HEREDIA, A., Archivística general: teoría y práctica [CD ROM],
CITMA, Biblioteca del Archivero Cubano, Facultad de Comunicación
Social–Universidad de La Habana, La Habana, 2003.
LA TORRE MERINO, J.L., y MARTÍN-PALOMINO y BENITO, M.,
Metodología para la identificación y valoración de fondos
documentales, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, S.G. de
Información y Publicaciones, Madrid, 2000.
LODOLINI, E., Archivística. Principios y problemas [CD ROM],
CITMA, Biblioteca del Archivero Cubano, Facultad de Comunicación
Social–Universidad de La Habana, La Habana, 2003.
MINISTERIO DE CULTURA DE ESPAÑA, Manual de Terminología
Archivística. [En línea], [62 páginas], Segunda edición, 1995, Versión
electrónica. Disponible en:
http://www.mcu.es/archivos/docs/MC/DTA/libro_terminologia.pdf
TABOADA, F. y NIELSEN, M., Archivística y normalización. Norma
ISO 15489, Alfagrama Ediciones, Buenos Aires (Argentina), 2006.
TOLEDO DÍAZ, E., Modelo de gestión del conocimiento para los
trabajadores del Archivo Nacional de la República de Cuba [Tesis de
Doctorado], Universidad de La Habana, La Habana, 2009.
La Sección de Correos del Archivo General de Indias.
Un tesoro para el estudio del Fenómeno “El Niño” y para la
reconstrucción de los caminos del inca
1
Antonio J. López Gutiérrez
2
El Archivo General de Indias contiene documentación relativa a la
conquista, gobierno y administración de los territorios americanos hasta su
independencia. Las relaciones de ida y vuelta que la corona española
mantuvo con estos territorios junto con los filipinos quedaron plasmadas en
millares de documentos que se conservan, con mayor o menor fortuna, en
ambas orillas del Atlántico y Pacífico. Por ello, el Archivo General de
Indias, junto con los diferentes Archivos Generales de las diversas naciones
americanas, se convierte en un referente obligado para todos aquellos
investigadores que deseen realizar su trabajo sobre algún tema relacionado
con América.
Regresar al Perú, tiene para mí unas connotaciones muy especiales. Aquí
transcurrieron varios años de mi vida en un hermoso proyecto sobre la
Informatización del Archivo General de la Nación de Lima, y en él tuve
ocasión de contactar con una buena parte de los profesionales que hoy día
dirigen el mencionado Centro. El Perú, y lo he dicho en no pocas ocasiones,
es mi segunda patria. Aquí me encuentro rodeado de grandes amigos, no
solo en el ámbito archivístico sino también en el universitario, religioso y
cultural. Por ello, podrán entender que muchos de los fenómenos acaecidos
en estas tierras tienen para mí un interés especial y los he seguido en la
distancia a través de mis trabajos desarrollados como archivero y otros
como investigador, entre los que se encuentran el fenómeno “El Niño y los
antiguos caminos del Tahuantinsuyo.
Mucho se ha hablado del valor histórico que posee la documentación
conservada en los grandes repositorios de nuestros países; pero
incuestionablemente ese valor histórico señalado con carácter general ha ido
1
Texto de la ponencia pronunciada en las III Jornada Internacional de Archivos que tuvo lugar en la
ciudad de Tacna (Perú) los días 21 a 23 de octubre de 2015. Mi reiterado agradecimiento al licenciado
Pablo Maguiña Minaya, jefe institucional y máximo representante del Archivo General de la Nación
de Lima; a Shirley Sanabria, por su reiterada eficiencia comunicativa, y a la licenciada Marlit
Rodríguez Francia, Directora de Normas Archivísticas del Archivo General de la Nación por su
tenacidad para trasmitirme su interés de participar en estas jornadas.
2
Universidad Pablo de Olavide de Sevilla.
337
desgranándose en diferentes ramas del saber: económico, social, ideológico,
religioso etc., conforme la tendencia historiográfica así lo demandaba. En la
actualidad los trabajos de investigación pretenden sobre todo cimentarse en
la participación de diferentes áreas de conocimiento que aporten una notoria
ampliación de nuestros saberes, pasando así de una visión unidisciplinar a
un conocimiento multidisciplinar.
La historia comenzó hace ya algunos años. Corría la primavera del año 1988
cuando tomaba posesión como Jefe de Sección en el Archivo General de
Indias de Sevilla y me disponía a entrevistarme por vez primera con su
directora. Después del prolegómeno de bienvenida pasó a encomendarme
una serie de tareas archivísticas centradas en las secciones de Consulados,
Audiencia de Caracas y Correos. De todas ellas recibí una puesta al día de
sus instrumentos de descripción, de la labor desarrollada por los anteriores
responsables pero hubo una frase muy especial que aún conservo en mi
mente pronunciada por la máxima autoridad: “De las tres secciones, una de
ellas –Correos- no tiene la mayor relevancia porque la mayor parte de ella
son cuentas”. De esta sección, que al decir de la máxima representante, tiene
en su mayor parte documentos económicos, vamos a dedicar nuestra
intervención.
1. La Sección de Correos. Instrumentos de descripción
Cuando nos acercamos al estudio de la Sección de Correos debemos
precisar varias cuestiones para su mejor comprensión. En primer lugar, su
denominación -Correos- se debe a que agrupa tanto al correo marítimo entre
España y América y territorios americanos, como al correo terrestre, ahora
referido únicamente al continente americano. Así, efectuaremos una travesía
por los correos marítimos para exponer las aportaciones referidas al
fenómeno “El Niño” y haremos un recorrido por los caminos terrestres para
referirnos a los antiguos caminos incas.
La sección de Correos es una de las 16 secciones que conforman el Archivo
General de Indias, inaugurado en 1785.
3
¿Cuándo se produjo el ingreso de
esta documentación en el Archivo General de Indias? El estado español
instituyó el 20 de mayo de 1863 el Ministerio de Ultramar, encargado de
ocuparse de los asuntos relativos a las colonias españolas, hasta ese
momento dependiente de la Dirección General de Ultramar que formaba
3
Cuando una obra se cita más de una vez, se menciona por el título abreviado que se indica cuando se
cita por primera vez. Vid. PEÑA Y CÁMARA, José María de la, Archivo General de Indias. Guía del
Visitante, Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos Madrid, 1959, p. 80 [Archivo General de
Indias]. Esta información puede localizarse, igualmente, en internet en el portal PARES, acrónimo de
Portal de Archivos Españoles.
338
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
desgranándose en diferentes ramas del saber: económico, social, ideológico,
religioso etc., conforme la tendencia historiográfica así lo demandaba. En la
actualidad los trabajos de investigación pretenden sobre todo cimentarse en
la participación de diferentes áreas de conocimiento que aporten una notoria
ampliación de nuestros saberes, pasando así de una visión unidisciplinar a
un conocimiento multidisciplinar.
La historia comenzó hace ya algunos años. Corría la primavera del año 1988
cuando tomaba posesión como Jefe de Sección en el Archivo General de
Indias de Sevilla y me disponía a entrevistarme por vez primera con su
directora. Después del prolegómeno de bienvenida pasó a encomendarme
una serie de tareas archivísticas centradas en las secciones de Consulados,
Audiencia de Caracas y Correos. De todas ellas recibí una puesta al día de
sus instrumentos de descripción, de la labor desarrollada por los anteriores
responsables pero hubo una frase muy especial que aún conservo en mi
mente pronunciada por la máxima autoridad: “De las tres secciones, una de
ellas –Correos- no tiene la mayor relevancia porque la mayor parte de ella
son cuentas”. De esta sección, que al decir de la máxima representante, tiene
en su mayor parte documentos económicos, vamos a dedicar nuestra
intervención.
1. La Sección de Correos. Instrumentos de descripción
Cuando nos acercamos al estudio de la Sección de Correos debemos
precisar varias cuestiones para su mejor comprensión. En primer lugar, su
denominación -Correos- se debe a que agrupa tanto al correo marítimo entre
España y América y territorios americanos, como al correo terrestre, ahora
referido únicamente al continente americano. Así, efectuaremos una travesía
por los correos marítimos para exponer las aportaciones referidas al
fenómeno “El Niño” y haremos un recorrido por los caminos terrestres para
referirnos a los antiguos caminos incas.
La sección de Correos es una de las 16 secciones que conforman el Archivo
General de Indias, inaugurado en 1785.
