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REVISTA DEL ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN
Historia
Chinos y escribanos: las escrituras públicas como
fuente para el estudio de la inserción y el ascenso
social de los inmigrantes chinos
(Lima, siglo XIX)
Gonzalo Alonso Paroy Villafuerte
1
Resumen
Los migrantes chinos que arribaron a Lima a mediados del siglo XIX participaron en
todas las actividades económicas y sociales de la ciudad; sin embargo, la producción
de fuentes históricas sobre estas actividades es escasa. En este artículo se presentan
algunas escrituras públicas del fondo Protocolos Notariales del Archivo General de
la Nación para describir la participación de los chinos en la dinámica de la ciudad y
reexionar acerca del potencial de esta fuente, así como de sus limitaciones.
Palabras Clave: inmigración china, protocolos notariales, escrituras públicas, Lima,
fuentes históricas.
Chinese and Scribes: Public Deeds as a Source for the Study of the
Insertion and Social Ascent of Chinese Immigrants (Lima, 19th Century)
Abstract
The Chinese migrants who arrived in Lima in the mid-19th century participated in all the
economic and social activities of the city; however, the production of historical sources on
these activities is scarce. This article presents some public deeds from the Notarial Protocols
fund of Archivo General de la Nación to describe the participation of the Chinese in the
dynamics of the city and to reect on the potential of this source, as well as its limitations.
Keywords: Chinese Immigration, Notarial Protocols, Public Documents, Lima,
Historical Sources.
1 Licenciado en Historia, Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Lima, Perú. Correo electrónico:
gonzalo.paroy@unmsm.edu.pe
Recibido: 04/5/2021. Aprobado: 25/5/2021. En línea: 6/8/2021.
Citar como: Paroy G. (2021). Chinos y escribanos: las escrituras públicas como fuente para el estudio
de la inserción y el ascenso social de los inmigrantes chinos (Lima, siglo XIX). Revista del Archivo
General de la Nación, 36: 121-132. doi: https://doi.org/10.37840/ragn.v36i1.123
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Los migrantes chinos frente a la historia
Lima fue el centro urbano que más inmigrantes chinos atrajo en el Perú. Desde 1849
iniciaron su ingreso como trabajadores domésticos y luego se fueron asentando los
trabajadores de las haciendas a los rededores de la ciudad a medida que sus relaciones
contractuales terminaban. El ingreso de chinos a las diferentes ciudades y pueblos
de la costa peruana trajo consigo una signicativa inuencia en la dinámica social y
económica. A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX crearon asociaciones étnicas
de apoyo, fundaron grandes casas comerciales que importaban productos asiáticos,
prosperaron varios comerciantes y empresarios chinos, se fundó una Sociedad de Be-
necencia, y formaron nuevas familias entre chinos y mujeres peruanas.
En la ciudad, los asiáticos debieron adaptarse, apoyarse mutuamente, desarrollar
estrategias diferentes para poder vivir en ella, la misma que muchas veces fue
hostil con aquellos que identicaron como el otro, culpable de los múltiples pro-
blemas urbanos como la falta de higiene pública, la informalidad o la tugurización
de viviendas. Hubo chinos en los mercados y en las diferentes calles de la urbe,
solicitaron permisos para realizar representaciones teatrales tradicionales chinas,
compraron o arrendaron predios, lograron iniciar juicios o se casaron según la
tradición católica. En todas estas actividades los chinos debieron aprender a dia-
logar con el sistema municipal, religioso, judicial o notarial, solo de esa manera
pudieron desenvolverse en la ciudad y solo así fue posible la existencia de un
documento que dé testimonio de estos aspectos de su vida y de su historia. Pero el
principal inconveniente, al igual que para cualquier trabajo de historia social que
intenta reconstruir aspectos de la vida cotidiana y social de una población subal-
ternizada, es la capacidad de estos grupos de producir fuentes.
