de Portugal y su hermano político Hernán Carrillo de Córdoba, capitán general
del Mar. El nuevo virrey llegó enfermo y ya era un hombre de avanzada
mediana edad. Él mismo lo remarca:
No obstante la mucha falta de salud y poco tiempo que he tenido después
que llegue a esta tierra y las muchas y grandes ocupaciones que no
han sido menso las de este cargo...aunque este despacho me tomó en
la cama con la enfermedad”” mis enfermedades me volvieron apretar.
10
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
7
AGI. Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 25/05/1586, s.f. Al puerto de Paita llego el 11 de
junio de 1585. Sus primeras impresiones se recogen en esta misiva donde describe su recorrido desde
Paita a Lima por tierra. “por donde pase procurando siempre el ennoblecimiento y acrecentamiento
de todo… haciendo reedicar las iglesias, monasterios y hospitales.,. y edicar algunas de nuevo
particularmente en Trujillo... cebando a los vagabundos y personas de mal vivir. Particularmente los
que vivían en los pueblos de indios porque estos de ordinario les roban y maltratan… he hallado gran
falta de los mantenimientos y carestía de trigo, cebada y maíz y carne en general en todo el reino en
particular Lima y Potosí”.
8
Libros de
cabildo de Lima. Libro Décimo. Años 1583 – 1588.Bertham Lee (descifrador y anotador).
Lima: Consejo Provincial de Lima. Impresores Torres Aguirre, 1942. (30 abril 1585), p. 182.
9
Libros de cabildo, Lima Decimo, Años 1583-1588 (11 noviembre de 1585), p. 255.
10
Archivo General de Indias (AGI). Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 24/02/1587, s.f.
El virrey indicaba que “por mi poca salud y tantos negocios no podría yo acudir con la puntualidad
necesaria y por otras muchas cosas convenía elegir y nombrar un teniente general para que sirviese en
ellas y pareciéndome muy a propósito para ello la persona de don Hernando mi hijo, le nombre por tal
mi lugar teniente de capitán general de estos reinos así de mar como de tierra sin sueldo alguno”.
84
Revista del Archivo General de la Nación
El entusiasmo por la llegada del nuevo virrey no duró mucho, pues al mes
en el cabildo se discutió si convenía o no agasajarle con una esta con colación
incluida pagada por los propios de la ciudad con presencia de las damas de
la ciudad. El alcalde de la ciudad, Juan Fernández de Heredia, pidió que los
regidores se informasen a través de “una provisión de los gobernadores”; lo
examinaron y determinaron que se gastara 200 pesos, según tradición, aunque
algunos estuvieron en desacuerdo que se hiciese gasto alguno.
11
El 30 de
diciembre el cabildo acordó invitar al virrey a la elección de los alcaldes y el
alcalde de aguas, que según potestad real le correspondía y era costumbre.
También se resolvió la ubicación que deberían ocupar las autoridades y sus
mujeres en los arcos de la plaza mayor para la celebración de la esta.
El 1 de enero de 1586 se esperó al virrey en el cabildo para la elección de
alcaldes y al llegar por la tarde impuso su voluntad de elegir y nombrar por
ese año a un corregidor que ejercería los cargos de alcalde y juez de aguas,
realizándolo ese día en la persona de Francisco de Quiñones a quien se entregó
vara de justicia. En cuanto al alferazgo, permitió que lo ejerciera un regidor así
como eles ejecutores y mayordomo.
12
En el cabildo los regidores pudieron
elegir procurador mayor, letrados, eles ejecutores, mayordomo, el de la
alhóndiga, el de la carnicería, diputados de las cuentas.
13
En los días sucesivos todo funcionó normalmente en el cabildo, formando
comisiones para solucionar los problemas de la ciudad. Por ejemplo, el 10 de enero
de 1586, el corregidor y uno o dos regidores formaron parte de cinco comisiones:
abastecimiento de carne, de la alhóndiga, mantenimiento del agua de la fuente,
cobranza de la entrada de negros en la ciudad, y toma de las cuentas.
14
11
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (30 abril 1585), p. 262.
12
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (1 de enero de 1586) , p. 272-275.(24 de enero de
1586), p. 288-294. Quiñones presento una provision que era el titulo de su ocio para asentarlo en el
libro capitular. AGI. Lima, 32. Carta del virrey Villardompardo al rey, 1588, s.f El virrey indicó que los
alcaldes eran vecinos y moradores de la ciudad así como sus deudos y amigos y los que los eligieron y
los suyos
y todos son hacendados y se hacen tratantes de manera que son pocos los mantenimientos de
la republica que ellos no vendan por si y por interpósitas personas y en
gran daño.. y en las elecciones
hay disgustos y bandos y muchas ofensas.(21 de octubre de 1586) p. 388. Dos regidores fueron a ver al
virrey para volver a nombrar alcaldes como se acostumbraba a hacer; (1 de enero de 1587), p. 404. En
el ayuntamiento se vio una prorrogación que hizo el virrey al corregidor de Lima.
13
AGI. Lima, 31. Cartas y expedientes de virreyes del Perú vistos o resueltos en el Consejo. Carta del
virrey al rey, 17/04/1586, s.f. El virrey indicó “poner yo un corregidor me resolví en hacerlo y ver lo que
la experiencia mostraba… [nombró a F. Quiñones que había servido en la guerra en diversas partes].