3
¿Cuándo se produjo el ingreso de
esta documentación en el Archivo General de Indias? El estado español
instituyó el 20 de mayo de 1863 el Ministerio de Ultramar, encargado de
ocuparse de los asuntos relativos a las colonias españolas, hasta ese
momento dependiente de la Dirección General de Ultramar que formaba
3
Cuando una obra se cita más de una vez, se menciona por el título abreviado que se indica cuando se
cita por primera vez. Vid. PEÑA Y CÁMARA, José María de la, Archivo General de Indias. Guía del
Visitante, Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos Madrid, 1959, p. 80 [Archivo General de
Indias]. Esta información puede localizarse, igualmente, en internet en el portal PARES, acrónimo de
Portal de Archivos Españoles.
parte del Ministerio de Gobernación desde 1851.
4
Este Ministerio de
Ultramar se mantuvo hasta el 20 de abril de 1899 tras la pérdida de las
últimas colonias: Cuba y Filipinas.
Cuando en 1863 el Ministerio de la Gobernación traspasó sus competencias
al de Ultramar, se encontraron en los sótanos del primero no podía ser en
otro lugar- una serie de legajos que correspondían a posesiones en América.
Esta documentación fue remitida a Ultramar acompañada de dos
instrumentos de descripción. Uno, relativo a “los papeles de correos
procedentes de Ultramar” (484 legajos) y otro “papeles relativos al ramo de
la Gobernación de Ultramar (9 legajos). Estos instrumentos llevan la fecha
de 30 de abril de 1863, es decir, apenas un mes antes de la creación del
Ministerio de Ultramar, y en mayo de ese mismo año ingresaron en el recién
creado Ministerio. Este fondo permaneció poco más de un año en el
Ministerio de Ultramar, y el 20 de septiembre de 1864 se remitieron al
Archivo General de Indias que dependía, igualmente, del mencionado
Ministerio.
5
La documentación venía acompañada de dos instrumentos de descripción.
Por una parte, una copia realizada por Manuel Alcalá y Florán, oficial del
Ministerio de Ultramar, del “Índice por legajos de los papeles de Correos
procedentes de las posesiones de Ultramar que se localizaron en los
sótanos del Ministerio de la Gobernación” recogido en 20 folios
manuscritos. Por otra, un “Índice de los legajos de Correos que se remiten
al Archivo General de Indias por este Ministerio de Ultramar”, manuscrito
compuesto por 162 folios, sin fecha, pero que hubo de ser confeccionado
entre 1863 fecha de su ingreso en el Ministerio de Ultramar- y 1864 fecha
de su traslado al Archivo General de Indias-, y que permaneció ignoto hasta
la publicación del inventario de Correos.
6
Más que un índice se trata, desde
la óptica archivística, de un inventario de la documentación que se remitió.
El índice confeccionado por Manuel Alcalá y Florán fue publicado por José
Torres Revello
7
, con una serie de anomalías que puso de relieve José de la
Peña y Cámara al confeccionar la Guía del Visitante del Archivo General de
Indias.
8
4
Vid. LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J., CANELLAS ANOZ, Magdalena, GARCÍA LÓPEZ, Mª
Belén y HERNÁNDEZ CALLEJAS, Ana: Inventario de la Sección de Correos ,Dirección General
del Libro, Archivos y Bibliotecas, Ministerio de Fomento, Madrid, 1996, 794 pp. [Sección de
Correos].
5
Vid. LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J. et al: Sección de Correos, pp. 16-17.
6
Nos referimos, claro está, al inventario realizado por LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J. et all,
publicado en 1996.
7
Vid. TORRES REVELLO, José: El Archivo General de Indias de Sevilla. Historia y clasificación
de sus fondos, Jacobo Feuser , Buenos Aires, 1929, pp. 187-190.
8
Vid. PEÑA Y CÁMARA, José María de la: Archivo General de Indias. p. 127.
339
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
Durante el periodo 1968-1992 la dirección del centro impulsó el
mecanografiado de una buena parte de los instrumentos de descripción
existentes en el archivo, entre los que se encontraba este índice de remisión
de documentos correspondiente a la sección de Correos. En él se efectuaron
las debidas correcciones del mencionado índice de remisión de documentos,
colocándose en la sala de investigadores para uso y consulta de los usuarios.
Dicho inventario, sin índice, consta de 484 unidades de instalación, y su
descripción se presenta en 31 hojas mecanografiadas a doble espacio.
La primera revisión y reinventariado de los fondos de esta sección con
criterios archivísticos fue realizada a comienzos de los años ochenta del
pasado siglo por Antonia Heredia Herrera. La revisión y descripción
actualizada de sus fondos supuso un importante avance para el acercamiento
de los investigadores a este casi millar de legajos. Entre las tareas
desarrolladas acometió el desdoblamiento de la mayor parte de los legajos
en dos unidades de instalación para así facilitar el transporte, manejo y
conservación. Igualmente, confeccionó un Cuadro de Clasificación de
Fondos en los que resaltó la división tradicional de los mismos, es decir,
General y las correspondientes administraciones Peninsulares y
Ultramarinas. Finalmente, realizó una descripción pormenorizada de los
expedientes que se encontraban en una serie de legajos –28- relativos a
diferentes administraciones y que su autora marcó con un asterisco en el
inventario de la sección.
9
Constituyó, sin lugar a dudas, el primer intento
serio y ordenado de revisión y reinventariado de este fondo. El fruto de
dicho trabajo quedó recogido en un inventario de 137 páginas
mecanografiadas a doble espacio, al que dotó de los correspondientes
índices auxiliares.
10
En 1988 inicié la revisión de aquella sección de “cuentas” por expresa orden
de la entonces directora que me encomendó la revisión del inventario de la
sección de Correos confeccionado por Antonia Heredia Herrera. Fue
entonces cuando tuve ocasión de ponerme en contacto por vez primera con
esta documentación y evaluar las posibilidades que podría ofrecer la
revisión del fondo e incluso llevar a cabo una nueva descripción.
Más de ocho años transcurrieron desde los inicios de esta tarea hasta su
culminación, si bien hay que hacer constar que esta demora estuvo motivada
9
Su autora realizó en el inventario la siguiente advertencia: “De los legajos que figuran en el
inventario con asterisco, se recogen las relaciones sumarias de contenido, de las cuales ha quedado
también una copia al principio de cada uno de los legajos”.
10
Vid. HEREDIA HERRERA, Antonia, Inventario de la Sección de Correos del Archivo General de
Indias, Sevilla, 1986, 137 pp. (ejemplar mecanografiado). Una primera aproximación al contenido de
estos fondos puede verse en el trabajo de dicha autora: “Los fondos documentales de los “correos
marítimos”. Una sección del Archivo General de Indias”, en V Coloquio de Historia canario-
americana, Canarias, 1982, pp. 855-872.
340
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
Durante el periodo 1968-1992 la dirección del centro impulsó el
mecanografiado de una buena parte de los instrumentos de descripción
existentes en el archivo, entre los que se encontraba este índice de remisión
de documentos correspondiente a la sección de Correos. En él se efectuaron
las debidas correcciones del mencionado índice de remisión de documentos,
colocándose en la sala de investigadores para uso y consulta de los usuarios.
Dicho inventario, sin índice, consta de 484 unidades de instalación, y su
descripción se presenta en 31 hojas mecanografiadas a doble espacio.
La primera revisión y reinventariado de los fondos de esta sección con
criterios archivísticos fue realizada a comienzos de los años ochenta del
pasado siglo por Antonia Heredia Herrera. La revisión y descripción
actualizada de sus fondos supuso un importante avance para el acercamiento
de los investigadores a este casi millar de legajos. Entre las tareas
desarrolladas acometió el desdoblamiento de la mayor parte de los legajos
en dos unidades de instalación para así facilitar el transporte, manejo y
conservación. Igualmente, confeccionó un Cuadro de Clasificación de
Fondos en los que resaltó la división tradicional de los mismos, es decir,
General y las correspondientes administraciones Peninsulares y
Ultramarinas. Finalmente, realizó una descripción pormenorizada de los
expedientes que se encontraban en una serie de legajos –28- relativos a
diferentes administraciones y que su autora marcó con un asterisco en el
inventario de la sección.
9
Constituyó, sin lugar a dudas, el primer intento
serio y ordenado de revisión y reinventariado de este fondo. El fruto de
dicho trabajo quedó recogido en un inventario de 137 páginas
mecanografiadas a doble espacio, al que dotó de los correspondientes
índices auxiliares.
10
En 1988 inicié la revisión de aquella sección de “cuentas” por expresa orden
de la entonces directora que me encomendó la revisión del inventario de la
sección de Correos confeccionado por Antonia Heredia Herrera. Fue
entonces cuando tuve ocasión de ponerme en contacto por vez primera con
esta documentación y evaluar las posibilidades que podría ofrecer la
revisión del fondo e incluso llevar a cabo una nueva descripción.