Son bastante conocidas las palabras de Juan de Arona (1971: 89) acerca de la si-
tuación de los chinos: “No hay donde al chino no le halles, / Desde el ensaque del
guano, / Hasta el cultivo en los valles; / Desde el servicio de mano, / Hasta el barrido
de calles”. Del mismo modo, no exageramos al armar que los chinos deben estar en
los diferentes archivos y fondos documentales de la ciudad, pero en el caso de esta
población cabe añadir una consideración: podemos conocer a los chinos en la medida
que sus actividades dejaron alguna fuente y eso solo fue posible cuando los chinos
estuvieron delante de alguna autoridad (religiosa, judicial, municipal o notarial) con la
capacidad de escribir un documento que hoy podamos consultar. Y aun llegado a ese
punto, solo se escribieron los datos relevantes para aquellos que redactaban.
Cuando Eric Wolf (2005: 429) estudió a la “gente sin historia”, se percató que la
clase trabajadora no formaba parte de la narrativa histórica sino hasta que empezaron
a organizarse para escapar de la situación de dominación, “es decir, les interesaban
más los esfuerzos por ir más allá de esa condición que por delinear esa condición”.
Los historiadores y la narrativa ocial no los incluían, pues eran vistos como parte de
las poblaciones “detenidas” en el tiempo. Solo cuando se organizaban y se rebelaban
contra la condición misma de dominación rompían esa etapa supuestamente estática.
Solo así existían, solo así tenían una historia. De manera similar, los inmigrantes chi-
nos que llegaron en condiciones de trabajadores serviles eran mano de obra para los
hacendados y parte de la servidumbre típica de las casas aristocráticas limeñas. Pero
cuando aparecieron como negociantes, cuando realizaron rebeliones, cuando reprodu-
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Chinos y escribanos
jeron su forma tradicional de vida a la vista de todos, fueron documentados por cronis-
tas, periodistas e intelectuales. Empezaron los estudios especícos sobre su población
y se convirtieron en una interrogante natural entre las élites.
Michel Trouillot (2017: 42) aduce que, en todo momento, la historia está sometida a
decisiones de poder, desde el momento mismo de la producción de fuentes, proceso
que “descansa en la comprensión de las reglas del juego tanto del locutor [como] del
espectador”. Lo que se escribe en el documento es producto de una selección, se elige
qué resaltar y qué olvidar, y está determinado por las reglas locales del juego. Trouillot
(2017: XXVIII) plantea que, debido al poder, la producción de fuentes y narrativas no
es igual entre los miembros de la sociedad, pues “la producción de narrativas históricas
supone la contribución irregular de grupos e individuos que compiten y que tienen
acceso desigual a los medios para producir la Historia”, y que aquello que no se dice
también es parte de la misma: los silencios forman parte de la historia misma y están
presentes en los documentos y archivos. Planteando estas ideas sobre los migrantes
chinos, observamos que fue solo una minoría aquella que accedió a dejar documentos
y que, al hacerlo, se seleccionaban datos económicos, judiciales o legales por encima
de datos sociales, comunales o familiares. Se documenta lo que la ciudad y el sistema
decide, a la vez que se omiten datos que, en muchos casos, signicaron la pérdida de
su vida social, su vida cotidiana e, incluso, de la identidad étnica china, pérdida que
se manifestaba en los cambios de nombre o en la imposibilidad de documentar en su
propio idioma.
Los chinos con historia son aquellos que decidieron salir del rol servil que la sociedad
y el Estado peruano les dieron. La suya es una historia desde el poder, al cual solo
algunos accedieron bajo el riesgo de que gran parte de su identidad fuera silenciada,
siendo la parte seleccionada por las reglas de juego de la ciudad aquella que nos permite
reconstruir solo una historia permitida y aceptada, y por lo mismo, parcial y limitada.
Determinada, en última instancia, por la desigualdad de acceso al poder de la Historia.
