el personal encargado de su custodia. El nivel de contaminación encontrado
en el documento y su entorno muestra que existen condiciones favorables
para el crecimiento y desarrollo de hongos filamentosos los más frecuentes
son las diferentes especies de Aspergillus.
1.- INTRODUCCIÓN
El presente estudio es parte de las iniciales investigaciones que viene
realizando el flamante Laboratorio de investigación Científica del archivo
General de la Nación. Inaugurado en septiembre del 2015 cumple el viejo
anhelo de la institución de estar a la vanguardia en investigar los diversos
factores de biodeterioro que atentan contra la integridad del Patrimonio
Documental del país.
Las actividades que realiza un ser humano promedio, mayormente
transcurren en espacios cerrados como los ambientes donde labora o en los
entornos domésticos donde descansa y hace vida común con otras personas.
“puede implicar riesgo para la salud, ya sea por la naturaleza del trabajo o
porque este espacio no cuente con las condiciones óptimas respecto a la
calidad del aire respirable, es decir los factores físicos, químicos y/o
biológicos que interaccionan entre sí. La presencia de agentes biológicos en
el aire de interiores, como bacterias y hongos puede contribuir al síndrome
de edificio enfermo, condicionando padecimientos en vías respiratorias, ojos
y en la piel de los ocupantes, además de llegar a deteriorar material
importante que se resguarde en el edificio.”
2
El Protocolo Ambulante de los Conquistadores, también conocido como
“Libro Becerro”
3
. Término que ha decir, de Concepción Mendo Carmona
Catedrática de Archivística de la Universidad Complutense de Madrid, es
poco adecuado en cuanto a la etimología y significado que se utiliza para
definir a este tipo de documentos, en la creencia que su nombre deriva del
estar encuadernados en piel o pergamino; idea que se mantuvo hasta
mediados del siglo XX. Esta académica siguiere que es más razonable
vincular el origen del término y el concepto de libro becerro con el de liber
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Diaz Munive K… Estudio microbiológico de la biblioteca “Lafragua” de la Benemérita Universidad
Autónoma de Puebla.
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Libro de becerro. 1. m. libro becerro. 4. m. Libro donde las iglesias, monasterios y algunas
comunidades copiaban sus privilegios y las escrituras de sus pertenencias. Becerro de las behetrías. 1.
m. Libro en que, de orden del rey Alfonso XI y de su hijo Pedro I, se escribieron las behetrías de las
merindades de Castilla y los derechos que pertenecían en ellas a la Corona y a otros partícipes.
Diccionario de la Real Academia Española (DRAE) 23.ª edición (2014)
beneficiorum bajo imperial romano, el antecedente más antiguo de los
registros de mercedes y libros de raciones y quitaciones de corte bajo
medievales castellanos, del cual nuestro Protocolo Ambulante de los
Conquistadores vendría a ser un heredero tardío. En el liber beneficiorum se
apuntaba o registraba las donaciones de terrenos u otras concesiones hechas
por los emperadores
4
, el Protocolo Ambulante de los Conquistadores es el
material documental y principal objeto de nuestro estudio.
4
“Lo poco certero de los juicios emitidos hasta la fecha sobre la etimología y significado exacto del
término, hacen que todavía no contemos con una explicación satisfactoria. Morales, como ya se ha
dicho en el epígrafe anterior, se limitó a señalar que el término becerro se usaba en Castilla para
denominar a los cartularios, por oposición a la palabra tumbo preferida en Asturias, León y Galicia.
En el siglo XVIII los eruditos editores de los textos jurídicos medievales castellano-leoneses, Asso y
Manuel, en relación con sus comentarios al Libro Becerro de las Behetrías, determinaron que becerro,
procedía de la palabra castellana “abezar” (sic.) o enseñar; y que derivó en “abecero” o “becero”, en
referencia a la estructura con que estos libros estaban diseñados para localizar rápidamente la
información buscada ya que se confeccionaban respetando un orden alfabético, e incluso que
contaban con un índice; aunque ignoran que el término usado en Castilla para denominar un listado de
voces de referencia es el de tabla. La idea acuñada por ambos eruditos no tuvo el menor éxito.
Los juristas han estado siempre de acuerdo que el término se empleaba para denominar así a los
apeos, catastros y registros en los que se asentaban los bienes y derechos de una institución,
independientemente de que su naturaleza fuese civil o eclesiástica y como rechazo a la forzada
interpretación de Asso y Manuel, han establecido que el término deriva realmente de estar
encuadernados en piel o pergamino; argumento que ha sido mantenido como válido hasta mediado el
siglo XX. A partir de la reflexión de Floriano, los diplomatistas se han cuestionado también que fuese
la encuadernación en piel la que diese su nombre a este tipo de códices diplomáticos, como
igualmente se creía que ocurría con el cabreo, aunque con excepción de Ruiz Asencio han obviado
volver sobre el asunto.
Lo cierto es que el uso la nomenclatura becerro se extiende a partir de la Baja Edad Media hasta
finales del siglo XVIII y hace fortuna entre los encargados de archivos y bibliotecas de la Edad
Moderna para hacer referencia y denominar como tales tanto a los cartularios, libros de apeos y libros
censales, como a los catálogos e inventarios de archivos.
Sirva de punto de partida el famoso Libro Becerro de las Merindades de Castilla o Libro Becerro de
las Behetrías, registro o inventario de los derechos que monarca y nobleza castellanas percibían en
dichas circunscripciones y que, rememorando más al políptico que al cartulario alto-medieval, influye
necesariamente en su transformación en libros dónde se registran los derechos dominicales por parte
de sus propietarios. En el siglo XIV la recepción del derecho romano-canónico es un hecho, así como
la constante evolución hacia una monarquía cada vez más fuerte y centralizada. Esto permite
aventurar que, tal vez, no sea erróneo vincular el origen del término y el concepto de libro becerro con
el de liber beneficiorum bajoimperial romano, origen remoto de los registros de mercedes y libros de
raciones y quitaciones de corte bajo medievales castellanos19*. (*19 El liber beneficiorum se
destinaba a apuntar o registrar las donaciones de terrenos u otras concesiones hechas por los
emperadores, según. Cfr. GUTIERREZ-ALVIZ. Diccionario de Derecho Romano. Madrid: Ed. Reus,
p. 435; quien se basa en lo dicho en el Digesto 1, 4, 3: [Iavolenus 13 epist.] Beneficium imperatoris
quod a divina scilicet eius indulgentia proficiscitur, quam plenissime interpretari debemus, tomado de
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Estudio de la ora fúngica identicada en el Protocolo Ambulante de los Conquistadores
1533-1538 y del entorno donde se conserva