Por su parte, en la definición de estas tipologías incluidas en este segundo
grupo, ha primado la concepción de la profesora María Jesús Urquijo que en
un breve artículo titulado “Reflexiones sobre tipología documental” (1991),
enfatizó que “…hay que estar atento a la autodenominación que el propio
documento expresa en la inmensa mayoría de los casos…”
9
Esto no
contradice ni afecta la conformación de las series documentales, al
contrario, lo favorece, porque aparecerían en el cuadro de clasificación las
tipologías tal y como son.
Al respecto, la Mesa de Trabajo de Archivos de la Administración Local
(2010), define las series como “el conjunto de documentos que testimonian
una actividad desarrollada por uno o más agentes en el ejercicio de una
determinada función”
10
, a lo que Herrera y Díaz (2011) agregan “regulada
por un mismo marco jurídico”.
11
Si se aplican estas dos últimas definiciones al mismo ejemplo de las
“oraciones redactadas por un religioso sacramentino”, se puede llegar a
comprender que estas, son el reflejo de una actividad realizada: la de
escribir una oración, confeccionada durante un tiempo dedicado a
reflexionar, meditar, orar, que son algunas de las funciones del clero regular,
obteniendo como resultado un documento que expresa un deseo, una
súplica, una aspiración, una creencia, todo ello amparado por las
competencias que le son inherentes al tipo de institución en la que se
desenvuelven.
Además, la generación de nuevas tipologías documentales que permitan
conformar series, viene avalado también por las propias definiciones de
tipologías y funciones. Respecto de las tipologías, García (2007) y Heredia
(2007), reconocen la problemática actual que el término sugiere. Más allá de
los necesarios abordajes teóricos, diplomatistas, jurídicos y administrativos
sobre los tipos documentales que ambos reconocen, el primero sintetiza que
“los tipos pueden ser infinitos como lo son las actividades humanas”
12
y la
segunda asegura que “es la actividad la que determina el tipo documental”.
13
9 URQUIJO, María Jesús, Reflexiones sobre tipología documental, Boletín ANABAD 41, Nº 1, 1999,
p 91-95.
10 Indicadores de gestión para los archivos de la Administración Local, Mesa de Trabajo de
Archivos de la Administración Local, Valladolid: Diputación, 2010, p. 153.
11 HERRERA MONTERO, Ana María y DÍAZ RODRÍGUEZ, Alfonso, “La clasificación
archivística”, en CRUZ MUNDET, José Ramón (dir), Textos fundamentales. Administración de
documentos y archivos, Coordinadora de Asociaciones de Archiveros, Madrid, 2011, p. 133-162.
12 GARCÍA RUIPÉREZ, Mariano, Tipología. Series documentales. Cuadros de clasificación.
Cuestiones metodológicas y prácticas, Anroart Ediciones, Las Palmas de Gran Canaria, 2007, p.32
13 Ibídem, 2007, p.121.
En cuanto a las funciones, la Norma ISDF (2007) define que es “cualquier
objetivo de alto nivel, responsabilidad o tarea asignada a una institución por
la legislación, política o mandato. (…) y pueden dividirse en conjuntos de
operaciones coordinadas como subfunciones, procesos, actividades, tareas o
acciones.”
14
Con una simple asociación de ideas se hace evidente que los mismos
presupuestos teóricos anteriores justifican el surgimiento de nuevas y más
tipologías documentales que dan lugar luego a las series como las ya
enunciadas oraciones, súplicas, jaculatorias, plegarias, misas y demás. No
obstante, la idea tampoco consiste en definir a priori nuevas tipologías
documentales con las funciones, sino hacerlo en los casos identificados
luego de un minucioso análisis, donde se determine que es el mismo tipo de
documento con la misma función, de manera que contribuya luego a la
conformación de las series.
Esto no está reñido con la inclusión en los instrumentos de consulta de
series con tipologías documentales que deben expresar sintéticamente lo que
son, sin ambigüedades ni esquematismos, además de ser ellas mismas y no
otra cosa, porque eso fue lo que confeccionó su autor y será eso lo que desee
encontrar un usuario que lo busque.
Muy relacionado con esto último, parece ser también otra característica
obtenida en el proceso de reorganización de los Archivos de los Padres
Sacramentinos en España, donde también es frecuente encontrar en el
volumen documental administrativo y personal, aunque prima en el primero,
documentos que parecen constituir todo un trámite en sí mismos.
Quizás esta característica precise de análisis más profundo que habrá que
realizar, pero baste por ahora mencionar que es frecuente encontrar en este
tipo de Archivos, documentos que parecen recoger en ellos mismos, toda la
tramitación efectuada, sin más volumen documental alguno; y sin embargo
en otros casos, una tramitación similar implicó mayor generación de
documentos, haciéndose notar más el expediente.
¿Qué patrones sigue esta característica? ¿Puede entenderse como una
característica de la producción documental en una congregación religiosa
como la de los Padres Sacramentinos en España? ¿Es única? ¿Qué hacer?
¿Se conformarían dos series? ¿Es esto posible o factible? ¿Está reñida una
cantidad determinada de documentos con la conformación de un
expediente?
14 CONSEJO INTERNACIONAL DE ARCHIVOS, Norma internacional para la descripción de
funciones, ISDF, Primera edición, Madrid, 2007, p.10.
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Algunas características de la identicación y clasicación archivística en la organización de fondos
documentales religiosos católicos. El caso de los Archivos de los Padres Sacramentinos en España