Escrituras públicas de chinos en Lima
Como observamos, la historia social y económica de los inmigrantes chinos puede ser
estudiada en diferentes archivos y tipos de documentos. Las escrituras públicas ofre-
cen algunas características especícas para conocer la presencia de chinos en Lima:
La necesidad de intermediarios. Si de por una escritura notarial requiere conoci-
mientos especícos del sistema legal y social, para los chinos signicó enfrentarse a
uno nuevo, en un idioma que no conocían, por lo que debían conar en los interme-
diarios: tinterillos, testigos, abogados, apoderados, amanuenses y el mismo escribano
público. En escrituras de chinos, por ello, es común la presencia de traductores e,
incluso, algún testigo chino.
Acceso y capacidad. Las escrituras públicas representan a una parte muy pequeña de
la totalidad de chinos en Lima. Si según el censo de 1876 habitaban en Lima 5624
chinos (Ministerio de Fomento, 1878), las escrituras no son representativas sino de
ese pequeño porcentaje que tuvo la capacidad económica, el conocimiento social y la
necesidad de acudir al sistema notarial.
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Información priorizada. Las escrituras notariales priorizan información económica y
patrimonial, en primer lugar, e información social en segundo lugar. De lado queda
la información cultural. Pocas escrituras reejan datos personales y familiares, muy
pocas muestran rmas de los chinos en sus propios caracteres. La mayoría delega la
función a terceros.
Agencia. Los chinos estuvieron frente a la autoridad notarial para dejar patente su anhe-
lo de participar del sistema. En ese sentido, reejan su agencia y sus decisiones. Son el
registro de su inserción en la ciudad, de su ascenso social y de su arraigo social y laboral.
Los documentos que hemos encontrado son, en orden de menor a mayor capacidad de
agencia del inmigrante chino: contratos (o convenios), poderes, arrendamientos, com-
pra-venta (o traspasos) y testamentos. Quizá los testamentos son el tipo de escritura
que mayor diversidad de información ofrece, siendo los contratos los más limitados.
Contratos (o recontratos)
Hemos encontrado inmigrantes chinos en las diferentes escrituras públicas que forma-
ban parte de las formalidades del sistema legal del siglo XIX. Las más antiguas fueron
suscritas entre ellos y sus patrones. En realidad, se trataría de recontratos en el sentido
dado por Rodríguez Pastor (2001: 49-50), pues sirvieron para prolongar el tiempo de
servidumbre promedio de los chinos. Alejandro Reyes (2017: 289) analiza un par de
ellos y encuentra que, en la ciudad de Lima, los contratos y convenios protocolizados
mejoraban las condiciones laborales. En tabla 1 comparamos los términos de cuatro
contratos: uno “original”, es decir, rmado en Macao y que permitió la inmigración,
y tres hallados en protocolos notariales. Uno es un peón de chacra, la actividad más
común de los llamados chinos culíes, y dos son cocineros (parte de la servidumbre
doméstica), una actividad para la que los chinos fueron muy cotizados conforme se
establecieron en la ciudad.
Tabla 1: Comparación de contratos de chinos
Documento
Contrato
en Macao
Contratos protocolizados (o recontratos) en Lima
Año
1860 1853 1867 1868
Nombre
Ong
Sy-tiam
Lam Chon Aquí /José Domingo Lalli
Ocio
Culí Cocinero / sirviente Peón de chacra / sirviente Cocinero / sirviente
Duración
8 años 5 años 3 años 2 años
Pago al contado
No 150 pesos 80 pesos 100 pesos
“Propina”
semanal
No 1 peso
12 reales
(1.5 pesos)
12 reales
(1.5 pesos)
Promedio
anual (pago +
propina)
48 pesos 82 pesos 104.7 pesos 128 pesos
Fuente: Rodríguez Pastor, 2001: 289-291; Reyes, 2017: 289-290; AGN, Protocolos
Notariales, N.º 191, Juan de Cubillas, 1867, f. 4; N.º 506, Felipe Orellana, 1868, f. 1187; y N.º 710,
José de Selaya, 1853, fs. 941-942.