Más de ocho años transcurrieron desde los inicios de esta tarea hasta su
culminación, si bien hay que hacer constar que esta demora estuvo motivada
9
Su autora realizó en el inventario la siguiente advertencia: “De los legajos que figuran en el
inventario con asterisco, se recogen las relaciones sumarias de contenido, de las cuales ha quedado
también una copia al principio de cada uno de los legajos”.
10
Vid. HEREDIA HERRERA, Antonia, Inventario de la Sección de Correos del Archivo General de
Indias, Sevilla, 1986, 137 pp. (ejemplar mecanografiado). Una primera aproximación al contenido de
estos fondos puede verse en el trabajo de dicha autora: “Los fondos documentales de los “correos
marítimos”. Una sección del Archivo General de Indias”, en V Coloquio de Historia canario-
americana, Canarias, 1982, pp. 855-872.
por la dedicación a otras tareas dentro del archivo, como por ejemplo, la
preparación de la documentación con objeto de ser incorporada a la Base de
Datos del sistema informático que por aquellos años se implementaba en el
Archivo General de Indias.
En octubre de 1995 la Dirección General de Correos, encomendó a Félix de
Sande Borrega el comisariado de la exposición Expamer-96 que tuvo lugar
en la ciudad de Sevilla y que ofreció la posibilidad de publicar el inventario
con motivo de tal acontecimiento. Analizada la situación en la que se
encontraba la descripción de los fondos de esta sección, asumí la
responsabilidad de su terminación. Aún quedaba una parte de la sección por
describir -en torno a los 300 legajos- pero con la ayuda de un grupo de
compañeras del centro, a las que, en buena ley, me gustaría mencionar,
Magdalena Canellas Anoz, Mª Belén García López y Ana Hernández
Callejas, pudimos concluirlo. Los cuatro formamos un sólido equipo que en
intensos periodos de trabajo, de mañana en el centro y de las tardes en
nuestra casa, nos permitió concluir la elaboración de dicho inventario
impreso que consta de 647 páginas más 147 páginas de índices y
bibliografía, que arroja un total de 794 páginas impresas.
11
Desde 1996, fecha de su publicación por la Dirección General de Correos,
los trabajos sobre esta sección han crecido en progresión geométrica, y de
ser una de las secciones menos consultadas, hoy se convierte en un obligado
referente para todos aquellos que de una u otra forma se acerquen al estudio
del correo marítimo y terrestre en Hispanoamérica y Filipinas.
12
CUADRO DE CLASIFICACIÓN DE FONDOS DE LA SECCIÓN DE
CORREOS
Fechas Extremas Legajos
I Administraciones Ultramarinas
1.- Buenos Aires 1765-1821 1A - 50B
2.- Caracas 1764-1835 51A - 68B
3.- Cartagena de Indias 1764-1827 69B - 85B
4.- Santiago de Chile 1767-1820 86A - 89C
5.- Guatemala 1766-1821 90A - 101B
6.- Lima 1752-1824 102A - 140B
11
Vid. LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J. et al: Sección de Correos.
12
Fruto de esa colaboración fueron las publicaciones siguientes: El Correo Español en América,
Ministerio de Cultura y Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, Madrid,
Lunwbwerg 1996, 116 pp.; Inventario de la Sección de Correos, Madrid, Ministerio de Educación y
Cultura y Ministerio de Fomento, 1996, 794 pp.
341
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
7.- México 1620-1824
13
141A - 184
8.- Montevideo 1767-1825 185A - 204A
9.- Potosí 1773-1820 205A - 212B
10.- Santa Fe de Bogotá 1765-1818 213A - 229B
11.- Veracruz 1764-1823 230A - 255B
12.- La Habana 1764-1835 256A - 331B
13.- Puerto Rico 1764-1839 332A - 343B
14.- Santo Domingo 1765-1822 344A - 352 B
15.- Manila 1809-1835
14
353A - 353B
II Administraciones Peninsulares
16.- Bilbao 1764-1815 354A - 368B
17.- Cádiz 1764-1822 369A - 373B
18.- La Coruña 1764-1808 374A - 427B
III Dirección General
19.- General 1762-1822 428A - 484B
Por lo que respecta a los tipos documentales que podemos localizar en esta
sección destacan, entre otros, cartas, expedientes, cuentas, pasaportes y
diarios de navegación. Nos detendremos en este último tipo documental.
2. Los diarios de navegación
Los diarios de navegación se presentan en forma de libro; en ellos los
capitanes de cada navío anotaban, aparte de sus características técnicas, cada
una de las novedades que en cuanto a la navegación y posición relativa a
declinación del sol acaecían durante la travesía. Esta información quedaba
registrada en los cuadernos de bitácora que debían cumplimentar los
diferentes capitanes de navíos. Además, atendiendo a la mayor
minuciosidad o no de su cumplimentación, nos podemos encontrar con
noticias relativas a la vida diaria de la tripulación, incidentes acaecidos en el
navío, accidentes durante la travesía, celebración de festividades, etc. Los
integrantes de la navegación vivían en una ciudad flotante, de reducidas
dimensiones, durante más de dos meses, teniendo como máxima autoridad
al capitán del navío, y como límites geográficos la inmensidad del océano.
La minuciosidad con la que se detallan todas las tareas de la tripulación se
encuentran, lógicamente, en relación con la formación y nivel cultural de su
capitán. En este sentido conviene destacar la figura del asturiano Manuel
Fernández Trelles que recoge en sus respectivos diarios de navegación las
13
La antigüedad de estos fondos corresponde a los autos de vista y revista seguidos sobre los reparos
del oficio de correo mayor con su correspondiente cédula de aprobación (1620-1682).
14
La documentación anterior de la Administración de Manila se encuentra recogida en la
Administración de Correos de México.
342
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
7.- México 1620-1824
13
141A - 184
8.- Montevideo 1767-1825 185A - 204A
9.- Potosí 1773-1820 205A - 212B
10.- Santa Fe de Bogotá 1765-1818 213A - 229B
11.- Veracruz 1764-1823 230A - 255B
12.- La Habana 1764-1835 256A - 331B
13.- Puerto Rico 1764-1839 332A - 343B
14.- Santo Domingo 1765-1822 344A - 352 B
15.- Manila 1809-1835
14
353A - 353B
II Administraciones Peninsulares
16.- Bilbao 1764-1815 354A - 368B
17.- Cádiz 1764-1822 369A - 373B
18.- La Coruña 1764-1808 374A - 427B
III Dirección General
19.- General 1762-1822 428A - 484B
Por lo que respecta a los tipos documentales que podemos localizar en esta
sección destacan, entre otros, cartas, expedientes, cuentas, pasaportes y
diarios de navegación. Nos detendremos en este último tipo documental.
2. Los diarios de navegación
Los diarios de navegación se presentan en forma de libro; en ellos los
capitanes de cada navío anotaban, aparte de sus características técnicas, cada
una de las novedades que en cuanto a la navegación y posición relativa a
declinación del sol acaecían durante la travesía. Esta información quedaba
registrada en los cuadernos de bitácora que debían cumplimentar los
diferentes capitanes de navíos. Además, atendiendo a la mayor
minuciosidad o no de su cumplimentación, nos podemos encontrar con
noticias relativas a la vida diaria de la tripulación, incidentes acaecidos en el
navío, accidentes durante la travesía, celebración de festividades, etc. Los
integrantes de la navegación vivían en una ciudad flotante, de reducidas
dimensiones, durante más de dos meses, teniendo como máxima autoridad
al capitán del navío, y como límites geográficos la inmensidad del océano.
La minuciosidad con la que se detallan todas las tareas de la tripulación se
encuentran, lógicamente, en relación con la formación y nivel cultural de su
capitán. En este sentido conviene destacar la figura del asturiano Manuel
Fernández Trelles que recoge en sus respectivos diarios de navegación las
13
La antigüedad de estos fondos corresponde a los autos de vista y revista seguidos sobre los reparos
del oficio de correo mayor con su correspondiente cédula de aprobación (1620-1682).
14
La documentación anterior de la Administración de Manila se encuentra recogida en la
Administración de Correos de México.
labores cotidianas realizadas por los miembros de la tripulación.
15
En una
ocasión, por ejemplo, esta minuciosidad se refleja en la representación de un
ave, cerca del canal de Las Bahamas, que alcanzó la vela del paquebote y
fue capturada por la tripulación. Durante varios días anotó en el libro cómo
la tripulación cuidó de ella hasta que falleció.