La experiencia ha mostrado haber sido cosa muy acertada por la mucha quietud y paz y sosiego en la
ciudad y en el poco tiempo... castigado los pecados públicos… más de cien amancebados. [Incluso para
controlar la delincuencia extramuros de Lima, nombró a Quiñones corregidor de Cañete y Chancay],
24-02-1587.09/09/1587.
14
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (10 de enero de 1586) (7 de febrero de 1586), p.
280-286
85
En 1586 una de las primeras medidas que realizó fue suprimir los dos
alcaldes ordinarios del cabildo de la Ciudad de los Reyes, que anualmente
los regidores elegían entre ellos, y remplazarlos por un corregidor elegido por
él: Francisco Quiñones. La razón que alegó fue que había durante muchos
años discordias entre los regidores y se habían formado dos bandos, líos que
se habían extendido por la ciudad. Todo lo cual perjudicaba el buen gobierno
de Lima. Para cortar esto nombró a un corregidor. Su experiencia como
corregidor y asistente en la Metrópoli inuyó en esta decisión. Esta situación
se prolongó hasta el n de su gobierno cuando la ciudad recuperó el privilegio
de elegir alcaldes.
15
Es conocido que su afán principal fue el aumento de las entradas scales
a n de poder enviar una buena suma de dinero a España, por lo que además
de recaudar dinero,
16
incluso pretendió tomar el dinero de la Caja de Censos
de indios
17
, también se encargó de una buena ota del Mar del Sur que lo
transportara,
18
así como de defender el principal puerto del virreinato, el
Callao, protegiéndolo de probables atentados piratas como el que protagonizó
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
15
AGI. Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 25/05/1586, s.f. Incas virreyes y presidentes
del Perú, ediciones Peisa, p.63. El rey ordenó devolvió la facultad del cabildo limeño de elegir a sus
alcaldes el 24 de noviembre de 1589.
16
AGI. Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 03/11/1586, s.f. Envió de plata al rey. AGI.
Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 28/12/1586, s.f El afán de este virrey de enviar todo
el dinero posible a la corona hizo que enviara no solo otas, sino hasta pequeños barcos con dinero para
dar alcance a la ota o a los galeones que iban a España en el Puerto de Nombre de Dios y Cartagena.
“ …en los navíos que envié la plata a la sazón había en las reales cajas en Lima y que pude recoger de
algunos empréstitos, en llegando como esperaba algunas partidas de plata del rey de Potosí dentro de
diez o doce días con la que más y hubiese podido recoger de algunas cajas de comunidades de indios la
enviaría toda por una saltía que por ser de vela y remos se entendía llegaría antes que dicha plata que
llevara los dichos navíos se hubiere acabado de pasar de Panamá a Nombre de Dios a embarcar para
que se pasase y embarcase al mismo tiempo con todo y habiendo esperado hasta hoy día de la navidad
la dicha plata de Potosí no ha llegado.[se trataba de algo más de 1400 barras de plata]…[se enviaba]
dinero de comunidades de indios que yo había hecho recoger en las cajas de Lima, no me ha parecido
enviarla por ser poca y no conveniente al servicio de Vuestra Majestad…”
17
VARGAS UGARTE, Rubén. Historia General del Perú 1551-1596. Tomo II. Lima, Milla Batres,
1966, p. 304. Los corregidores tomaban el dinero ahorrado en las cajas de indios y el 13 de junio de
1588 el arzobispo Toribio de Mogrovejo lo denunció y pidió a los corregidores la devolución de lo
cogido, bajo amenaza de excomunión que cumplió en dos corregidores quienes apelaron a la Real
Audiencia para revocar tal medida. Se produjo un enfrentamiento entre estos dos poderes secular y
religioso que termino cuando el virrey intervino exigiendo al arzobispo que les quitara la excomunión
a los corregidores sin que estos devuelvan lo sacado del caja de comunidad de sus indios.
18
AGI. Lima, 31. Cartas y expedientes de virreyes del Perú vistos o resueltos en el Consejo. Carta del
virrey al rey, 26/05/1586, s.f. Cuando llegue a este reino con ser menester para la guarda y defensa de
la armada que cada año va con la plata de su majestad a Tierra Firme mucha artillería no halle más que
(algunas piezas) y luego di orden como se fundiesen algunas y no pudieron pasar de catorce por no
haber metal para más en estaño que fue menester tomar platos y escudillas a personas que las tenían y
fundirlas y a no hacerse estas dichas piezas no se pudieran artillar bien los dichos navíos del armada
y por acudir a lo más necesario por ahora que es la seguridad en llevar la plata nos quedamos en este
puerto y en lima sin ninguna pieza de artillería por lo que suplico[mandar artillería o metal para hacerla
a cuenta del rey].
86
Revista del Archivo General de la Nación
Thomas Cavendish.
19
En esa época se vivía en una especie de sitio provocado
por los piratas que merodeaban los puertos y saqueaban las ciudades; las
consecuencias fueron el encarecimiento de ropa y otras mercaderías.
20
En
total envió 4 remesas que en conjunto sumaron 4.905.937 pesos. El virrey
preparaba la defensa del Callao personalmente cuando lo sorprendió un fuerte
terremoto.