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Como se deriva del cuadro, de la condición de culí a la de peón/sirviente contrata-
do hay mejoras signicativas. Cuando los chinos salían de Macao se les adelantaba
cierta cantidad de pesos (en este caso fueron 8 pesos adelantados), los cuales fueron
descontados después de su sueldo mensual de 4 pesos. No existía la gura de propina
ni de pago al contado que vemos en otros contratos limeños. Por el contrario, el pago
adelantado era una forma de enganche, es decir, los chinos contraían una deuda con
el patrón. A través de los años de la migración culí, el contrato rmado en China fue
el de peores condiciones. Las mejoras que se observan, además de la ausencia del
enganche, son:
En primer lugar, el pago al contado al inicio del convenio, que sirvió al chino para
alquilar una habitación y, en ciertos casos, asociarse con otros chinos para emprender
algún negocio
2
. El pago estimado anual llega al 166%más en el caso del cocinero
Lalli, en 1868. Es probable que el único gasto de los chinos sirvientes y peones haya
sido el del alquiler de habitación, pero el resto de necesidades básicas, como la ves-
timenta, el alimento y la salud, según el contrato, estaba cubierto al cien por ciento
por el patrón.
Y, en segundo lugar, un menor tiempo de contrato. De ocho años de trabajo servil en
el periodo culí se pudo reducir, según la muestra, a cinco, tres o dos años. El temprano
n del contrato podía signicar, a su vez, una edad más temprana para iniciar otras
actividades, como fue el caso de muchos chinos que ser insertaron en la dinámica
comercial limeña a través de sus propios negocios
3
.
No tenemos un registro dedigno de la cantidad de chinos que se recontrataron como
cocineros, peones o sirvientes, por lo que no podemos determinar si el total de contra-
tos registrados en los protocolos notariales son una muestra representativa de aquellos
chinos que, por decisión o necesidad, mantuvieron una relación contractual. Pero re-
sulta signicativo cómo aquellos chinos que suscribieron un contrato notarial mejora-
ron sus condiciones de vida de manera notable y cómo pudo signicar un antecedente
para futuros chinos comerciantes por el capital ahorrado.
Negociando en la ciudad: escrituras de poder
Las escrituras de poder permiten conrmar que los chinos participaron en todos los
asuntos públicos y fueron parte de la dinámica de la ciudad en todo nivel. Una escri-
tura de poder se entrega con la intención de otorgar facultades a un tercero para que
realice actividades a nombre propio, tales como enfrentar juicios, iniciar trámites,
administrar nanzas, etc. Los chinos requirieron estas escrituras en numerosas oportu-
nidades para diversos trámites administrativos y legales, para lo que debían actuar de
acuerdo a las reglas de esta ciudad. Hubo casos en que los chinos otorgaban poder a un
limeño, pero parece que el modo más común fue otorgar dicho poder a un paisano con
mucho tiempo habitando el país, que hablaba el idioma, que aprendió sobre trámites
legales y, por lo mismo, gozaba de prestigio entre los miembros de su comunidad.
2 Al respecto, puede verse Trazegnies, 1995: 265-280 y 449-476.
3 Sobre chinos cocineros en Lima y los negocios de venta de alimentos, véase Paroy, 2020.
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Un caso muy temprano ocurrió el 6 de mayo de 1856, cuando diez chinos suscriben
escritura de poder por la necesidad de “tener una persona que les desempeñe sus ne-
gocios en clase de apoderado vecino”, por lo que designan a su paisano don José Cruz:
[…] para que representando sus propias personas acciones y derechos los
ayude y deenda generalmente en todos sus pleitos causas y negocios movidos
y por mover, cuantos al presente tienen y tener pudieran contra cualesquiera
persona y sus bienes […] ante las justicias y Senores Jueces que de todo fuero
en derecho puedan y deban conocer y ante las demas autoridades de la Repú-
blica y presente demanda respectas, pedimentos alegaciones, protestaciones
y defensas […] para todo le dan sus voces y plenisima facultad, que el poder
mas amplio y ecaz que necesite el referido
4
.
