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Corregimientos y reparto de mercancías: revueltas indígenas en Huamachuco y Otuzco, 1756- 1758
fue ocupado desde 1551 por los agustinos
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, quienes llegaron a la región y fundaron
una casa de religiosos donde se ubicaba el tambo real de los Incas, participando en el
proceso de la “extirpación de idolatrías”. Dicho lugar fue elevado a casa de priorato
en 1554, con lo cual se dio a este poblado, parte de la encomienda de Juan Sandoval,
el nombre de San Agustín de Huamachuco, y se puso bajo la advocación de Nuestra
Señora de Altagracia. Sandoval y su esposa Florencia de Mora,
[…] tuvieron a su cargo la doctrina de Huamachuco, lo que les dio la posibi-
lidad de administrar las haciendas y obrajes dejados a los indios […]. De esta
forma manejaron Yanobamaba, Tulpo y Sinsicapa, y recibieron en donación
las tierras de Usquil de parte de la corona. Poseían, además, el obraje de
Carabamba, que fue arrendado a terceros, el fundo de Sogón, ubicado en los
términos del pueblo de Lucma, que les fue vendido por D. Alonso de Alvarado
en 1655 […] (Castañeda, 1996: 176).
En la época colonial, Huamachuco pasó a formar parte del corregimiento de Cajamar-
ca, el cual estaba integrado por las provincias de Huambos, Cajamarca (propiamente
dicha) y Huamachuco. Durante el siglo XVIII, Huamachuco formó parte del Obispa-
do de Trujillo, que estaba compuesto por 12 provincias (Piura, Jaén, Saña, Huambos,
Luya, Chachapoyas, Cajamarca, Moyobamba, Trujillo, Huamachuco, Cajamarquilla
y Lamas); 8 vicarías, 5 ciudades, 151 pueblos y 52 haciendas (como se muestra en
el mapa N° 1, levantado por el obispo Martínez Compañón, en 1798). Huamachuco
abarcaba una vasta extensión territorial que comprendía varios pueblos dedicados al
desarrollo de los textiles y obrajes, donde la mano de obra indígena era muy importan-
te ya que generaba un tributo valioso para la administración colonial.
[…] el corregimiento (Huamachuco), en el siglo XVIII, comprendió seis tér-
minos: San Nicolás de Cajabamba, Santiago de la Lucma, San Pedro y San
Pablo de Usquil, La Pura y Limpia Concepción de Otuzco, Santiago de Chuco
y San Agustín de Huamachuco que fue la cabecera de la provincia (Espinoza,
1992: 34)
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.
La provincia de Huamachuco contaba con una población indígena de 14 431 para el
año 1583 y de 27 336 para 1795, y se constituyó como centro productivo y obrajero
importante en la región, conectado a través del sistema de repartimientos con las pro-
7 “En Huamachuco y su región, los agustinos tuvieron que luchar a la hora de cristianizar a los naturales
con un mundo diferente y desconocido de creencias y de cultos, de la cosmovisión del mundo y de las
costumbres que tenían los indios pensando que la campaña la tenían que hacer contra el demonio. El
apóstol principal de la evangelización de este territorio fue el P. Juan de San Pedro, uno de los integran-
tes de la primera barcada que llegó al Perú en 1519. A él se le considera, probablemente, el autor de la
crónica anónima de la acción misionera de los agustinos en Huamachuco de c. 1560 en la que, al narrar
su acción catequética, recoge innidad de importantes datos antropológicos y etnográcos de aquel
pueblo andino, fundamentalmente relacionados con sus creencias y sus cultos” (Campos y Fernández
de Sevilla, 2019: 2).
8 Además de la composición en términos (distritos), la población de Huamachuco estaba distribuida
en haciendas y estancias: “[…] Chuyugual, San Felipe de Chuzgón, Pampatac, La Succha, Moyán,
Candoval, Yamán, Marcabal Grande, Santa Rosa de Iracapampa, Chichir, Caracmaca, Algamarca, Sa-
nagorán, Soquián, San Nicolás de Jucusbamba, Higospata, Pomabamba, Quilcaymachay, Sartibamba
del Marañón, Marcabal Chico, Sancobamba, Serpaquino, Sarín, Los Chunchos, Laupuy” (Espinoza,
1971: 12-13).