3. Salud pública de Lima durante el gobierno del virrey
Conde de Villardompardo
Mantenimiento de tajamares
A comienzos de 1586, la furia del río hizo que se llevara parte de la barranca
que estaba junto a la ermita de la peña de Francia, una parte del cauce del río
que estaba entrando a la ciudad. El virrey fue a verlo y mandó que se reparase,
por lo que una comisión fue formada a cargo del regidor Simón Luis de Lucio
quien controlaba el trabajo realizado por el capataz Vicente Macedo a cargo
de los indios ocupados en el mantenimiento. Propios del cabildo pagaba al
capataz 3 reales y a los indios 2 reales diarios. No había dinero para arreglar
el tajamar del río ni reparar el puente, así que lo asumieron algunos de los
dueños de los molinos y otros interesados que estaban en su vera. En enero de
1587 el regidor encargado de la comisión de los tajamares indicó que aún no
se le había pagado a los indios el trabajo realizado el año anterior y presentó
memoria de eso. Los regidores acordaron que se les pagara ante el corregidor
de propios de la ciudad.
21
Cada año se reparaba el tajamar y el puente que se dirigía hacia Trujillo. En
1587 no se había iniciado aun este arreglo. El 23 de octubre ya era una fecha
muy tardía para hacerlo pues se acercaba la época de aumento de caudal del
19
LANE, Kriss PILLAGINGTHEEMPIRE, E. Piracy in theAmericans 1500-1750. Armonk, M. E.
Sharpe, 1998, pp. 33, 51, 72-77.
20
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (12 de mayo de 1586), p. 346. En el ayuntamiento
se trató como a causa de la nueva que había venido de la toma de la ciudad de Cartagena por ingleses
y como no venía ota ni había nueva de ella se encarecía la ropa a excesivos precios y si no se ponía
remedio podía aumentar más. AGI. Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 24/02/1587, s.f.
Una carta del rey dad en San Lorenzo a 5 de septiembre de 1586 en que se advertía que habían salido
de Inglaterra siete naves de corsarios artillados y con municiones para seis meses y que traían hasta
1000 hombres y que después se les habían juntado otros siete navíos de piratas
y que todos iban a
estas partes a hacer en ella robos y daños.
21
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (14 de febrero 1586), p. 304(14 de noviembre de
1586), p. 390, (30 de enero de 1587), p. 417.Libros de cabildo de Lima, Libro Undécimo, Años 1588-
1593 (26 de marzo de 1588), p. 17.
87
río. El río estaba muy embravecido y erosionaba los tajamares y amenazaba
llevarse los pases, monasterios y casas cercanas a él.
Limpieza de las fuentes
En 1586 el diputado de la fuente era el regidor Francisco Ortiz de Arbildo,
y el encargado de ejecutar sus órdenes era Vicente Macedo con un salario de
100 reales de la sisa para la limpieza del sistema de distribución de agua. El 21
de mayo de 1586 el corregidor mandó al diputado se arreglase el desaguadero
de la plaza del santo ocio, pagado de la sisa, entregando a Macedo 100 pesos
para cal y ladrillo necesario para ello.
22
Había un alguacil de aguas que era
Miguel Brustan.
La instalación de fuentes en la ciudad cesó porque se había encarecido
la carne, y la sisa que entraba para pagar esta obra disminuyó porque que
el cabildo pidió al virrey pusiese sisa al vino, en las botijas de vino de la
tierra y de castilla. El hospital de la caridad que estaba en la plaza del santo
ocio demandó al cabildo para que le pagara el sitio que del hospital había
tomado para hacer una caja y almacén de agua. En 14 de noviembre de 1586,
se ordenó hacer un desaguadero de la fuente que salía de la caja grande que
estaba junto a las casa de Baltazar de la Cruz, necesaria para que el agua
llegara a la plaza mayor y porque las calles estaba inundadas y maltratadas.
Esta obra se iba a pagar de la sisa de la carne impuesta a la población. Para
entonces ya estaba terminado el desaguadero del pilar de la plaza del santo
ocio, hecho por Vicente Macedo. Este trabajo se había dejado inconcluso y
se formó comisión para terminarlo con ociales, indios y materiales el 30 de
enero de 1587. Recién se dio orden a un regidor para tasar la obra cuatro meses
después. El 11 de mayo de 1587, en el cabildo se denunció el robo del agua
que iba a la fuente de la plaza mayor. Dieron orden de cerrar las aberturas; si
algún vecino quería el agua, tenía que pedir licencia al cabildo y pagar por
la que se extrajera, destinada al mantenimiento del sistema de distribución
de agua de boca. Al cabo de más de un mes, el regidor encargado de eso no
lo hizo así que se formó una nueva comisión conformada por el alguacil y el
procurador; también se recorrió todo el sistema de agua entubada para arreglar
desperfectos. El 6 de julio y el 31 de agosto de 1597, el albañil Francisco de
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
22
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (21 de mayo 1586), p. 348-349(julio de 1586), p.
345.
23
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (1 de septiembre 1586),pp. 370-371, 10 de octubre
de 1586, p. 178,(14 de noviembre de 1586), p. 390-391.(26 de enero de 1587), p. 415 Se le nombró
alhondiguero y el de ella. Este hombre ejercía muchos ocios, portero, etc. (30 de enero de 1587); (5
de junio de 1587),p. 454.(26 de junio de 1587), p. 461(6 de julio de 1587), p.467.Libros de cabildo de
Lima, Libro Undécimo, Años 1588-1593 (15 de febrero de 1588),`p.12.