De los diez chinos que suscriben, uno fue registrado con su “nombre cristiano”, po-
siblemente fue bautizado, mientras que los otros nueve fueron registrados según tal
y como los escuchó el amanuense. Lo particular de este documento es que al nal de
la escritura plasmaron sus rúbricas con caracteres chinos. Los comerciantes fueron:
Andrés Perri / 李福号, Chinsefon / 芳瑞陈, Chafá (o Acanca) / 甲甘, Machuchon /
子马, Umina / 李二号, Dini / 温应南, Achan / 秋何, Chiapo / 谢保, Lonni / 宋二
, Ochan / 亚安. Lamentablemente, el nuevo apoderado, José Cruz, no rmó. En
nuestra transcripción hemos seguido la forma tal y como los chinos plasmaron su rú-
brica, pese a que la mayoría de ellas no obedece a la forma tradicional china donde el
apellido antecede al nombre. Esta forma de rmar permite pensar en las condiciones
de la redacción del documento y las razones detrás de esta decisión. Quizás fue una
imposición del amanuense que algunos se negaron a seguir o probablemente fue un
consejo del propio José Cruz, conocedor de ambos idiomas e intermediario entre sus
paisanos y los letrados limeños.
Este poder general da cuenta de la creciente actividad comercial y citadina desde
la década de 1850, además de que algunos de ellos, como fue el caso de José Cruz,
rápidamente aprendieron del sistema legal limeño al punto de poder dedicarse a este
ocio. Rodríguez Pastor (2017: 203-204) reconoce a este chino como “notario em-
presario y cabecilla en la comunidad china”. Basado en documentos parroquiales y
judiciales reconstruye parte de su vida, por lo que determina que acumuló cierta ri-
queza, tuvo una fonda, estuvo casado, posiblemente “vendía” a chinos “cimarrones”
y participó como apoderado, abogado e intérprete en juicios donde sus paisanos se
vieron envueltos, entre 1858 y 1861. Falleció en 1873 a la edad de cincuenta años.
Esta escritura de poder sería una de las primeras en donde incursiona en la vida legal
citadina y explicaría su posterior rol como defensor en causas de chinos.
La ocupación formal
Desde el catastro de Lima, de la Colección Terán del AGN, podemos rastrear algunas
escrituras de compra-venta, traspaso o arrendamiento en las que participaron inmi-
grantes chinos. En su conjunto, estas escrituras públicas gracan el ascenso social de
los inmigrantes, así como su común estrategia asociativa para negocios e instituciones
4 AGN, Protocolos Notariales, N.º 683, Casimiro Salvi, 1869, fs. 258-261.
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Chinos y escribanos
de apoyo mutuo. Si tomamos la escritura de poder de José Cruz como referencia, te-
nemos que los chinos son agentes de historia en sucesos poco comunes, organizados
y con capacidad empresarial. La escritura se encarga de documentar los “principales”
datos del suceso: nombres, fechas, ubicaciones y costos. La presencia de gentilicios,
como “el asiático” o la “compañía china”, era un dato usual en los documentos del
siglo XIX y es, para muchos documentos, la única forma de asociar el documento con
la historia de los chinos.
El 9 de enero de 1869, Francisco Robles otorga en arrendamiento al “asiático Agustín
Lajó”, como representante de “la compañía cómica china”, “el principal compuesto
de sala, cuadra y cuarto de dormir con el corralito y huertecito” ubicado en el actual
jirón Huánuco, por 16 meses a 100 pesos mensuales
5
. Este nuevo local de espectá-
culos fue llamado “teatro de espaldas de Santa Clara” (por su cercanía al convento
del mismo nombre, en la calle antes llamada Rastro de Santa Clara), el cual inició
actividades en febrero con gran acogida de la colectividad china y en donde se reali-
zaron representaciones con mucha frecuencia (Valladares, 2012: 128). Los teatros y
demás “espectáculos públicos” eran supervisados por la municipalidad, por lo que la
escritura pública es parte del procedimiento necesario para llevar a cabo la empresa.