16
La reglamentación de la vida a bordo recogía la dieta alimenticia a la que se
encontraban sujetos los diferentes componentes de la tripulación en razón de
su categoría y estado de salud.
17
La navegación por el Atlántico estaba sometida de forma muy directa a los
cambios e inclemencias del tiempo que en algunos casos llegaron a originar
naufragios de gran relevancia en estos navíos.
18
Tenemos constancia,
igualmente, de la vestimenta utilizada por los capitanes y cirujanos de los
paquebotes consistente en una llamativa levita de color azul adornada de
bellos galones.
19
En la misma también se recogen muestras de las banderas
y gallardetes que portaban estos navíos.
20
Según refleja el Reglamento de Correos, cada capitán estaba obligado a
confeccionar un diario de navegación que era entregado a su regreso al
Administrador de La Coruña y posteriormente enviado a los Directores
Generales de la Renta de Madrid.
La salida de estos barcos correos se efectuaba desde el puerto de La Coruña
y tenían dos destinos en tierras americanas. Por una parte, La Habana, y por
otra, Asunción-Buenos Aires en el Mar del Plata. Ambas travesías eran
conocidas, respectivamente, como la Carrera de La Habana y la Carrera de
Buenos Aires.
Estos barcos correos llamados paquebotes- fueron construidos o
remodelados en los astilleros de Sorroza, localizados en la ría de Bilbao, en
la zona norte de España. Al mando de cada barco se encontraba un capitán,
un piloto, un contramaestre, un cirujano, varios marineros y algún que otro
pasajero. Tenemos constancia como en estos barcos correos viajaron
pasajeros ilustres que eligieron este medio de transporte, como fue el caso
del científico Alejandro von Humboldt.
Se conservan un total de 320 diarios de navegación: 225 corresponden a la
Carrera de La Habana y 95 a la Carrera de Buenos Aires. Los diarios
constan de varias partes: en primer lugar se anotan las características
técnicas del navío, el personal de marinería y los pasajeros que
15
Vid, por ejemplo, AGI, Correos, lges. 191B, 194B y 195A.
16
Vid. AGI, Mapas y Planos, Estampas, 210.
17
Vid. AGI, Correos, leg. 435B.
18
Vid. AGI, Mapas y Planos, Ingenios y Muestras, 259.
19
Vid. AGI, Uniformes, 156 y 157.
20
Vid. AGI, Banderas, 38 y Tejidos, 37.
343
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
transportaban. A continuación, se detallan las novedades más importantes
acaecidas en el viaje de ida, estancia en el puerto de destino y viaje de
regreso. Todo ello acompañado por un Cuaderno de Bitácora en el que a
cada hora se asigna la declinación del sol y las peculiaridades más
relevantes de cada día de navegación: referido a los vientos, precipitaciones,
estado de la mar, etc. Esta información resulta de una gran importancia para
la reconstrucción del clima por varias razones.
En primer lugar, porque las zonas geográficas circunscritas a la travesía La
Coruña-La Habana-la Coruña cuentan con al menos 5 navíos efectuando
esta ruta en el periodo cronológico de 40 días que duraba la navegación. Es
decir, contamos con la información que ellos nos suministran para
reconstruir el clima en el Atlántico central. En segundo lugar, para el caso
de la travesía La Coruña- Buenos Aires- La Coruña, este número se amplía a
7 dado que la travesía duraba más de sesenta días. Por lo tanto, contamos
con la información que nos suministran para poder reconstruir el clima del
Atlántico Sur. En tercer lugar, la combinación de ambos elementos nos
proporciona un panorama sincrónico de la situación que día a día se
producía en diferentes latitudes del Atlántico. En cuarto lugar: en esta
situación quedaban representados los fenómenos climáticos más relevantes
de cada día: viento, lluvia, temperatura, etc. En quinto lugar: esta
representación del clima en esta zona Atlántico- nos proporciona los
efectos que en la orilla del Pacífico ha producido el fenómeno “El Niño” y
que se conoce con el nombre de “la Niña”.
Por todo ello, debemos reseñar que nos encontramos ante una de las series
históricas más relevantes para la reconstrucción del clima en estas zonas del
Atlántico.
21
Esta relevancia no ha pasado desapercibida para los
investigadores del clima. Todavía recuerdo cómo en un café de trabajo que
mantuve con Ricardo García Herrera, entonces Profesor Titular de
Universidad de la Universidad Complutense de Madrid, en el que, una vez
repasada la situación de la familia, realizamos un intercambio de
experiencias de los trabajos que nos encontrábamos realizando, quedó
sorprendido de que en el Archivo existiera tan alto número de diarios de
navegación y que además estuvieran digitalizados aun no se había puesto
en marcha el AER y posteriormente PARES- para la consulta a distancia de
la información.
21
Vid. GARCÍA HERRERA, Ricardo, GARCÍA, Rolando R., PRIETO, Mª Rosario,
HERNÁNDEZ, Emiliano, GIMENO, Luis y DÍAZ, Henry F.: Diaz, : “The use of Spanish
historical archives to reconstruct climate variability” en Bulletin of the American Meteorological
Society, nº 84, 2003, pp. 1025-1035.
344
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
transportaban. A continuación, se detallan las novedades más importantes
acaecidas en el viaje de ida, estancia en el puerto de destino y viaje de
regreso. Todo ello acompañado por un Cuaderno de Bitácora en el que a
cada hora se asigna la declinación del sol y las peculiaridades más
relevantes de cada día de navegación: referido a los vientos, precipitaciones,
estado de la mar, etc. Esta información resulta de una gran importancia para
la reconstrucción del clima por varias razones.
En primer lugar, porque las zonas geográficas circunscritas a la travesía La
Coruña-La Habana-la Coruña cuentan con al menos 5 navíos efectuando
esta ruta en el periodo cronológico de 40 días que duraba la navegación. Es
decir, contamos con la información que ellos nos suministran para
reconstruir el clima en el Atlántico central. En segundo lugar, para el caso
de la travesía La Coruña- Buenos Aires- La Coruña, este número se amplía a
7 dado que la travesía duraba más de sesenta días. Por lo tanto, contamos
con la información que nos suministran para poder reconstruir el clima del
Atlántico Sur. En tercer lugar, la combinación de ambos elementos nos
proporciona un panorama sincrónico de la situación que día a día se
producía en diferentes latitudes del Atlántico. En cuarto lugar: en esta
situación quedaban representados los fenómenos climáticos más relevantes
de cada día: viento, lluvia, temperatura, etc. En quinto lugar: esta
representación del clima en esta zona Atlántico- nos proporciona los
efectos que en la orilla del Pacífico ha producido el fenómeno “El Niño” y
que se conoce con el nombre de “la Niña”.
Por todo ello, debemos reseñar que nos encontramos ante una de las series
históricas más relevantes para la reconstrucción del clima en estas zonas del
Atlántico.
21
Esta relevancia no ha pasado desapercibida para los
investigadores del clima. Todavía recuerdo cómo en un café de trabajo que
mantuve con Ricardo García Herrera, entonces Profesor Titular de
Universidad de la Universidad Complutense de Madrid, en el que, una vez
repasada la situación de la familia, realizamos un intercambio de
experiencias de los trabajos que nos encontrábamos realizando, quedó
sorprendido de que en el Archivo existiera tan alto número de diarios de
navegación y que además estuvieran digitalizados aun no se había puesto
en marcha el AER y posteriormente PARES- para la consulta a distancia de
la información.
21
Vid. GARCÍA HERRERA, Ricardo, GARCÍA, Rolando R., PRIETO, Mª Rosario,
HERNÁNDEZ, Emiliano, GIMENO, Luis y DÍAZ, Henry F.: Diaz, : “The use of Spanish
historical archives to reconstruct climate variability” en Bulletin of the American Meteorological
Society, nº 84, 2003, pp. 1025-1035.
Con estos antecedentes nació el Proyecto Cliwoc que tiene como principales
integrantes a la Universidad Complutense de Madrid (Departamento de
Física de la Tierra II), Universidad de Vigo (Departamento de Física
Aplicada) y el Archivo General de Indias. A ellos se han sumado otras
instituciones como las Universidades inglesas de Sunderland, en Londres y
East Anglia en Norwich, así como el Museo Nacional Marítimo; la
Universidad de Leyden y el Real Instituto de Meteorología Holandés; y el
Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales de Mendoza
(Argentina).
Los trabajos iniciales consistieron en una labor de vaciado de los diarios de
navegación realizada por varios becarios con objeto de poder trabajar con la
información recogida para, a continuación, iniciar la ponderación de datos y
resultados que permitieran conocer más de cerca la incidencia de este
significativo fenómeno atmosférico
22
, así como la confección de un
diccionario de términos en inglés, español, alemán y francés con el objeto de
normalizar los términos con los que se reflejan estos fenómenos en los
diarios de navegación.