88
Revista del Archivo General de la Nación
Gamarra indicó que le debían dinero del arreglo del desaguadero que estaba
frente a la casa del licenciado Carbajal; e ordenó que se le devolviera de la
sisa.
23
Aun el 4 de septiembre de ese año no se le habían devuelto los 800 pesos
que se le debía. El 15 de febrero de 1588, el cabildo concedió cuatro pajas de
agua al convento de Santo Domingo para hacer una pila, pedido realizado por
su prior Reginaldo de Lizárraga.
Limpieza de la ciudad
La lucha contra la insalubridad era indirectamente la lucha contra la peste,
por eso el cabildo encomendó su limpieza a una o varias personas, asignándoles
un salario a cuenta del erario municipal. Para esa época en el caso limeño, se
encomendaba a un capataz quien dirigía a indios, generalmente provenientes
del arrabal de San Lázaro, conocidos como los camaroneros; ellos se ocupaban
de la limpieza de la ciudad y eran pagados por los propios de la ciudad.
24
Entre
1586 y 1587, el encargado de la limpieza era Miguel Brustan, elegido por
el corregidor de Lima cuyo salario provenía de la renta de la pregonería.
25
El 22 de enero de 1598, el cabildo le mandó que arreglase la acequia de la
Plaza mayor. Las aguas estancadas constituirán el enemigo número uno de la
salud pública, pues todos estaban convencidos de que era el caldo de cultivo
de las temidas miasmas o mal olor que infestaba el ambiente. Estos son los
prolegómenos de la limpieza en la ciudad.
Orden de la ciudad
En marzo de 1586, el teniente y cuadrilleros salieron en busca de
cimarrones, a propuesta del corregidor, en el camino del Callao, Chancay,
Pachacamac, pagados de la caja de los negros. El virrey nombró a Garci Barba
Cabeza de Vaca como alcalde de la Santa Hermandad, encargado de la captura
de delincuentes que robaban, asesinaban y violaban por los caminos reales
y valles de la comarca, y pidió en noviembre de ese año dinero de la caja de
24
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (17 de enero 1586), p. 287; (1 de enero de 1587) a
los indios de San Pedro en el arrabal de San Lázaro se les debía sus jornales y se mandó al corregidor
averiguase cuando se debía también a los indios de Surco y otras partes del mundo.
25
RUBIO, Agustín, Op.cit. pp. 65 y 76. En la segunda mitad del siglo XIV, numerosas disposiciones
sanitarias de índole municipal intentarán combatir por doquier la tópica suciedad de las urbes
medievales. Desde la Baja Edad Media existía un sisma de venta anticipada de los impuestos
municipales. El concejo saca a subasta pública distintos impuestos que se debían recaudar en el año,
adjudicándose el cobro al mejor postor, el que adelantaba el dinero al cabildo. Libros de cabildo, Libro
Décimo, Años 1583-1588 (20 de marzo de 1586), p. 312, (19 de enero de 1587), p. 413. Se le debía
el salario de un año. (27 de enero de 1587) fue nombrado para la limpieza de la ciudad en 1587; (5 de
junio de 1587), p.455 Se le debía un tercio de su salario de alguacil de limpieza;(18 de septiembre de
1587), p. 484.
89
negros pues detectaron cimarrones en Carabayllo, entregándosele 50 pesos.
26
El respeto de la traza de la ciudad, los solares, debían de ser homogéneos, así
se discutió sobre la fachada del hospital de españoles de San Andrés porque
“iba contra la traza de la ciudad y en daño de la vista delantera del hospital”
en octubre 1586.
Hospitales
El hospital de españoles pobres de San Andrés tenía un médico, el
licenciado Giménez, cuyo salario lo pagaba propios del cabildo. La primera
vez que el cabildo protestó de este pago fue en noviembre de 1586 alegando
que ya tenía el hospital renta para ello.
27
Sin lugar a dudas una epidemia que se manifestó desde 1585 en los Andes
de la que no se tiene certeza si fue sarampión, tabardillo o viruela pero
que provocó la muerte de muchos indígenas. Lo cierto es que partió de los
Andes centrales y el cabildo de Huamanga dispuso guardias que controlasen
la entrada y salida y un control sanitario. Se prohibió el paso de personas y
mercaderías a distintos pueblos, sin embargo la peste se expandió por todo
el virreinato. Durante el gobierno de este virrey la peste estuvo presente y
se gastaba mucho dinero en medicinas y médicos que atendían a los indios
intramuros y extramuros de la ciudad.
28
A falta de atención, médicos y
personal sanitario, religiosos, mulatos y esclavos atendían a los apestados,
los primeros para administrarles los viáticos y los segundos para atenderlos.
29
Varios centros de apestados se abrieron de forma temporal para este n.
A pocos días de la llegada del virrey se desató la epidemia de viruela en
este reino que produjo una pestilencia general que se prolongó desde nales
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
26
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (6 de marzo de 1586), p. 307,(9 de abril de 1586),
pp. 320-325), (10 de octubre de 1586)p. 378, (21 de octubre de 1586), p. 388, (21 de noviembre de
1586), p. 394. (29 de diciembre de 1586), p. 401.
27
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (julio de 1586), p. 354.(14 de noviembre de 1586),
p. 393.
28
VARGAS UGARTE, Rubén. Ob.cit. p. 300. El 12 de junio de 1589 el virrey nombró a Francisco
Velásquez, cirujano, como visitador de Matucana y San Mateo.