Dicho documento es la fuente más antigua sobre las representaciones teatrales chinas
en Lima, representa un antes y un después en la vida cultural limeña, marca un hito en
la historia de la presencia china en Lima, pero es el único documento sobre él
6
. Este
documento lleva además un agregado excepcional y poco común en las escrituras, el
carácter chino / Joo, rma de Agustín, quien no sabía escribir en castellano a dife-
rencia de José M. Sagal, el chino traductor que gura solo con su nombre cristiano.
El resto de la escritura son las formalidades del contrato, pero agrega información
importante sobre la transformación del predio: “siendo el objeto hacer representacio-
nes será nivelado el terreno y tapiada la acequia que atravieza el huerto sin impedir su
curso, según como lo tenga por conveniente la compañía China”. Para el escribano es
importante la transformación de la ciudad, los cambios físicos de la urbe, por encima
de las actividades e implicancias sociales.
Estas fuentes permiten conocer también a las sociedades chinas fundadas en Lima.
Estas se establecieron cuando algunos inmigrantes prosperaron en sus negocios, for-
taleciéndose con la llegada de las casas comerciales y la segunda ola migratoria, ini-
ciada en 1874. Las asociaciones más antiguas serían las de Cu Con Chau (1867) y
Tungshing (1868), las cuales tomaron sus nombres de las regiones de origen de sus
miembros. Esta fue una forma común de cómo los chinos se asociaron y se organi-
zaron, tanto para los negocios como para establecer estrategias de apoyo mutuo. En
la tabla 2 comparamos los detalles de las compras de locales de las asociaciones Cau
Con Chau y Fokian Conci, nombres con los cuales fueron registradas en las escrituras
públicas, ambas en las inmediaciones del Barrio Chino de Lima.
5 AGN, Protocolos Notariales, N.º 508, Felipe Orellana, 1869, fs. 25v-26v. La escritura es citada en:
Reyes, 2017.
6 Existe la sección Espectáculos Públicos en el Archivo Histórico de la Municipalidad Metropolitana
de Lima, pero no hemos encontrado documentos acerca de las representaciones chinas de este teatro
especíco. Las otras referencias existentes son de la prensa y no se tiene rastro sobre cuándo dejó de
funcionar.
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Tabla 2: Escrituras de compra de local
Sociedad Fokian Conci Cau Con Chau
Fecha Agosto de 1879 Agosto de 1896
Representante José Vivanco (representante) Yichá (cajero)
Comprado a Manuel Vargas Evaristo Tirado
Calle antigua Siete Jeringas, N.º 204 San Cristóbal, N.º 189-191
Ubicación actual Jr. Miro Quesada, cuadra 8 Jr. Paruro, N.º 1011
Tamaño del predio 509.6 m
2
(729.37 varas
2
) 589.5 m
2
Precio pagado 11 100 soles 7500 soles
Fuente: AGN, Protocolos Notariales, N.º 129, Gervasio Bustamante, 1896, fs. 514-516; N.º 530,
Felipe y Manuel Orellana, 1879, fs. 1166-1168.
Sobre la asociación Fokian Conci no tenemos mayores datos. A juzgar por esta única
fuente, sería una sociedad formada por inmigrantes de la provincia de Fújiàn, anti-
guamente llamada Fukien. La segunda parte del nombre es Gōngsī /公司¸ que se
puede traducir como corporación, comprendida esta como una agrupación clánica,
de personas con ancestros en común. El nombre de la sociedad sería Fukien Gōngsī /
福建 公司
7
. Por su parte, la sociedad Cau Con Chau es más conocida en la historia de
la presencia china en Lima
8
. Fundada en 1867, debe su nombre a la provincia de
gāngzhōu / 古冈州, probablemente inuenciado por los comerciantes provenientes de
San Francisco, mantienen actividad hasta el día de hoy.
Las escrituras muestran que los miembros de ambas sociedades estaban muy bien
organizados, contando con la capacidad económica para comprar un predio. Las es-
crituras de arrendamiento y compra-venta gracan la inserción legal en la ciudad, en
contraposición con la información de la prensa, que muestra una inserción más bien
caótica e informal.