23
Los resultados obtenidos se pueden localizar en la memoria final de página
web que lleva su nombre, confeccionado desde una óptica multidisciplinar e
internacional.
24
3. Correspondencia de los Administradores de Correos.
El segundo apartado que vamos a analizar hace referencia directa a los
correos terrestres que se podían en funcionamiento una vez que la
correspondencia procedente de España llegaba a los puertos de La Habana y
Buenos Aires.
El movimiento ilustrado que se propagó por Europa durante el siglo XVIII
tuvo unas enormes repercusiones en la Administración Española. Si desde el
punto de vista cultural la fundación del Archivo General de Indias fue un
claro ejemplo, la reforma acometida en las comunicaciones con América no
lo fue menos. Por aquellos años se defendía la idea de que muchos de los
22
Vid. GARCÍA HERRERA, r., WILKINSON, C., KOEK, F.B., PRIETO, Mª R.; CALVO, N. y
HERNÁNDEZ, E.: “Description and General Background to Ships´Logbooks as a Source of
Climatic Data” en Climatic Change, n º 73 (octubre 2005), pp. 13-36.
23
Vid. GARCÍA HERRERA, R., PRIETO, L., GALLEGO, D., HERNÁNDEZ, E., GIMENO, L.,
KÖNNEN, G.P., KOEK, F.B., WHEELER, D.A., WILKINSON, C., PRIETO, Mª R., BÁEZ, C., y
WOODRUFF, S.: CLIWOC multilingual meteorological dictionary, KNMI, 2003.
http://cdn.knmi.nl/system/data_center_publications/files/000/044/958/original/hisklim5_copy1.pdf?1
432895583 [Consultada el 26 de marzo de 2016]
24
VID. GARCÍA HERRERA, R.; WHEELER, D.A., KÖNNEN, G.P., JONES, P.D., PRIETO, Mª R.:
Cliwoc Final Report, 2003. http://www.knmi.nl/kennis-en-datacentrum/achtergrond/cliwoc
[Consultada el 25 marzo 2015]
345
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
males causados a la monarquía española tenían como origen la ausencia de
fluidez de comunicaciones entre ambos continentes.
La correspondencia de los diferentes administradores de correos se generaba
con la continua comunicación entre ellos y los Directores Generales de la
Renta localizados en la ciudad de Madrid. En estas cartas se recogía una
cantidad ingente de información ceñida a múltiples aspectos. Por ejemplo,
podemos extraer noticias sobre el funcionamiento de estas administraciones,
sus relaciones con otras pertenecientes o no a su demarcación y balance de
la situación económica del país en diferentes periodos. A tal efecto cobra
una gran relevancia la documentación previa a la independencia de estos
territorios donde de forma “natural” se informa de la caída de la recaudación
de esta renta de correos y de los “instigadores” que promovieron su no
utilización. En el caso que nos ocupa, nos ceñiremos a las noticias que nos
suministra respecto a los antiguos caminos del inca.
25
Hay que hacer constar que ya desde el siglo XVI la corona española tuvo un
interés especial por mantener en condiciones las calzadas incaicas, como lo
evidencia el contenido de las “Ordenanzas de Tambos y caminos reales”,
dictadas por el gobernador Cristóbal Vaca de Castro en 1543.
26
El conjunto de disposiciones y la adaptación de los caminos a las nuevas
explotaciones mineras del reino del Perú hicieron posible que a lo largo de
los siglos XVII y XVIII se conformara una amplia red de comunicaciones
que permitían viajar desde Bogotá a la ciudad de Buenos Aires. Por
supuesto, pese a las modificaciones realizadas a lo largo de tres siglos en las
comunicaciones terrestres, en la base de todo este entrelazado subyace la
infraestructura incaica que Antonello Gerbi calificaba del siguiente modo:
parece que el Imperio estuviera al servicio de los caminos, y no los
caminos al servicio del Imperio”.
27
Por ello, podemos afirmar que caminos,
comercio y correos han discurrido de forma simultánea por todo el territorio
peruano.
En esta historia del correo tuvo una especial importancia la creación del
Correo mayor de Indias, cuyo beneficiario fue Lorenzo Galindez de
Carvajal, mediante real provisión de 14 de mayo de 1514.
28
. Esta situación,
vinculando el título a la familia Carvajal, se mantuvo hasta su incorporación
a la corona en el siglo XVIII, más exactamente en 1769.
29
25
Vid. LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J.: Sección de Correos, p. 32.
26
Vid. MORALES PADRÓN, Francisco: Atlas Histórico Cultural de América. Las Palmas de Gran
Canarias, 1988, t. I, p. 362.
27
Vid. GERBI, Antonello, Caminos del Perú. Historia y actualidad de las comunicaciones, Banco de
Crédito del Perú, Lima, 1944, p. 26
28
Vid. AGI, Patronato 170, R. 18.
29
Vid. LÓPEZ BERNAL, José Manuel, Las comunicaciones postales en América durante la época
colonial (Siglos XVI a XVIII) en El Correo Español en América, Barcelona, 1996, p. 26; Vid. CID
346
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
males causados a la monarquía española tenían como origen la ausencia de
fluidez de comunicaciones entre ambos continentes.
La correspondencia de los diferentes administradores de correos se generaba
con la continua comunicación entre ellos y los Directores Generales de la
Renta localizados en la ciudad de Madrid. En estas cartas se recogía una
cantidad ingente de información ceñida a múltiples aspectos. Por ejemplo,
podemos extraer noticias sobre el funcionamiento de estas administraciones,
sus relaciones con otras pertenecientes o no a su demarcación y balance de
la situación económica del país en diferentes periodos. A tal efecto cobra
una gran relevancia la documentación previa a la independencia de estos
territorios donde de forma “natural” se informa de la caída de la recaudación
de esta renta de correos y de los “instigadores” que promovieron su no
utilización. En el caso que nos ocupa, nos ceñiremos a las noticias que nos
suministra respecto a los antiguos caminos del inca.
25
Hay que hacer constar que ya desde el siglo XVI la corona española tuvo un
interés especial por mantener en condiciones las calzadas incaicas, como lo
evidencia el contenido de las “Ordenanzas de Tambos y caminos reales”,
dictadas por el gobernador Cristóbal Vaca de Castro en 1543.
26
El conjunto de disposiciones y la adaptación de los caminos a las nuevas
explotaciones mineras del reino del Perú hicieron posible que a lo largo de
los siglos XVII y XVIII se conformara una amplia red de comunicaciones
que permitían viajar desde Bogotá a la ciudad de Buenos Aires. Por
supuesto, pese a las modificaciones realizadas a lo largo de tres siglos en las
comunicaciones terrestres, en la base de todo este entrelazado subyace la
infraestructura incaica que Antonello Gerbi calificaba del siguiente modo:
parece que el Imperio estuviera al servicio de los caminos, y no los
caminos al servicio del Imperio”.
27
Por ello, podemos afirmar que caminos,
comercio y correos han discurrido de forma simultánea por todo el territorio
peruano.
En esta historia del correo tuvo una especial importancia la creación del
Correo mayor de Indias, cuyo beneficiario fue Lorenzo Galindez de
Carvajal, mediante real provisión de 14 de mayo de 1514.
28
. Esta situación,
vinculando el título a la familia Carvajal, se mantuvo hasta su incorporación
a la corona en el siglo XVIII, más exactamente en 1769.
29
25
Vid. LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J.: Sección de Correos, p. 32.
26
Vid. MORALES PADRÓN, Francisco: Atlas Histórico Cultural de América. Las Palmas de Gran
Canarias, 1988, t. I, p. 362.
27
Vid. GERBI, Antonello, Caminos del Perú. Historia y actualidad de las comunicaciones, Banco de
Crédito del Perú, Lima, 1944, p. 26
28
Vid. AGI, Patronato 170, R. 18.
29
Vid. LÓPEZ BERNAL, José Manuel, Las comunicaciones postales en América durante la época
colonial (Siglos XVI a XVIII) en El Correo Español en América, Barcelona, 1996, p. 26; Vid. CID
En el caso de Perú y Santa Fe, estas labores de incorporación del correo
mayor se le encomendaron a Pedro Antonio de Cossío. Sus actuaciones nos
proporcionan un estado de la cuestión de la situación en la que se
encontraban las cajas y tambos del Correo Mayor de Indias. La asignación
de “Cajas” va referido a aquellas poblaciones de mayor entidad como es el
caso de Lima, Huancavelica, Guamanga, Cuzco, Puno, Chucuito, La Paz,
Oruro, Cochabamba y Carangas, Potosí, La Plata, Jujuy, Salta, Córdoba,
Buenos Aires, Santa Trujillo, Cajamarca, Chachapoyas, Saña, Lambayeque,
Chiclayo, Ica, Piura, Quito y Arequipa. Mientras que la asignación de los
tambos se refiere a pequeños núcleos de población: Chorrillo, Pariacaca,
Tulca, Huarochiri, Jauja, Huancayo, Picoy, etc.