29
VARGAS UGARTE, Rubén. Ob. cit., p. 300. En Lima, según una carta del P. José de Arriaga perdieron
la vida cerca de 3.000 personas, en su mayor parte indios. Aunque en Arequipa fue más virulenta. Los
jesuita atendieron en Cuzco, Arequipa y Lima no solo como ayuda a bien morir sino previéndoles
de medicinas, empleándose en esto casi todos los que residían en los colegios, habiendo fallecido no
pocos de ellos, pues en el colegio de Lima de sesenta murieron seis.
30
AGI. Lima, 32. Carta del virrey Villardompardo al rey, 29/04/1588, s.f “entendiendo que había
necesidad de que los hospitales de esta ciudad fuesen visitados nombre a dos personas que lo hiciesen
y les di comisión los cuales con consulta mia lo han hecho y ha sido de mucho provecho para los
dichos hospitales y servicio de nuestro señor y de Vmerced”.
90
Revista del Archivo General de la Nación
de 1585 hasta 1589, en la que murieron gran número de indios, algo más
de la tercera parte, sobre todo indios jóvenes, negros y esclavos, pero pocos
españoles. Eso nos hace pensar en la globalización de las enfermedades, que
cruzaban mares -Atlántico y Pacico- y terminaban infectando a los que tenían
menos defensas, que normalmente eran los indios y los menores de edad. En
total murieron en la capital 3.000 personas.
Se sumó a esta peste el tifus o tabardillo que vino desde Cartagena de Indias
en 1588. En el lapso de dos meses murieron en el Hospital Santa Ana de indios
de catorce a dieciséis personas al día. La experiencia de este virrey en gestionar
epidemias hizo que ordenara una visita o inspección al hospital mencionado
en 1587 que duró ocho meses.
30
El 10 de abril de 1589, el corregidor pidió al
virrey que sitiara la Ciudad de los Reyes, cerrando el puente y todas las vías
que daban acceso a ella para impedir que propagasen la peste, pero ya era muy
tarde porque la ciudad tenía extendida la enfermedad en todos sus barrios:
San Sebastián, Santa Ana, San Marcelo, y se decidió concentrar a todos los
indios de la ciudad, estuviesen o no enfermos a modo de gueto, en el barrio
de San Lázaro donde había que hacer un hospital de indios, pues en esta zona
morían muchos de la viruela. Además el virrey ordenó que cada parroquia de
la ciudad hiciese relación de sus enfermos y se la presentasen al corregidor
semanalmente. La peste de viruela fue muy virulenta en Quito, Cuenca, Loja
y Paita, afectando principalmente a Trujillo, en el norte del reino. En aquel
entonces, también Lima presentó el romadizo y dolores de costado (síntomas
del tabardete), que acabaron matando sobre todo a criollos, indios y negros. El
virrey ordenó una comunicación uida y constante entre los pueblos afectados
para tener información y proveer a los hospitales de medicinas y médicos,
realizando los corregidores las visitas oportunas para detectar y auxiliar a los
apestados en la ciudad y lugares comarcanos. Tampoco se dejaron de lado las
procesiones y oraciones.
31
La experiencia de este virrey en gestionar pestes hizo que su atención se
enfocara en los indios, sus principales víctimas. Dio innumerables provisiones
31
LEVILLIER, Roberto. Gobernantes del Perú. Cartas y Papeles. Siglo XVI.El virrey Conde de Villar.
(1588-1589), Tomo XI, Madrid: Imprenta de Juan de Pueyo, 1925, pp. 220, 284 y 285. Carta del
virrey Conde de Villar a S.M. del 19 de abril de 1589 con relación de una gran epidemia de viruelas
y sarampión que se había desarrollado en la provincia de Quito. Carta a S.M. del virrey conde del
Villar del 11 de mayo de 1589, dando cuenta enfermedades que asolaban más en los llanos y valles de
Trujillo que en Lima. Se entiende ser infeccioso del ayres se a ydo estendiendo por otras partes con
menos daño y de pocos días acá a infestado esta ciudad aunque con menos furia que en los llanos en
la enfermedad de viruelas y dado en romadizo y dolores de costado de que pocos han escapado de
enfermar... más negros e indios. Carta del virrey Conde del Villar a S.M. del 13 de junio de 1589 sobre
haberse extendido y agravado la epidemia de viruelas sarampión y romadizo. Carta del mismo virrey a
S.M. del 16 de junio de 1589, relativa a la epidemia de viruelas y sarampión.
91
para aliviarles, y gracias a sus acertadas disposiciones, se salvaron muchas
vidas. Incluso, ordenó la asistencia de un cirujano y envió a un ocial para
que hiciese un presupuesto de los gastos en medicinas, alimentos y camas en
Surco, Lati y Lurigancho, pueblos limítrofes de la ciudad. El virrey ordenó se
sacasen de la Caja de Comunidad de indios 1.200 pesos, 400 para cada pueblo
mencionado y con el parecer del corregidor de Lima, Francisco de Quiñones,
se comprase lo necesario para alivio de los enfermos.
