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Revista del Archivo General de la Nación 2024; 39(2); 115-118 Javier Pérez Valdivia
En El arquitecto de la política se describe y analiza cómo se condujo una campaña
electoral moderna —con ribetes americanizados—, así como la performance de
Belaunde en diferentes arenas: la electoral tradicional, a través de mítines y campaña
‘pueblo por pueblo’, para usar la terminología de Belaunde; la mediática de masas,
a través de la prensa escrita tradicional vía periódicos y revistas partidarizadas, o
semipartidarizadas —en función a ideología, simpatías, o antipatías— y emisoras
radiales; así como un novísimo medio de masas que ayudará a estructurar las
preferencias de los nuevos ciudadanos no partidarizados: la televisión, un medio y
nicho electoral nuevo, todavía inmune a las lias y fobias políticas, y que se convirtió
en vitrina para los ciudadanos, permitiendo una mayor presencia de los candidatos,
siendo el de mejor performance televisiva Belaunde, frente a un opaco Manuel A.
Odría y un incómodo Víctor Raúl Haya de la Torre, acostumbrado a un despliegue
actoral en las tribunas y no acostumbrado a circunscribirse a una silla (televisiva).
Belaunde también supo capitalizar su trayectoria política, y de gestión pública y
privada (1945-1962), a través de una serie de proyectos de ley y de obras en favor
de las mayorías —exentos a ojos de los ciudadanos— de cualquier interés clientelar,
como los que solían caracterizar al odriísmo, o populistas, como los que solían
caracterizar al aprismo.
El arquitecto de la política también reviste de interés para una serie de especialistas
e interesados en la historia política, la ciencia política, la comunicación política
e, incluso, el marketing político, dependiendo de las preguntas del lector y de sus
intereses personales no necesariamente académicos o cognitivos. La investigación
se centra en la historia política y, especícamente, en una campaña electoral, la de
1962, que fue un proceso libre, justo, competitivo y transparente —algo inusual en la
historia electoral hasta ese entonces—. Y, last but not least, fue la primera vez que las
mujeres pudieron ejercer el derecho al sufragio, lo cual muy probablemente se inclinó
en favor de Belaunde. Fue una elección mucho más democrática que la de 1963, a
pesar que las FF.AA. y un sector de la oligarquía más tradicional se resistían a aceptar
un triunfo de Haya, quien fue impedido de ser candidato en 1936, 1939, 1945, 1950
y 1956.
El libro de César Puerta es prologado por el historiador Antonio Zapata, quien señala
sus virtudes y méritos, explícitos e implícitos. La “Introducción” examina la relación
entre los individuos, actores o agentes, los partidos políticos y la política en una era
de masas. La primera parte, compuesta de dos capítulos está dedicada a reconstruir
la trayectoria profesional y política de Fernando Belaunde, así como los inicios de
Acción Popular (1955-1962). La segunda parte está organizada en dos capítulos en los
cuales se analiza tanto la política peruana durante la coyuntura electoral presidencial
de 1962 como la campaña planteada por Acción Popular, identicando sus principales
temas, táctica y estrategia política, y electoral, así como su despliegue a través de los
mítines y la prensa escrita, radial y televisiva. Esta investigación hace uso del arsenal
teórico y metodológico de la ciencia política, siendo éste uno de sus aportes originales
debido a que los trabajos previos solían plantearse desde determinadas especialidades,
sin tender muchos puentes.