Desde el nombramiento de Antonio Pando, como administrador de correos
de Lima en 1782 hasta la fecha de su muerte 1802, su preocupación por la
situación en la que se encontraban los viejos caminos se vio reflejada en una
serie de disposiciones relativas al estado del correo. La administración de
Correos de Lima se articulaba en una serie de administraciones: una
principal que se encontraba establecida en la ciudad de Lima, otras
agregadas que a su vez se dividían en una serie de subalternas, y finalmente
aparecen una serie de tambos. En aquellos lugares de escasa entidad
poblacional figuran una serie de personas, simplemente, “responsables del
sello”.
La muerte de José Antonio Pando y la llegada de un nuevo administrador,
Félix de la Rosa, dio a este último la posibilidad de llevar a cabo una serie
de reformas en estos caminos con objeto de poder efectuar con más rapidez,
eficacia y seguridad el transporte de cartas y mercancías por unos caminos
cercanos, similares o idénticos por los que discurría el antiguo trazado de las
comunicaciones del antiguo imperio incaico.
Félix de la Rosa elaboró un Reglamento de Postas el 12 de mayo de 1805
con objeto de poder ajustar aun más el funcionamiento de las cuatro carreras
principales que cubrían el territorio peruano, a saber: Cuzco, Arequipa,
Valles y Pasco. El Reglamento consta de 26 artículos más el decreto de
aprobación de fecha 9 de septiembre de 1805 por parte del entonces virrey
del Perú, Gabriel de Avilés y del Fierro, Marques de Avilés.
30
En definitiva,
su redacción venía a desarrollar y completar lo dispuesto en la real cédula,
expedida en Aranjuez el 8 de junio de 1794, sobre la nueva ordenanza de
correos terrestres, y que, dadas las peculiaridades que presentaba este
territorio, había que completar.
RODRÍGUEZ, Rafael y LÓPEZ BERNAL, José Manuel, El Correo en las Indias 1514-1769: una
historia de un monopolio familiar, en Sevilla-92, nº 12, 1986, pp. 38-41.
30
Se encuentra impreso en papel verjurado sin filigrana con las siguientes dimensiones: 40 x 600 cm.
Vid. AGI, Correos 110A, Ramo 1, Número 2
347
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
El administrador Félix de la Rosa para ajustar el funcionamiento de las
postas, fue reuniendo una serie de informes y noticias que utilizó para la
redacción de un derrotero que definitivamente dio por concluso el 20 de
mayo de 1805. En él mantenía que el cuidado de los caminos y la existencia
de unas postas bien servidas era lo único que garantizaba la periodicidad de
los correos.
En cuanto a las fuentes utilizadas para su confección, el propio
administrador nos lo aclara: “estos dos objetos me estimularon a reunir
varias noticias de los administradores agregados, de los conductores de
esta administración y de algunos sugetos de opinión de esta capital que han
viajado por este reyno y después de buen rectificadas formé un derrotero
general”.
31
Su propuesta se centraba esencialmente en la reparación de los caminos del
virreinato del Perú y no desaprovechaba la ocasión para efectuar una
comparación idealizada con los caminos de Europa para indicar que eran
otras las necesidades que se requerían: “lo que se necesita es de unos
senderos de huella en que puedan transitar a la par dos cavallerías, que se
habiliten las laderas peligrosas, y se recompongan los puentes y calzadas
que se hallan en el mayor deterioro desde la conquista de estos reynos; que
se pongan estacones o balisas para que sirvan de guía a los caminantes en
los inmensos arenales de las carreras de Arequipa y Valles, con los demás
auxilios que indica el derrotero para alivio y comodidad de los que se ven
precisados a transitar por estos países privados de comodidades y
recursos.”
32
En su contenido nos reseña de forma singular las distancias existentes entre
las diferentes postas, la situación de cada una de ellas, las comunidades de
naturales que las sirven, las actuaciones de los responsables de cada una de
ellas, y de forma especial los obstáculos naturales que impiden un normal
desarrollo de la travesía: precipicios, ríos, puentes, etc. que presentan una
información de una calidad inconmensurable.
Este derrotero contiene información detallada en algunas zonas de la
existencia de los antiguos caminos incaicos.
33
Por ejemplo, en la carrera de
31
Vid. AGI, Correos 110ª. Carta de de Félix de la Rosa, administrador de correos de Lima a los
señores Directores Generales de la Renta, de fecha 26 de mayo de 1806. La carta tiene marcada el nº
110.
32
Ibídem.
33
Sobre los caminos del inca pueden consultarse los innumerables trabajos de María Rostworowski,
en especial los dedicados a la Historia del Tahuantinsuyu y los incas. Asimismo contamos con las
aportaciones de HYSLOP, John: Qhapaqñan. El sistema vial incaico. Primera reimpresión de 2ª
edición, Lima, 2015, (falta indicar número de páginas); Un reportaje fotográfico del mismo en SON,
348
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
El administrador Félix de la Rosa para ajustar el funcionamiento de las
postas, fue reuniendo una serie de informes y noticias que utilizó para la
redacción de un derrotero que definitivamente dio por concluso el 20 de
mayo de 1805. En él mantenía que el cuidado de los caminos y la existencia
de unas postas bien servidas era lo único que garantizaba la periodicidad de
los correos.
En cuanto a las fuentes utilizadas para su confección, el propio
administrador nos lo aclara: “estos dos objetos me estimularon a reunir
varias noticias de los administradores agregados, de los conductores de
esta administración y de algunos sugetos de opinión de esta capital que han
viajado por este reyno y después de buen rectificadas formé un derrotero
general”.
31
Su propuesta se centraba esencialmente en la reparación de los caminos del
virreinato del Perú y no desaprovechaba la ocasión para efectuar una
comparación idealizada con los caminos de Europa para indicar que eran
otras las necesidades que se requerían: “lo que se necesita es de unos
senderos de huella en que puedan transitar a la par dos cavallerías, que se
habiliten las laderas peligrosas, y se recompongan los puentes y calzadas
que se hallan en el mayor deterioro desde la conquista de estos reynos; que
se pongan estacones o balisas para que sirvan de guía a los caminantes en
los inmensos arenales de las carreras de Arequipa y Valles, con los demás
auxilios que indica el derrotero para alivio y comodidad de los que se ven
precisados a transitar por estos países privados de comodidades y
recursos.”
32
En su contenido nos reseña de forma singular las distancias existentes entre
las diferentes postas, la situación de cada una de ellas, las comunidades de
naturales que las sirven, las actuaciones de los responsables de cada una de
ellas, y de forma especial los obstáculos naturales que impiden un normal
desarrollo de la travesía: precipicios, ríos, puentes, etc. que presentan una
información de una calidad inconmensurable.
Este derrotero contiene información detallada en algunas zonas de la
existencia de los antiguos caminos incaicos.
33
Por ejemplo, en la carrera de
31
Vid. AGI, Correos 110ª. Carta de de Félix de la Rosa, administrador de correos de Lima a los
señores Directores Generales de la Renta, de fecha 26 de mayo de 1806. La carta tiene marcada el nº
110.
32
Ibídem.
33
Sobre los caminos del inca pueden consultarse los innumerables trabajos de María Rostworowski,
en especial los dedicados a la Historia del Tahuantinsuyu y los incas. Asimismo contamos con las
aportaciones de HYSLOP, John: Qhapaqñan. El sistema vial incaico. Primera reimpresión de 2ª
edición, Lima, 2015, (falta indicar número de páginas); Un reportaje fotográfico del mismo en SON,
Valles, en el tramo comprendido entre la Barranca y Guarmey, nos reseña:
“El camino real es muy hondo y sin corriente y los brazos que reparte son
tantos y tan pantanosos que es imposible pasarlos… Es muy fácil hazerle
puente, y los zanjones repararlos a muy poca costa”.
34
O bien, cuando en la carrera de Pasco, en el camino comprendido entre
Reyes y Carguamayo, evoca la utilización de esta calzada: “De Reyes a
Carguamayo, siguiendo la misma pampa de Reyes compuesta de los mismos
embarazos y peligros, con el agregado de infinitos pantanos y aunque para
evitarlos hay una calzada de piedras, como haze muchos años que no se
refacciona por desidia, se halla más peligrosa que el mismo camino real
por donde se transita en tiempo favorable y por uno y otro motivo, tiene el
conductor que rodear por la falda de los cerros hasta el mismo pueblo una
distancia considerable”.