La larga experiencia administrativa en tierras andaluzas le permitió llegar
a ejercer el cargo de virrey con madurez, pues decidió quitar a los alcaldes
porque, según él, los regidores se peleaban entre sí durante las elecciones de
inicios de año mientras la ciudad se encontraba desasistida siendo una ciudad
principal, sede del gobierno. El corregidor y sus tenientes administrarían
justicia con mano dura. El virrey no conaba en el sistema de alcaldes
justicándolo porque
demás que son vecinos y moradores de la misma ciudad o lugar …
solo ellos son alcaldes sino también sus deudos y amigos y los que los
eligieron y los suyos y todos sus hacendados y se hacen tratantes de
manera que son pocos los mantenimientos de la Republica que ellos
no vendan por sí y por interpósitas personas y en gran daño de ella
sin que se pueda remediar y en las elecciones siempre hay encuentros
y disgustos y bandos y muchas ofensas ( a Dios y al Rey) y pocos
atienden al bien de la Republica sino es a su particular interés eligiendo
personas que no convienen...
32
Una de sus medidas polémicas fue incautar el dinero de las Cajas de
Comunidad a n de ayudar a la Corona en sus guerras europeas. También
decomisó la caja de negros para reparar la casa capitular de la ciudad, arruinada
por el seísmo de 1586.
33
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
32
Ibídem, p. 76.
33
MALDONADO FÉLIX, Héctor. “El juzgado general de la caja de censos: una instituciones nanciera
colonial”, Sequilao. Año III, nº7, 1994, pp. 41-55. Los caudales indígenas se agruparon en una caja
en el cabildo limeño, creándose la caja general de censos. En ella se depositaban los saldos de los
tributos que pagaban los indios, así como los bienes de la comunidad, procedentes de las ventas de sus
ganados o tierras, del salario que se dejaba de pagar a los corregidores al estar vacantes sus cargos.
Estas cajas beneciaban al indio, ya que del dinero de ellas se pagaba la tasa de los ausentes, enfermos
e impedidos, o servía cuando por malas cosechas u otras causas no se podían satisfacer los tributos.
Esta decisión de incautar el dinero de las comunidades perjudicó también a la Iglesia, beneciaria en
parte de esos recursos y provocó las protestas del arzobispo Toribio de Mogrovejo.
92
Revista del Archivo General de la Nación
Entregó el mando el conde de Villardompardo a García Hurtado de
Mendoza el 28 de noviembre de 1589 y se retiró a un convento franciscano en
el pueblo de Magdalena desde donde recibió la visita del nuevo virrey al que
acompañó en su entrada pública en Lima el 6 de enero; el cabildo iba al lado
de la litera que conducía a la virreina, Teresa de Castro y de la Cueva. Después
se fue a España y falleció en Sevilla.
34
La gestión del Terremoto
El 9 de julio de 1586, a las 7 de la tarde, se desató un gran seísmo con
gran ruido que causó mayor daño que el de los años de 1555, 81 y 84 los
que maltrataron las casas de la ciudad y puerto, pero derribaron pocas. En
cambio la de 1586 provocó la caída de varias casas e incluso la torre de
la catedral, derrumbes de peñascos y piedras del cerro San Cristóbal donde
había una ermita de piedra, esta se removió y cayó, desbancándose grandes
piedras en diferentes cerros, algunas de ellas se cayeron sobre las acequias y
las rompieron y se abrió la tierra por muchas partes. El Palacio virreinal y la
casa del cabildo quedaron inhabitables.
35
Se dio también un maremoto que
destruyó parte del puerto de El Callao. Es decir, no dejó quedó entera ninguna
iglesia, monasterio, hospital ni casas Reales.
El mismo virrey conde de Villardompardo casi fue una víctima más, pues
estaba en el puerto del Callao cuando ocurrió el seísmo.
36
Se resguardó en una
chacra y entró en la ciudad días después. El corregidor de Lima, Francisco
de Quiñones, le avisó que Lima había quedo asolada, casas y muros que las
rodeaban caídas. Al ingresar a la ciudad la encontró prácticamente despoblada,
pues la población había huido al campo y los que se habían quedado en la
ciudad, permanecieron en los corrales y huertas de sus casas y otros en las
plazas y calles en tiendas y ranchos que hicieron, pues no se atrevían a entrar
en sus casas por temor a que una de sus paredes al caer por las réplicas, les
matara.
37
Para evitar que esto ocurriese, el virrey había mandado derribar las
casas en mal estado y que no se hicieran edicios altos. Todo este material
34
Ibídem. 63.
35
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (14 de julio de 1586), pp. 354.
36
VARGAS UGARTE, Rubén. Ob. cit., p. 309.
37
AGI. Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 12/04/1587, s.f. Desde el Callao escribí a
Vuestra Majestad a 25 de diciembre lo que había hasta entonces cerca de los temblores de tierra y
después acá se han continuado habiendo nuevos pequeños y tres muy recios aunque fue Dios servido
que duraron muy poco y ansi solo hicieron daño en algunas casas de las que estaban sentidas de los
pasados pero no en persona alguna sea bendito N. Sr. por todo el cual quiera que cesen y guarde la
católica persona de VM de los Reyes 12 de abril de 1587. 09/09/1587. Los temblores no han cesado en
esta tierra aunque duran poco y no hace daño a persona alguna ni otro que sea notable en los edicios.
93
quedó en el paisaje por mucho tiempo y la reconstrucción fue lenta. El balance
nal fue de doce muertos en la ciudad de los Reyes y diez en el Callao. El
virrey se retiró a vivir en la huerta del monasterio de San Francisco mientras
la casa real se reparase y los regidores sesionaron en la casa del corregidor.