Testamentos chinos
Los testamentos son un tipo de documento particular que elaboran sujetos con su-
ciente capacidad económica y social, además de la necesidad real o simbólica de
plasmar su patrimonio y su última voluntad, frente a la autoridad notarial. Los testa-
mentos nos acercan a la vida familiar y social con datos especícos como el estado
civil, nombres de esposa, hijos herederos, socios, albacea y deudores, entre paisanos
y no paisanos; y a su vida comercial y empresarial, pues declaran propiedades, nego-
cios, inversiones, deudas y capital material. Los testamentos son, pues, documentos
muy ricos en datos y que permiten reexionar sobre el arraigo e importancia de los
chinos empresarios de Lima, pero son solo un pequeño fragmento de la realidad, por
los pocos chinos que accedieron a dejarlos.
7 Agradezco a los amigos de Tusanaje-秘从中来, colectivo de descendientes e investigadores de la diás-
pora china en el Perú, por el apoyo en la traducción e interpretación del chino. En especial a Li Boya y
Rodrigo Campos.
8 Véase Lausent, 2000: 116-119.
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Chinos y escribanos
El testamento más antiguo que encontramos es el de Antonio Chaulon, de fecha 9 de
octubre de 1882. La tabla 3 resume la información del documento notarial:
Tabla 3: Información del testamento de Antonio Chaulon (09/10/1882)
Edad
43 (posiblemente nació en 1839)
Padres
Chan Viuchen (padre) y Jochi (madre). Fallecidos
Ocupación
Médico/boticario (se desprende de la escritura)
Domicilio
Calle Hoyos (actual Jr. Paruro) N.º 141, en el Barrio Chino
Estado Civil /
esposa
Casado dos veces / Carolina Escobar (43 años/actual esposa)
Hijos
Cinco hijos con su primera esposa Jesús Casilario(?), Rodolfo, Jacinto, Pedro, José y
Rosa Angélica, todos menores de edad
Dinero
15 000 soles en billetes scales
Bienes
4 relojes de oro, 2 relojes de plata, botiquín con valor de 1000 soles y menaje de casa
Propiedades
No declara
Acreedor de
4250 soles: Numay (chino), 1000 soles por un reloj y 450 soles de interés; Bombay
(chino), 400 soles por una curación y 1500 soles de réditos de un capital; don José
Cañamero, 900 soles por un préstamo
Deudor de
755 “a la droguería”
Condición
médica
“enfermo en cama”
Fuente: AGN, Protocolos Notariales, N.º 954, Mariano Terrazas, 1882, fs. 180v-181v.
Los herederos de Chaulon fueron sus 5 hijos legítimos, pero otorga la quinta parte
(según permite la ley) a doña Pascuala Escobado, “en compensacion de haber alimen-
tado y criado durante cinco años á una de sus hijas”. Finalmente, declara albacea a
su esposa, agregando que “como remuneración y gratitud á su espresada Señora, le
corresponda esta por via de herencia y legado todos los bienes y acciones que no estén
determinado en este testamento”; probablemente la misma casa de la calle Hoyos. No
tenemos mayores pistas para determinar la antigüedad de su presencia en Lima pero,
debido a sus cinco hijos nacidos en Lima y a su amplio arraigo empresarial, queda
claro que su presencia es anterior a 1874, es decir, se debió establecer en la ciudad
durante el periodo de llegada de chinos culíes (con contrato servil). Quizá ingresara
como peón agrícola o formando parte de la servidumbre doméstica, pero existen indi-
cios de que los chinos con el ocio de médico/boticario formaban parte de la tripula-
ción regular y obligatoria de las embarcaciones que traían inmigrantes. Es posible que
Chaulon haya tomado la decisión de quedarse en Lima a trabajar como boticario, sin
pasar por contrato alguno. Lo más probable es que se trate de un antiguo migrante que
llegó muy joven a Lima y que tiene como clientes tanto a sus paisanos como a perua-
nos. Esto explicaría por qué se dedicó rápidamente a su actividad, logrando amasar
riqueza y formar una familia.