35
Noticias también sobre estos antiguos caminos incaicos nos la suministran
diversos sucesos luctuosos acontecidos en él. Por ejemplo, el caso de Juan
Pérez de Berrio, natural de Mondragón en Guipúzcoa, que murió abintestato
en el camino de Arica a Potosí, término del pueblo de Corquemarca, en el
alto de Copataya, y le llevaron muerto hasta el tambo de Cocapa.
36
No faltan referencias a las muy diversas y variadas dificultades que los
correos se encontraban para transitar por las diferentes carreras. Hemos
elegido algunas de ellas a modo de muestra.
Así, por ejemplo, en la Carrera de Cuzco, en las inmediaciones de Huanta se
encuentra el río Guarpa que, para pasarlo, habían construido un puente de
sogas por el que debían transportar las cargas a hombros de los indios,
produciendo una demora considerable. Para paliar esta adversidad, habían
mandado construir un puente firme, financiado con la aportación de una
arroba de coca por cada uno de los hacendados.
El camino de Ocros a Uripa presenta numerosas cuestas y bajadas
acompañadas, una parte de una puna rígida, y de otra, de un bosque espeso
de “guaranjales” en los que los conductores, si es de día se hacen pedazos su
ropa, y si es de noche, la cara y todo el cuerpo. No faltan alusiones al
célebre puente de Apurímac, en las inmediaciones de Curaguasi, construido
con sogas y donde resulta preciso pasar las cargas a hombros de los indios
originando una gran demora en su paso.
En la carrera de Arequipa, por ejemplo, desde el pueblo de Nasca conduce
el camino hasta Acari pero antes deberá atravesar tres ríos con bastante
Megan y GRANIER, Laurent: En busca del gran camino Inca. 6.000 km. de recorrido a través de los
Andes, , Lima 2012.
34
Ibídem.
35
Ibídem.
36
AGI, Contratación, 513B. Año 1613.
349
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
riesgo dado el caudal de agua que llevaban y la escasez de chimbadores en
esta zona. Por ello, el conductor y los guías debían vadearlos y, aunque no
resultaba difícil atravesarlo, a veces debían detenerse varios días porque su
caudal no “da vado”.
37
Para pasarlos, el conductor debía abonar al menos
dos pesos para pagar la balsa de odres, mal construida, siendo el único
medio para atravesar esta dificultad. De la forma de construir esta balsa de
odres nos da buena cuenta el mencionado documento: “Se ponen quatro
pellejos de toro bueltos al revés, inchados con viento y encima de ellos se
forma una barca o estrado de palos amarrados a los brazos y piernas de
aquel cuero, que haze la figura de un toro vivo, y en cada extremo, una
voquilla de palo con su tapón para que soplen quando se afloxan. Luego
que está vien inflado el cuero echan la balsa al agua, la cargan a
proporción y la pasan al remo dos balseadores; los demás sirven para
arrojar una soga que llevan prevenida quando se aproximan a la orilla
opuesta a los que están esperando, y sueltan la balsa hasta que llega a
atracar”.
38
El tramo comprendido entre Atico y Ocoña resultaba ser el más peligroso de
toda la carrera. A dos leguas de la salida de Atico se encuentran unas laderas
estrechas y empinadas que lindan con el mar y que a cada paso presentan un
precipicio donde solían caer con frecuencia las mulas.
39
Más adelante, el
camino presenta una serie de cuestas y quebradas que inutilizan a las mulas
con el peso de las cargas, exponiéndose de este modo a numerosas
desgracias. Por si fuera poco, en tiempo de lluvias se forma un río en la
llamada quebrada de pescadores que dificulta el tránsito y demoraba
bastante su tránsito hasta que su caudal hubiera bajado. En esta zona el
conductor y el guía hacían de chimbador con el consiguiente riesgo que todo
ello comportaba para el material transportado.
En la carrera de Valles, a dos leguas de San Pedro se encuentra el río
Jequetepeque que llevaba más de dieciséis años con un puente construido
para atravesarlo, pero que en la crecida de 1804 había desparecido
totalmente originando no pocos inconvenientes. En el tramo final de la
carrera, en las cercanías de Piura, en tiempos de lluvias se formaban muchos
pantanos con varios brazos del río, siendo preciso, incluso, subir hasta Paita
por inmensos arenales sin más senda que la dirección del viento. Después, el
37
Pasar un río u otra corriente de agua profunda por el vado o por cualquier otro sitio donde se pueda
hacer pie.
38
Vid. AGI, Correos, 110A.
39
El documento nos narra lo acontecido a un conductor a quién se le cayó la mula con las cargas y
correspondencia a las ocho de la noche. Para salir de esta situación fue necesario enviar al guía al
pueblo de Ocoña, quedándose solo el conductor a la espera de que regresase con otra mula para
reemplazarla, demorándose el viaje en unas treinta horas.
350
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
riesgo dado el caudal de agua que llevaban y la escasez de chimbadores en
esta zona. Por ello, el conductor y los guías debían vadearlos y, aunque no
resultaba difícil atravesarlo, a veces debían detenerse varios días porque su
caudal no “da vado”.
37
Para pasarlos, el conductor debía abonar al menos
dos pesos para pagar la balsa de odres, mal construida, siendo el único
medio para atravesar esta dificultad. De la forma de construir esta balsa de
odres nos da buena cuenta el mencionado documento: “Se ponen quatro
pellejos de toro bueltos al revés, inchados con viento y encima de ellos se
forma una barca o estrado de palos amarrados a los brazos y piernas de
aquel cuero, que haze la figura de un toro vivo, y en cada extremo, una
voquilla de palo con su tapón para que soplen quando se afloxan. Luego
que está vien inflado el cuero echan la balsa al agua, la cargan a
proporción y la pasan al remo dos balseadores; los demás sirven para
arrojar una soga que llevan prevenida quando se aproximan a la orilla
opuesta a los que están esperando, y sueltan la balsa hasta que llega a
atracar”.
38
El tramo comprendido entre Atico y Ocoña resultaba ser el más peligroso de
toda la carrera. A dos leguas de la salida de Atico se encuentran unas laderas
estrechas y empinadas que lindan con el mar y que a cada paso presentan un
precipicio donde solían caer con frecuencia las mulas.
39
Más adelante, el
camino presenta una serie de cuestas y quebradas que inutilizan a las mulas
con el peso de las cargas, exponiéndose de este modo a numerosas
desgracias. Por si fuera poco, en tiempo de lluvias se forma un río en la
llamada quebrada de pescadores que dificulta el tránsito y demoraba
bastante su tránsito hasta que su caudal hubiera bajado. En esta zona el
conductor y el guía hacían de chimbador con el consiguiente riesgo que todo
ello comportaba para el material transportado.
En la carrera de Valles, a dos leguas de San Pedro se encuentra el río
Jequetepeque que llevaba más de dieciséis años con un puente construido
para atravesarlo, pero que en la crecida de 1804 había desparecido
totalmente originando no pocos inconvenientes. En el tramo final de la
carrera, en las cercanías de Piura, en tiempos de lluvias se formaban muchos
pantanos con varios brazos del río, siendo preciso, incluso, subir hasta Paita
por inmensos arenales sin más senda que la dirección del viento. Después, el
37
Pasar un río u otra corriente de agua profunda por el vado o por cualquier otro sitio donde se pueda
hacer pie.
38
Vid. AGI, Correos, 110A.
39
El documento nos narra lo acontecido a un conductor a quién se le cayó la mula con las cargas y
correspondencia a las ocho de la noche. Para salir de esta situación fue necesario enviar al guía al
pueblo de Ocoña, quedándose solo el conductor a la espera de que regresase con otra mula para
reemplazarla, demorándose el viaje en unas treinta horas.
conductor pasaba el cauce principal, que en ocasiones alcanzaba una legua
de ancho, en una balsa de palos amarrados con sogas, con el consiguiente
riesgo para todos aquellos que la transitaban, siendo totalmente necesario
gratificar a los indios por este trabajo.
En cuanto a la carrera de Pasco, a dos leguas de esta ciudad nos
encontraremos con el cerro de Yauricocha, asiento de los mineros donde se
entregaba la correspondencia a un comisionado por el teniente
administrador. Es un camino de fango, lodazales, puentes mal construidos,
laderas peligrosas, frio desmedido al ser un terreno de puna. Para remediar
esta situación, Félix de la Rosa proponía establecer una posta en
Caxamarquilla, y que se comprometiera a servirla el mismo administrador
de Huariaca facilitando los indios mitayos.