38
Este terremoto arruinó la mayor parte de los templos y casas de la Ciudad
de los Reyes y del puerto del mar y obligó su reedicación. Acto seguido, se
hicieron procesiones y una en particular que salió de la catedral al monasterio
de San Francisco para una misa solemne; producto de esta actividad surgió una
cofradía. Se temía una epidemia que nalmente se dio y subieron los precios
de los pocos suministros que había. Se trató del seísmo más importante desde
la fundación de la ciudad.
En el monasterio de San Francisco se celebró el cabildo cinco días
después del terremoto en presencia del virrey, corregidor y los regidores
para la reedicación de la ciudad y otros asuntos. Las sesiones de cabildo se
celebraron en la sala de audiencias de la cárcel de la ciudad en 1587.
En este ayuntamiento el virrey Fernando Torres y Portugal mandó se
tomase información de testigos dedignos de lo sucedido en el temblor
y terremoto que hubo en esta ciudad el miércoles pasado que se contaron
nueve días de este presente mes entre las siete y las ocho de la noche
y de la ruptura que hubo en los templos y casas de esta ciudad y de las
personas que murieron y de todo lo demás que sucedió así en la ciudad
como en el puerto y el daño que hizo la mar por haber salido como salió
de su curso acostumbrado así en los templos y casas del puerto como
en las mercaderías que el estaban y de todo lo demás que sucedió en el
temblor y esta información lo haga el corregidor.
39
De esta manera, el virrey ordenó recoger toda la información posible sobre
este terremoto de testigos oculares y hacer un informe sobre ello que incluyera
número de muertos (veintidós) y destrucción material. Asimismo, el alarife
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
38
AGI. Lima, 31. Carta del virrey Villardompardo al rey, 23/12/1586, s.f. “Después de haberse continuado
los temblores de tierra en esta por 60 días dende que fue el terremoto y temblor principal sobrevenían
algunos interpoladamente [el virrey vivía en un aposento de madera en el monasterio de San Francisco
de Lima. LEVILLIER, Roberto. Gobernantes del Perú. Cartas y Papeles. Siglo XVI, El Conde de
Villar (1584-1587), Tomo X, Madrid: Imprenta de Juan de Pueyo, 1925, pp. 171-181 y 216-218. Carta
del virrey Conde del Villar a SM. dando noticia del gran temblor que se sintió en Lima y Puerto del
Callao en la noche del 9 de julio. 3. XI.1586. Carta del virrey Conde de Villar a S. M. acerca de lo
acordado para reedicar y reparar los estragos causados por el temblor del 9 de julio de ese año.
23.XI.1586.
39
Libros de cabildo de Lima, Libro Undécimo, Años 1588-1593 (9 de julio de 1596), p. 359. El virrey
comisionó esto al regidor Francisco de León.
94
Revista del Archivo General de la Nación
acompañado de los alguaciles se encargó de derribar las casas que estaban en
peligro de ceder y caer. Gobernó una ciudad llena de escombros producto de
este seísmo que se mantuvo en el paisaje de la ciudad por años.
También el virrey propuso en el ayuntamiento que convenía nombrar una
persona que con el alarife de la ciudad viese los edicios que estaban a riesgo
de caer para derribarlos y evitar el daño que podría resultar si hubiese otro
temblor. Para esta comisión se eligió al regidor Martín de Ampuero con vara
de justicia con facultad de mandar derribar edicios, que determinaran los
técnicos alarifes, y los alguaciles debían cumplir lo mandado con la ayuda
de los indios y servicio que fuese necesario. Este trabajo encomendado se
hizo rápidamente, pues, el 23 de diciembre de 1586, el virrey Conde de Villar
envió a la Metrópoli información sobre muertes, lesiones, ruinas y las medidas
realizadas al respecto. Otra medida que propuso el virrey fue poner tasa a la
venta del trigo y el corregidor propuso controlar también el precio del maíz.
Ese mismo día el 14 de julio de 1586, el corregidor y los regidores se
reunieron en las casas del primero en el barrio de San Lázaro donde acordaron
poner control a los precios de algunos productos alimenticios básicos y de los
materiales de construcción y los salarios a pagar a los albañiles y trabajadores
negros e indios.
40
Las casas de indios pobres se arreglarían de la caja de
comunidad. Se formó una comisión al mando de un regidor, Luis Rodríguez
de la Serna, que junto con un alguacil y escribano averiguó la cantidad de
trigo que había en el valle haciendo lista de las personas que lo tenían. De esta
manera ese día se tomaron las medidas fundamentales para hacer frente a la
crisis que generó el terremoto más fuerte del siglo XVI en Lima. Había escasez
de trigo, y en febrero de 1587 un comisionado por el cabildo fue a los valles
de de Chancay, Huara, Barranca, Huarmey, Santa, Trujillo para comprar trigo,
maíz y otras semillas para el abastecimiento de la ciudad. También se envió
a otra persona a traer trigo del valle de Cañete a la ciudad. El 19 de junio de
1587 se compraron mil fanegas de trigo en los valles de Santa y Cherrepe, y
se pedía un barco del Callao para que lo recogiese. Mil fanegas de maíz se
trajeron de Jauja. Cada vez se iba más lejos para conseguir el trigo; ya en 1598
se trajo de Trujillo.