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Conclusiones
Las miles de escrituras públicas de los protocolos notariales que resguarda el AGN
contienen información valiosa para conocer los diferentes aspectos de la historia de
la ciudad y de la memoria de sus diferentes habitantes. Vemos sus necesidades, sus
conictos personales, sus anhelos, su vida cotidiana, sus diversas dinámicas, sus de-
cisiones. Y ya que los inmigrantes chinos son parte de esta historia, era solo cuestión
de tiempo que sus voces fueran registradas. Cientos de ellos, que llegaron a la ciudad
por diversas vías y que superaron el periodo de contrato servil, decidieron emprender
y hacer su vida más allá del rol subalternizado que autoridades e intelectuales preten-
dieron otorgarles. A través de registros periodísticos, parroquiales, municipales, judi-
ciales o censales, es posible encontrarlos construyendo su propio destino, rompiendo
los estereotipos y transformando la ciudad desde su vida cotidiana. Su presencia y la
forma como se volvieron parte de la urbe se puede ver en la actualidad a través de
sus antiguas sociedades en el Barrio Chino, de la comida y hasta de los rostros de los
limeños.
Las escrituras públicas que rmaron los chinos forman un tipo de registro especial,
puesto que podríamos considerarlo como el punto nal de la capacidad que adqui-
rieron en la ciudad. En algún momento de su historia personal, no bastó adoptar el
catolicismo a través del bautismo o no bastó pagar una multa en la municipalidad
—documentos que existen en mayor cantidad—, sino que surgió la necesidad real, y
simbólica, de acudir a registrar su patrimonio, su decisión, ante un notario público y,
con ello, resguardar su memoria en un documento a la vez personal y público con el
cual es posible hoy recuperar la historia personal, familiar y social de decenas de mi-
grantes chinos. Estos registros tienen muchos limitantes, siendo el principal de ellos
su poco número en comparación con otros registros. En las crónicas periodísticas de-
cimonónicas, por ejemplo, se mostraba a chinos anónimos y en situaciones genéricas,
no como agentes sino como sujetos degenerados que no podían evitar ese destino,
discurso que caló profundamente en la sociedad limeña. En los protocolos notariales
observamos todo lo contrario, pues se trata de chinos con nombre y voz propias, con
familia y una notable dinámica económica y social. Justamente ahí radica la impor-
tancia de esta fuente: sin darse cuenta hicieron la ciudad tan suya como el resto de
limeños. Son chinos que se rebelaban contra el destino impuesto, que contrataron,
registraron apoderados, que arrendaron, se asociaron, compraron y vendieron predios,
dejando en claro su voluntad y sus pareceres.
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Chinos y escribanos
Fuente: AGN, Protocolos Notariales, N° 683, Casimiro Salvi, 1869, fs. 258v-261.
Fig. 1 Detalle de las rúbricas de los chinos que suscriben el poder,
los testigos y el escribano
Fig. 2 Detalle de las rúbricas de los chinos que suscriben el poder,
los testigos y el escribano
Fuente: AGN, Protocolos Notariales, N° 683, Casimiro Salvi, 1869, fs. 258v-261.
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Gonzalo Alonso Paroy VillafuerteRev Arch Gen Nac. 2021; 36: 121-132
Referencias
Fuentes primarias
Documentos
Archivo General de la Nación, Lima (AGN).
Protocolos Notariales, N.º 191, Juan de Cubillas, 1867; N.º 129, Gervasio
Bustamante, 1894-1897; N.º 506, Felipe Orellana, año 1868; N.º 508, Felipe
Orellana, año 1869; N.º 530, Felipe y Manuel Orellana, año 1879; N.º 683,
Casimiro Salvi, año 1869; N.º 710, José de Selaya, año 1853; N.º 954, Mariano
Terrazas, año 1882.
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Libros
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