En definitiva, el informe elaborado por Félix de la Rosa acerca de las cuatro
carreras existentes en Lima a comienzos del siglo XIX, efectúa una
“radiografía” de la situación en la que se encontraban los caminos terrestres
en territorio peruano cerca de tres siglos más tarde de la llegada de los
españoles y dos siglos antes de cuanto podemos observar en la actualidad.
Por ello, entendemos, este documento constituye una pieza esencial que
mira no solo hacia atrás sino también hacia adelante en todo cuanto supuso
la conformación de la red de comunicaciones en el virreinato del Perú
durante el siglo XVIII.
40
En definitiva, todas estas investigaciones ponen de manifiesto la relevante
aportación que los instrumentos de descripción de archivos realizan al
mundo de la investigación. A mayor nivel de descripción, mayor
acercamiento de los investigadores. Igualmente, quiero insistir en que todo
fondo documental posee un valor intrínseco que el archivero debe poner en
valor para conocimiento de los investigadores. En nuestro caso, conocer qué
tipo de información nos suministraban las llevadas y traídas “cuentas”, así
como las diferentes series documentales de la sección de Correos ha
resultado definitivo. No hay fondo documental del que no se pueda extraer
información de interés. Y finalmente, resaltar la gran aportación de nuestros
archivos para el conocimiento de las ciencias sociales, que nos permite
conocer qué aconteció en el pasado para poder comprender mucho mejor el
momento actual. Trabajar en el conocimiento de dos fenómenos como “El
Niño” y “Los caminos del inca” nos ayudarán enormemente para intentar
soslayar los daños producidos por uno y potenciar el interés hacia el otro.
40
En estos momentos culmino el estudio y edición de este valioso documento que será publicado
gracias al patrocinio del Archivo General de la Nación de Lima.
351
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca
Fuentes y Bibliografía
Fuentes de archivo:
Archivo General de Indias
Correos: 110A, 191B, 194B, 195A, 435B
Contratación: 513B.
Mapas y Planos:
Estampas: 210.
Ingenios y Muestras: 259
Uniformes: 156 y 157.
Banderas: 38
Tejidos: 37.
Patronato: 170, R. 18.
PARES: Portal de Archivos españoles en red: http://pares.mcu.es/
Fuentes bibliográficas:
CID RODRÍGUEZ, Rafael y LÓPEZ BERNAL, José Manuel, “El Correo en
las Indias 1514-1769: una historia de un monopolio familiar”, en Sevilla-92, nº
12, 1986, pp. 38-41.
GARCÍA HERRERA, Ricardo, GARCÍA, Rolando R., PRIETO, Mª Rosario,
HERNÁNDEZ, Emiliano, GIMENO, Luis y DÍAZ, Henry F., “The use of
Spanish historical archives to reconstruct climate variability” en Bulletin of the
American Meteorological Society, nº 84, 2003, pp. 1025-1035.
GARCÍA HERRERA, R., PRIETO, L., GALLEGO, D., HERNÁNDEZ, E.,
GIMENO, L., KÖNNEN, G.P., KOEK, F.B., WHEELER, D.A., WILKINSON,
C., PRIETO, Mª R., BÁEZ, C., y WOODRUFF, S., CLIWOC multilingual
meteorological dictionary, KNMI, 2003:
http://cdn.knmi.nl/system/data_center_publications/files/000/044/958/original/h
isklim5_copy1.pdf?1432895583
GARCÍA HERRERA, R.; WHEELER, D.A., KÖNNEN, G.P., JONES, P.D.,
PRIETO, Mª R., Cliwoc Final Report, 2003:
http://www.knmi.nl/kennis-en-datacentrum/achtergrond/cliwoc
GARCÍA HERRERA, R., WILKINSON, C., KOEK, F.B., PRIETO, Mª R.;
CALVO, N. y HERNÁNDEZ, E., “Description and General Background to
352
Revista del Archivo General de la Nación Nº31
Fuentes y Bibliografía
Fuentes de archivo:
Archivo General de Indias
Correos: 110A, 191B, 194B, 195A, 435B
Contratación: 513B.
Mapas y Planos:
Estampas: 210.
Ingenios y Muestras: 259
Uniformes: 156 y 157.
Banderas: 38
Tejidos: 37.
Patronato: 170, R. 18.
PARES: Portal de Archivos españoles en red: http://pares.mcu.es/
Fuentes bibliográficas:
CID RODRÍGUEZ, Rafael y LÓPEZ BERNAL, José Manuel, “El Correo en
las Indias 1514-1769: una historia de un monopolio familiar”, en Sevilla-92, nº
12, 1986, pp. 38-41.
GARCÍA HERRERA, Ricardo, GARCÍA, Rolando R., PRIETO, Mª Rosario,
HERNÁNDEZ, Emiliano, GIMENO, Luis y DÍAZ, Henry F., “The use of
Spanish historical archives to reconstruct climate variability” en Bulletin of the
American Meteorological Society, nº 84, 2003, pp. 1025-1035.
GARCÍA HERRERA, R., PRIETO, L., GALLEGO, D., HERNÁNDEZ, E.,
GIMENO, L., KÖNNEN, G.P., KOEK, F.B., WHEELER, D.A., WILKINSON,
C., PRIETO, Mª R., BÁEZ, C., y WOODRUFF, S., CLIWOC multilingual
meteorological dictionary, KNMI, 2003:
http://cdn.knmi.nl/system/data_center_publications/files/000/044/958/original/h
isklim5_copy1.pdf?1432895583
GARCÍA HERRERA, R.; WHEELER, D.A., KÖNNEN, G.P., JONES, P.D.,
PRIETO, Mª R., Cliwoc Final Report, 2003:
http://www.knmi.nl/kennis-en-datacentrum/achtergrond/cliwoc
GARCÍA HERRERA, R., WILKINSON, C., KOEK, F.B., PRIETO, Mª R.;
CALVO, N. y HERNÁNDEZ, E., “Description and General Background to
Ships´Logbooks as a Source of Climatic Data”, en Climatic Change, n º 73,
2005, pp. 13-36.
GERBI, Antonello, Caminos del Perú. Historia y actualidad de las
comunicaciones, Lima, Banco de Crédito del Perú, 1944.
HEREDIA HERRERA, Antonia, “Los fondos documentales de los “correos
marítimos. Una sección del Archivo General de Indias”, en V Coloquio de
Historia canario-americana, Canarias, 1982, pp. 855-872.
HEREDIA HERRERA, Antonia, Inventario de la Sección de Correos del
Archivo General de Indias, Sevilla, (ejemplar mecanografiado), 1986.
HYSLOP, John, Qhapaqñan. El sistema vial incaico. Primera reimpresión de 2ª
edición, Lima, Petróleos del Perú, 2014.
LÓPEZ BERNAL, José Manuel, “Las comunicaciones postales en América
durante la época colonial (Siglos XVI a XVIII)” en El Correo Español en
América, Barcelona, Lunwbwerg, 1996.
LÓPEZ GUTIÉRREZ, Antonio J., CANELLAS ANOZ, Magdalena, GARCÍA
LÓPEZ, Mª Belén y HERNÁNDEZ CALLEJAS, Ana, Inventario de la Sección
de Correos. Madrid, Dirección General del Libro, Archivos y Bibliotecas,
Ministerio de Fomento, 1996.
MORALES PADRÓN, Francisco, Atlas Histórico Cultural de América. Las
Palmas de Gran Canaria, t. I., 1988.
PEÑA Y CÁMARA, José María de la, Archivo General de Indias. Guía del
Visitante. Madrid, Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1959.
ROSTWOROSWSKI, María, Historia del Tahuantinsuyu. Lima: Instituto de
Estudios Peruanos, 1988.
ROSTWOROSWSKI, María, Los Incas. Lima, Instituto de Estudios Peruanos,
2015.
SON, Megan y GRANIER, Laurent, En busca del gran camino Inca. 6.000 km.
de recorrido a través de los Andes, Lima, Grupo Editorial Peisa, 2012.
TORRES REVELLO, José, El Archivo General de Indias de Sevilla. Historia y
clasificación de sus fondos, Buenos Aires, Jacobo Feuser, 1929.
VV.AA., El Correo Español en América, Ministerio de Cultura y Ministerio de
Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente, Madrid, Lunwbwerg, 1996.
353
La Sección de Correos del Archivo General de Indias. Un tesoro para el estudio del Fenómeno
“El Niño” y para la reconstrucción de los caminos del inca