41
40
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (14 de julio de 1586), p.361. Un cahiz de cal 15
pesos, un millar de ladrillo 25 pesos, un millar de adobes a 30 pesos. Un albañil español recibiría 4
pesos y los negros ociales que labraban ladrillos 2 pesos y los demás 1 peso. En caso contrario se les
amenazaba con el destierro.
41
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (14 de noviembre de 1586), p. 391. Este trabajo lo
realizo el procurador Sancho de Rivera se habia ocupado de enviar de los valles de barranca, huara y
chancay trigo y harina a la ciudad con un alguacil y escribano. Igualmente otro regidor Luis de Lucio
con alguacil y escribano trajo carneros del valle de Bombón, pues la ciudad estaba con escasez de estos
95
El terremoto de 1586 provocó que la torre de la catedral se derrumbase,
caída de peñascos del cerro colindante a la ciudad llamado San Cristóbal,
la destrucción del puerto del Callao, con un saldo de 22 muertos y muchos
heridos. Aún las secuelas se sentían al año del seísmo, ya que la casa del cabildo
estaba a punto de caer y se solicitó al virrey Fernando Torres y Carbajal, el 31
de agosto de 1587, recurrir a la caja de los esclavos para repararla.
El recojo de escombros podía durar años. En Lima se convivía con el
paisaje de casas derruidas y montículos de adobes así como de muladares. Los
movimientos sísmicos continuaron.
42
Casi al año del último terremoto que
dejó en ruinas la ciudad, el ayuntamiento determinó el 17 de abril de 1587 que
convenía limpiar algunas calles que estaban con tierra y adobe, especialmente
por donde había de pasar la procesión del Santísimo Sacramento, y se cometió
esto a los eles ejecutores.
43
Aún no se había arreglado el cabildo después
de más de un año del terremoto; recién el 23 de octubre se tomó la decisión
de hacerlo. Asimismo en el Callao muchos solares fueron prácticamente
abandonados.
Asimismo, se mandó reparar el matadero y carnicería destruidos por el
terremoto el 20 de febrero de 1587. El dinero se obtenía de propios, sisa, de
particulares y de personas que tenían algunos derechos sobre algo.
A nes del siglo XVI, las ideas medievales aún estaban presentes en la
mentalidad de la mayoría de las personas, al creerse que las pestes u otra
catástrofe humana o natural era un castigo divino,
44
por lo que procesiones
y las manifestaciones de fe se multiplicaron por la ciudad. Grandes actos
públicos de piedad eran necesarios para mitigar la ira divina, el cese de
mortandad y lograr el perdón. El promotor de las procesiones era el cabildo
como representante de la ciudad que convocaba a la población a participar
en él. El día jado coincidía con una festividad popular. Así, la primera de
El manejo de la Salud Pública en Lima durante la gestión de Fernando Torres y Portugal
alimentos. Exigían pago por el trabajo desempeñado.( 25 de febrero de 1587), p. 431. Al elegido se
le dio 100 días para hacerlo, el cabildo le pagaba cuatro pesos por día, proveniente de la renta de la
alhóndiga.(9 de marzo de 1587), p.434;(19 de junio de 1587), p. 457; (2 de octubre de 1587), p.487.
42
LEVILLIER, Ob. cit. p 274. Carta del Conde dando noticias de haber continuado los temblores. Los
Reyes, 12 de abril de 1587. Habiendo muchos pequeños y tres muy recios, pero solo hicieron daño a
bienes inmuebles, no a la gente.
43
Libros de cabildo, Libro Décimo, Años 1583-1588 (17 de abril de 1587), p.439. “…algunas calles
que estaban muy embarazadas con tierra y adobe que del temblor grande quedo convenía que se
aderezasen”.
44
RUBIO, Agustin, Ob. cit, p. 82. Mortandad–Castigo. Juicio divino que la ciudad por sus excesos
habría provocado. Teniendo que aplacarla aproximándose a Dios. Algunas formas de perdón publico
eran indulgencias, rogativas, limosnas y procesiones. El sermón o el poder de la predicación era un
elemento estabilizador, necesario en los momentos de desequilibrio social.
96
Revista del Archivo General de la Nación
estas manifestaciones después del terremoto se realizó el 1 de agosto por la
esta de San Marcelo con corrida de toros incluida. Se tomó como abogada
para defensa de la ciudad a la advocación de la visitación de la virgen a santa
Isabel, y su celebración sería el 2 de julio, saliendo la imagen por la entrada
de la catedral y dando la vuelta en la plaza para entrar, luego vendría la misa
cantada y la misa con solemne sermón. El itinerario se anunciaba de antemano
y solía ser el mismo. Al año del gran terremoto, se celebró la segunda procesión
en recuerdo de este evento. Se trataba de una celebración teatral y articiosa
en la que todo el pueblo tenía que participar. Incluso para hacerse nuevamente
agradable ante la divinidad, no era suciente el arrepentimiento, sino que la
comunidad debería auto puricarse, eliminar de su seno a quienes provocaban
con sus actividades la ira divina. Las autoridades religiosas y civiles debían
buscar culpables para evitar la impunidad y descargar odios y rencores que
terminaron, en el caso limeño, con el auto de fe inquisitorial de 1587.
Referencias
ARCO MOYA, Juan del
2006 “Documentos del Conde del Villar en el Instituto de Estudios Giennenses”,
Elucidario nº1 (Marzo 2006), Seminario bio-bibliográco Manuel
Caballero Verzalá, pp. 481 a 484.
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